lunes, 24 de abril de 2023

La posibilidad de un sismo poco ético.

Posiblemente en más de una ocasión por temas alimenticios habrás escuchado acerca de la pirámide nutricional, la cual suele constituir una referencia gráfica de la cantidad de los diferentes grupos de alimentos recomendados para consumir diariamente por las autoridades sanitarias para mantenernos saludables.

En cuya cúspide le corresponden los alimentos que conviene ingerir de manera esporádica, o sea, no diariamente, pues son sabrosos, pero no brindan ningún contenido nutricional importante, como dulces, snacks salados, grasas untables y bebidas azucaradas; mientras que en el extremo contrario, la base, suelen posicionarse los que pueden consumirse a base diaria, pero siempre dependiendo del grado de ejercicio físico y actividad cotidiana. En este peldaño se hallan el pan de harina de cereal de grano entero, pasta integral, arroz integral, papas, legumbres tiernas y castañas.

Y si por analogía construyese una pirámide educacional, cuyos grupos estaría conformados por directivos, docentes, estudiantes, padres de familia, la problemática sería el orden donde podemos coincidir o discrepar.

Mi propuesta -con la salvedad que esta figura geométrica la haré invertida-, entiéndase la base en la parte superior, siendo la más importante la más amplia y encima el profesorado, ¿después?, los estudiantes (casi obligado dado el “encadenamiento” proceso de enseñanza-aprendizaje) en el nivel inferior.

¿Escaño siguiente? Padres de familia, tutores; Y, ¿en la base (recuerde que está invertida la pirámide) ?, los directivos.

Mmmm… y aquí es donde pudiera generarse la controversia, en función que quienes dirijan el proceso se encuentren en la parte inferior. Mi hipótesis, lo determinaría en función de que si bien al directivo le corresponde decidir dependerá de un adecuado liderazgo, lo cual sería crucial para la buena marcha de la institución. Pero, ¿quién está al “pie del cañón” en el aula? El docente, que día a día “lucha” por lograr, disciplina, formación en valores, la aplicación de los contenidos de la(s) asignatura(s) que imparte cuando a veces no suele contar con todas las “herramientas” necesarias: grupos numerosos, falta de capacitación con énfasis en lo tecnológico y en algo tan complejo y a la vez delicado como es el “promocionismo”, entiéndase Tendencia a aprobar a estudiantes que no tienen los conocimientos suficientes para pasar de curso

No es posible que dos personas piensen exactamente iguales, que, si me traslado a lo que llamo la teoría del absurdo[1], es que no dos, sino que el 100 % del estudiantado de la clase promueva con el número o letra máximo de la escala, algo similar es cuando ningún estudiante aprueba.

El resultado de la evaluación con justeza, ha de ser el que el estudiante evidenció a lo largo de la duración de la clase y no otro. Que, si la dirección le da seguimiento al comportamiento de la evaluación sistemático del estudiantado, si estableces planes remediales apoyándose en monitores, estudiantes aventajados y los resultados mejoran al final, el esfuerzo bien vale la pena, pero no todos con el máximo, que de ser así haría tambalear la teoría de las probabilidades.

¿Y en el caso del rol de los padres? Apoyar al profesorado todo el tiempo, no juzgarlos porque «…son muchas las tareas, con argumentos poco sólidos, comentarios poco tangibles y para colmo cuestionables y compartidos en las redes sociales, donde dañan la imagen del docente»; ¿no sería preferible asistir a la institución y conversar con el (la) docente?

Y si por casualidad esta situación no es analizada por quienes les corresponda como ha de ser, con justeza, de forma transparente, no dudo que la pirámide pueda “desplomarse”, donde el daño será para todos los actores, pero los que sufrirán más serán los de la “planta baja”



[1] El pionero del "absurdismo" fue el filósofo danés Søren Kierkegaard. El término absurdo hace referencia a aquello que carece de sentido o que es opuesto o inverso a la razón. El concepto también se refiere a lo extraño, raro, descabellado, ilógico o insensato.

lunes, 17 de abril de 2023

Mi querido ¿viejo?

 

Parto de una anécdota real, sin ficción `donde cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia’, siendo la siguiente: daba clases para el nivel medio de secundaria (noveno grado o tercer año) la cual comenzaba a las 7:00 am, donde había un jovencito que era reincidente en las llegadas tardes – 10 o 15 minutos –, generando los trastornos propios de quién interrumpe. 

Por supuesto se hubo de conversar en más de una ocasión, pero nada. No me quedaba otra de citar a sus padres a modo de colaboración y apoyo. 

Para lo cual le dije al adolescente, «por favor dile a tu vieja, que venga mañana para conversar acerca de la puntualidad» 

Al día siguiente, se presentó la mamá del estudiante y una vez presentado ambos, cuando comenzaba a explicarle la necesidad de…, la señora me detuvo y me respondió: «mire profesor, por lo visto usted no es de mi nacionalidad, pero… ¡más vieja será su señora madre!» 

Está de más que hubiese querido que `la tierra me tragase’ en ese momento, pedí disculpas, le explique a la señora, pero su rostro era inamovible dada la ofensa, por tanto, lección aprendida; por lo visto mi fortaleza en cuanto al etnocentrismo[1] no era aún lo suficientemente fuerte y arrastraba el lenguaje de mis ancestros. 

Que por supuesto detrás de cada error hay una enseñanza – la cual debo continuar superando –, y es el uso correcto del lenguaje, donde una palabra puede tener diferentes significados como es el caso de las palabras homófonas aquellas que se pronuncian igual, pero tiene significados diferentes y en el caso que se escriban iguales, con significados diferentes se catalogan como homógrafas. 

Que, de retomar la anécdota, en mi cultura decir vieja es señal de cariño, aprecio, amor, halago que sea hace a una persona que, durante muchos años, muchos han estado a tu lado como madre/padre, abuela/abuelo educándote, mediante consejos posiblemente heredados de sus progenitores o bien de sus propias experiencias de lo que es bueno y es malo, aunque nunca hayan tenido la posibilidad de asistir a la escuela.   

Para otros las opciones son muchas: mi papa, papá, mamá, inclusive cuando anteponen al nombre de la persona la palabra Don o Doña - vocablo de origen hispano muy usado protocolarmente que antecede al nombre de la persona y que se usa como una expresión de respeto, cortesía o distinción social -. 

Tal vez la moraleja de este artículo es: `A las personas mayores, hay que quererlas’, sin importar las distancias, ni los desacuerdos, sin la búsqueda de quien tiene la razón o no, y sí están vivas, más y de no ser así, siempre mantenlas en tu corazón.

Es un buen tipo mi viejo
Que anda solo y esperando
Tiene la tristeza larga
De tanto venir andando

Yo lo miro desde lejos
Pero somos tan distintos
Es que creció con el siglo
Con tranvía y vino tinto

Viejo, mi querido viejo

Ahora ya caminas lento
Como perdonando el viento
Yo soy tu sangre, mi viejo
Soy tu silencio y tu tiempo

Él tiene los ojos buenos
Y una figura pesada

La edad se le vino encima
Sin carnaval, ni comparsa

Yo tengo los años nuevos
Mi padre los años viejos
El dolor lo lleva dentro
Y tiene historia sin tiempo

Viejo, mi querido viejo

Ahora ya caminas lento
Como perdonando al viento
Yo soy tu sangre, mi viejo
Soy tu silencio y tu tiempo

Yo soy tu sangre, mi viejo

 



[1] Tendencia emocional que hace de la cultura propia el criterio exclusivo para interpretar los comportamientos de otros grupos, razas o sociedades

lunes, 10 de abril de 2023

Cuando una canción… une

Fui invitado en Semana Santa a conocer una ciudad[1] donde ocurre un evento que fue declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Más allá del motivo de la ubicación geográfica atrajo mi atención en esta magnífica celebración la devoción de sus participantes -prácticamente todo un pueblo-, que con cada procesión (varias) unos cargaban las imágenes del Nazareno o de su Madre Santa, sostenidas por más de 150 personas en que cuyo rostros pegados a las andas se evidenciaban con sus ojos cerrados una mezcla de dolor, amor, gratitud, solicitar que la solicitado se cumpliese, en algunos casos personas cuyas piernas tambaleaban no solo por el empedrado del camino, sino por el dolor de todo un cuerpo sometido a un peso extraordinario, pero que no constituía un freno ni a continuar el camino y menos con la devoción.

Paralelo al camino en fila apretada y muy organizada se trasladaban cientos de devotos –de todas las edades– ataviados bajo mantos de color violeta cuya responsabilidad era el cuido de evitar que los cientos de visitantes interrumpiesen el paso de la procesión.

No podían faltar las personas (líderes) que, con atuendos blancos, contrastante con partes doradas orientaran la marcha, a la par de conversar con personas que tomaban fotos para que tuviesen la amabilidad de retirarse a la acera o banqueta.

Tras cada procesión van personas de la Alcaldía con palas, escobas y un pequeño camión donde inmediatamente recogían la basura. ¡Cuánta organización!

No podía faltar las impresionantes y coloridas alfombras hechas por distintos grupos de personas, en su mayoría oriundas de la cuidad, quienes realizan un trabajo que va mucho más allá de 10 horas.  Yo diría alfombras “mágicas, de ensueño” (sin la presencia de Aladino, pero sí la de un pueblo maravilloso, devoto) a lo largo del suelo empedrado hechas de aserrín coloreado previamente, plantas, flores, cuyas obras nada envidiables a aquellas que formaban parte del arte renacentista como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, Botticelli, Ghirlandaio, Cosimo Rossi, Perugino y Signorelli.

¿Su duración? Corta, ya que sobre ellas pasarían las procesiones, ¿acaso un trabajo en vano para tan poca duración? No, la función de su construcción más allá de ratificar su reconocimiento internacional cultural, es una invitación a que los feligreses caminasen sobre la misma adornándoles el camino divino. Esto se repetiría durante toda la Semana Santa.

Pero no concluyo, algo que me llamó la atención vinculada a lo cultural, pero en esta ocasión en manos de extranjeros atraídos por una amplia divulgación turística y fue a la hora de almorzar, por suerte llegamos a tiempo, detrás nuestro el restaurante fue “inundado” por visitantes en cuyas gorras se evidenciaba la bandera del país de procedencia de habla hispana, tal vez unas 100 personas. Tras la entrada, un grupo musical cuyo instrumento fundamental era la marimba (considerada un símbolo patrio de identidad, de unidad nacional, de orgullo) comenzaron a golpear con sus clavijas sobre el teclado armónicamente ligado al encajonado cuya función es la resonancia, al hacer circular las notas musicales de un canción cuyos participantes cantaban hasta desgañitarse, bailar, corear, emergiendo desde la nada la bandera nacional de los coristas improvisados, canción que podía ser: Mi viejo San Juan, la Guantanamera, Alma llanera, Venezuela mía, La negra, La flor de la canela, Recuerdos de Ypacarai, La mora limpia, Viva León jodido, La cocaleca, Tico, ….

Por supuesto no me pude quedar atrás y canté lo poco que sé de la letra, y aplaudí con fuerza al final, canción o canciones que rompen contradicciones, desuniones por diversas razones, pero que unen… no le quepa duda, la tierra de uno es la tierra de uno, donde quiera que esté y de eso se encarga la cultura.


[1] Ciudad Antigua, fundada el 10 de marzo de 1543, La Antigua Guatemala fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en el año 1979.

lunes, 3 de abril de 2023

Después de la jubilación, ¿qué? Parte 2 y final.

En el artículo anterior – que suelo relatar como parte de mis experiencias vividas - abordaba el pseudo trauma de un `traslado de un desempeño laboral muy activo a uno pasivo con la llegada `acelerada' jubilación.

Con la lectura no queda duda que, a cualquier edad, habrá de ser bien recibida, se disfruta, se corrige la ortografía, la comprensión, además de conocer, nos permite pensar (¡importantísimo!), reflexionar y opinar (¡Más importante aún!)

Leer un periódico (impreso o digital), un libro, artículos, tendencias y en especial en las redes sociales - tratando de ser lo más óptimo posible en cuanto a tiempo y por ende no desperdiciarlo -, no todas, realmente una donde encontrase sobre todo colegas que ejercen mi profesión: docentes.

Abundan las ofertas académicas de cursos esencialmente para nivel universitario, pero también artículos de búsqueda de empleos, frases, citas, consejos donde la idea central es la pérdida de valores en nuestras sociedades, donde geográficamente nadie está exento.

Vinculado con la búsqueda de empleo, también suele ser un denominador común, la NO contratación de personas adultas a partir de los ¿45-50? años, que sobre la base del siguiente cálculo: graduada (o) a los 23 años de licenciatura + 2 de maestrías = 25 años, que, por alguna razón u otra tras 4 lustros de experiencia, quedó sin trabajo, y ¿no encuentra?

¡20 años botados por la borda!, con la posible opción de pasar a un trabajo que nada tiene que ver con su perfil y menos remunerado; ¿qué dejar para los que sobrepasamos los … ta, estando jubilados?

En las universidades e inclusive institutos (pocos) suelen invitar a escritores, artistas de la plástica, docentes, donde estos últimos suelen impartir charlas, clases magistrales, donde brindan espacio a jóvenes ávidos de conocer profesionales de basta experiencia, aunque sea por una hora, donde la satisfacción es mutua: expositor – estudiantes.

¿Cuál es la proyección de personas con más de 60 años jubiladas?, para ello me apoyaré en la siguiente información: En América latina, entre 2015 y 2050[1] la proporción de personas con 60 años y más en la fuerza de trabajo aumentaría del 7,5% a 15,0% equivalente a unos 117.6 millones de habitantes jubilados al arribar a la mitad del siglo XXI[2].

¿Qué hacer?, ¿sentarnos en la casa a…? Es cierto que mucho ha de hacerse en una casa lo que incluye las labores domésticas (cocinar, poner y servir la mesa, limpiar, ordenar, realizar las compras pagar las cuentas, realizar el mantenimiento o reparación de los enseres), donde no podemos excluir la crianza de los hijos, nietos y las personas dependientes[3].

Para el jubilado pudiera ser más complejo entrarle de 'lleno' a las mismas, sino lo ha hecho antes, pero, si ha sido un fiel colaborador consciente que la casa es de todos, es el tiempo ideal para sumergirse` como todo un doméstico.

Y, ¿en el caso de la jubilada?, ¿más de los mismo, lo que nunca dejó de hacer mientras laboraba? ¡Claro que no! Considero que ante un semi relevo doméstico` tendrá nuevas opciones o simplemente retomarlas.

Vivir una vida comunitaria: salir con las amigas (os), al parque, bailar, al cine, viajar, compartir con sus hijos y nietos, familiares, programas donde pueden realizar voluntariados ayudando a otros (lo que en un momento se detuvo ante la pandemia), tan importante y necesario como las que requieren los menores: sociabilidad.

A lo anterior le sumo, espacios para la lectura, el aprendizaje de un idioma, jugar, conversar (chatear) bien vía internet o sin el y… ¡hasta una nueva relación de pareja!

Sencillamente la jubilación no es un período para enclaustrase, ni que lo enclaustren, es un período para continuar viviendo nuevos y mejores momentos de la vida.


[1] La población en América latina en el período 2016 -2050 pasará de 634 a 784 millones de habitantes

[2] Tomado del informe brindado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Publicado el 22 de mayo del 2018/ https://www.cepal.org/es/comunicados/mas-la-mitad-personas-mayores-america-latina-recibe-pension-un-sistema-contributivo

[3] Personas que presentan alguna incapacidad funcional para el desarrollo de actividades de la vida diaria y requerir de ayuda para su realización