lunes, 21 de diciembre de 2020

Resulta complejo, pero ¡se puede!

El Trabajo en equipo considerado una competencia blanda, siendo muy exigida por los empresarios, de aquí que se considere un término muy en boga, tal es así que prácticamente no hay un día, donde exista una oferta laboral sin que se solicite esta competencia. 

Hoy, la palabra trabajo en equipo, se requiere como un valor propio del individuo, cuyo propósito es contrarrestar al individualismo. Es cierto que no en muchas ocasiones podemos estar abrumado o lo contrario, bien bastante estresado por el volumen de trabajo, a pesar de contar la o las personas con la capacidad para hacerlo.

Sin embargo lo que se pretende llevar a cabo no necesariamente puede ser criterio de uno o una cuando realmente se trabaja de forma conjunta, para lo cual se requiere cierto insumo, para alcanzar un trabajo final y de calidad indiferentemente quienes sean los autores: estudiantes, docentes o de un gerente a las autoridades superiores. 

Entregada la solicitud, si todo sale bien o no, al menos habrá una sonrisa y un agradecimiento a la persona o colectivo que nos permitió retroalimentarnos, no quitándole en ningún momento responsabilidad para ello a la persona que le correspondía liderar el trabajo mismo. 

Al igual que otros valores (actitud ante el trabajo, puntualidad, etc.) el trabajo en equipo implica un elemento que debe formarse en el individuo, de aquí que resulte complejo la adquisición del mismo. 

Si no se educa a la persona, bien desde el seno familiar o desde el colectivo laboral (o ambos inclusive), donde no todo no dependerá de lo que el destino nos depare, y a partir de ese momento ponerlo de manifiesto. Basta que surja una necesidad casual o planificada, para que ante un llamado, se requiera de solidaridad + compañerismo + incondicionalidad (otros valores) = trabajo en equipo, y lograr con ello lo deseado. 

Podemos ver, y hablaba en un inicio, del llamado que se hace a estudiar y al trabajar en equipo, inclusive mediante cursos de capacitación, que mediante ciertas dinámicas, técnicas de aprendizaje, te hacen ver que solo, no se puede. El “Clavo” es que posterior a la capacitación, o no se ponga en práctica, porque regresas a la rutina (por supuesto craso error) a pesar de que la propia institución, posiblemente sufragó el curso, o que la institución misma no haya planificado actividades que conllevaran al trabajo en equipo.  

Es cierto – y así lo recoge la Historia -   que algunos de los más grandes genios de la historia han ofrecido al mundo productos extraordinarios desde la soledad de sus talleres o aposentos, sin embargo suele excluirse, quiénes lo acompañaron en sus investigaciones; por ejemplo: Detrás de un premio Nobel, hay un equipo de trabajo, de investigadores, aunque quede en la Historia, que fue uno o una. 

Recuerde que un verdadero trabajo en equipo, donde entre las personas que forman parte del equipo, presentan competencias específicas y desarrolladas que al alinearse producen sinergia, empatía, conexión emocional y visión compartida de sus integrantes, sin imposiciones ni compromiso, donde reina la intradisciplina, identificación y la coestima, además de agregar valores, que cuando ello sucede los resultados suelen superar todas las expectativas. 

Finalmente, debo decir que en su momento, Luis XIV de Francia se equivocó, al decir ¡“El estado soy Yo”!, ya que cuando se trata de trabajar con sinergia, sin duda alguna, debiera ser ¡El Equipo, somos todos!
 

1 comentario:

  1. Hay que sistematizar la práctica del trabajo en equipo. Felicidades

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