lunes, 25 de marzo de 2019

!El lado amable de la vida!


En preparación – revisión y actualización – de unos de mis libros de Ciencias Naturales para el próximo año, donde una de las unidades o temas corresponde a los sistemas orgánicos de los humanos donde destacaré tres vinculados a lo que hoy le darán lectura: El sistema óseo – muscular (son dos sistemas realmente el esquelético y el muscular, pero por su actuar de forma conjunta y complementaria con el movimiento, suele nombrarse de ese modo) y el sistema nervioso.

Un día tradicional personal, resulta al levantarme bien temprano – cuando el gallo canta – asearme, ir tras una taza de café, (que hoy en día al bebedor consuetudinario le atribuyen de menos probabilidades de desarrollar Alzheimer, es neuroprotector y preventivo de la demencia, reduce el riesgo de sufrir diabetes tipo II) enviando la primera señal a mi cerebro a través de un mar de neuronas (sistema nervioso), paso a leer las noticias digitales de varios periódicos nacionales e internacionales analizando temas en los ámbitos políticos, económicos, culturales y otros.

Desayuno, que a la par de este evento tradicional y necesario (donde se comenta que debe ser el mejor de las tres ingestiones diarias), comparto aspectos leídos, pendientes por solucionar o previstos por hacer e inclusive reír mañaneramente por cualquier anécdota plasmada en las redes sociales.

¿Reír? Cuando lo haces entra en funcionamiento el sistema muscular y directamente seis pares de músculos: el músculo elevador del ángulo de la boca, el músculo elevador del labio superior, el orbicular de los ojos, el risorio, el cigomático mayor y el cigomático menor (nota: en el caso del orbicular, su contracción alza las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos)

¿Por qué siento que sonreír me hace bien? En lo personal me genera un olvido al menos de las posibles preocupaciones, separándolas a un lado en el instante mismo del fenómeno que me motivo mostrar mi dentadura o alzar mi voz a través de una carcajada que si fuese en un local donde hay otras personas, tienden a mirarte con expresiones de llamados de atención.

En dirección a alguna gestión, trasladándome de un lugar a otro, ocasionalmente aprecio personas que no cumplen con las normas establecidas por el código del tránsito (se detienen de improvisto sin poner con la antelación necesaria las luces de parqueo; en una calle de dos direcciones contrarias se detienen un vehículo en cada carril, para conversar y platicar, deteniendo el tráfico sin pensar en el resto de los conductores, personas que transitan dándoles las espaldas a los vehículos, o que existiendo aceras no las usan) generándome tal vez la anti-sonrisa y por ende los movimientos inversos de los músculos, reflexionando al respecto…”cuánto nos falta por mejorar en la disciplina vehicular, velar por el cumplimiento de las leyes, cuánto debemos seguir los docentes reforzando el conversar con los jóvenes estas situaciones, que no necesariamente se encuentran en un programa de una asignatura”

Hacer un alto en la clase, y conversar previo al inicio de la misma, no constituye ningún pecado, al contrario. ¿Por qué no comenzar una clase – cualquiera fuese su naturaleza (ciencias naturales, sociales, otras) – con las interrogantes siguientes: ¿Jóvenes, algún hecho, anécdota  que ayer o el fin de semana los hizo sonreír?  La primera respuesta deberá ser el silencio, al romper el impasse de la esperaba revisión de las actividades no presenciales orientadas en la clase anterior, las manos se alzarán con timidez y comenzarán las experiencias de unos y otros. 

Con ello logrará algo tan importante y necesario que es arrancar sonrisas y que al menos en ese breve momento los sistemas involucrados funcionen a la perfección: el cerebro al percibir los músculos del rostro en forma de sonrisa, los interpreta como una señal de que estamos contentos, independientemente de la causa, y se sintoniza con estados de ánimo positivos, sin importar las incipientes arrugas. Trate de ver siempre, el lado amable de la vida, se los recomiendo.

lunes, 18 de marzo de 2019

¿Servir o servil?


Cuando asiste a un lugar como puede ser un supermercado, una institución educativa, empresa, gasolinera, hospital, debe existir la persona que te atiende cualquiera sea el lugar desde que entras al local, así como si fuese el caso de alguna dependencia o área que visitas o asistes.

Para atenderte no debe haber edades – espectacular que algo tan sencillo como al cruzarte con alguien, te dé y des los buenos días o al menos con una sonrisa – para demostrar una norma de educación ser servicial, entiéndase “Que sirve con atención y diligencia”; “Que siempre está dispuesto a hacer favores, ayudar y satisfacer a los demás”

Dar un buen servicio, evidencia sin duda alguna “la cara” de la empresa y en general institución que te brinda dicho servicio, que se manifiesta no solo con la palabra de la persona o de las personas, sino además con el porte de la persona, la vestimenta, la limpieza e higiene del local y alrededor del mismo.

Una persona que tenga la función de servir (¿quién no?), debe de tener un conocimiento necesario y suficiente para dar una respuesta positiva que satisfaga la interrogante del usuario, que de no poderlo hacerlo, al menos indicar la instancia con la cual podrá comunicarse y ser atendida lo antes posible y en la medida de las posibilidades evitando por supuesto la burocracia. “Venga mañana o llame, que la persona que usted solicita, no está en este momento”

¿Y en el caso de servil? Si bien etimológicamente servir y servil provienen de la misma raíz “al servicio de”; profundicemos con su acepción o significado: 
Persona que muestra una actitud exageradamente humilde y servicial ante los superiores o poderosos, generalmente para obtener un beneficio; ¿sinónimo? Adular.

Indiscutiblemente lo aprecio como dos palabras antagónicas, una un valor, la otra un anti valor; una persona en cuya responsabilidad está acatar orientaciones sin tener criterio alguno, independientemente del puesto de trabajo y las funciones inherentes al cargo, sus aportes serán nulos, será una máquina de decir sí a todo; Tal vez la excepción la sean las instituciones vinculadas al cuido del orden, pensando en aquellos que no tienen responsabilidad alguna, sino ejecutar justamente órdenes.

Todas las personas tienen derecho a opinar, y sobre todo para aquellos que ocupan responsabilidades y orientan y orientan, siendo comunicador de un “solo lado”, por favor pida criterios, escuche, retroaliméntese al menos con su círculo más estrecho y no solo “con la almohada”; es más no escuche aplausos de un solo lado, no se engañe, ello no ayuda para nada.

Una persona que sirve debe ser diligente y dar respuestas con prontitud; una persona servil evidencia una baja estima y sumisión. Es posible que hayamos sido serviles en algún momento, que si bien no es pecado mortal, pero realmente piensa y cambia, reconduce tu comportamiento, tus metas y tus prioridades y serás una mejor persona.

lunes, 11 de marzo de 2019

¿Me correrán del trabajo?


¿Cuándo surge el temor, dada la interrogante del título del presente artículo, en la persona? Posiblemente donde no hay o no existe una cultura de evaluación, dónde no se manejan que le evaluarán - no solo a las personas, sino a las instituciones, empresas mismas cuyo resultado final a la larga depende de las propias personas.

¿Evaluar? Uno de sus significados: “Valorar conocimientos, actitud o rendimiento de una persona o de un servicio” verbo cuya etimología se remonta al francés évaluer.

Este acto, como resultado de la evaluación conlleva a la emisión de un juicio en torno a un conjunto de información durante un tiempo determinado (trimestre, semestre, anual), a partir del cual debe tomarse una decisión de acuerdo a los resultados que presente la persona evaluada.

¿Qué se evaluará? El desempeño de la misma, entiéndase juzgar o estimar el valor, la excelencia y las competencias de la persona, pero, sobre todo, la aportación que brinda a su centro de trabajo. ¿Qué debe lograrse con ello? El mejoramiento continuo del evaluado o evaluada y dependiendo de la naturaleza de la empresa por ejemplo en el caso de una institución educativa, se beneficiarán sus estudiantes, el colectivo de  profesores/as, proporcionándole además a la propia institución, prestigio.

Si bien se plantean varios métodos o herramientas, para evaluar el desempeño de las personas, tales como: 360 grados, Manejo por objetivos, Escala de calificación, Escala gráfica, Lista de control e Incidente crítico, de forma general deberán medir:

– conocimiento del trabajo
– calidad del trabajo
– relaciones con las personas
– estabilidad emotiva
– capacidad de síntesis
– capacidad analítica
– Las cualidades del sujeto (personalidad y comportamiento)
– Contribución del sujeto al objetivo o trabajo encomendado.
– Potencial de desarrollo.


Evaluación que al fin y al cabo tiene aspectos objetivos y subjetivo del o de los evaluadores, que en la medida que se acerque a la realidad del evaluado, el beneficio para todos será mejor.

La problemática de la evaluación del desempeño o su vulnerabilidad, dependerá de muchos factores que pueden permear o debilitar a la propia institución, por ejemplo:
·      
         Cuando no existe correspondencia entre el resultado de la evaluación y el impacto de la misma en el evaluado- Es el caso de que una persona evaluada en un período determinado con grado satisfactorio y que sea despedida posterior a la evaluación; o que en uno de los instrumentos se plantee como uno de los indicadores, promover a un cargo superior (como recomendación) y esa posibilidad no se cumpla al no tener la empresa una real disponibilidad para el cambio.
·      
         Que los evaluados conozcan que ya concluyó el proceso de evaluación y jamás conozcan sus resultados; Que en el proceso de evaluación no se analice con el evaluado sus resultados de forma presencial, con transparencia y objetividad.
·         
      Que las herramientas creadas para la evaluación (ejemplo: la de 360 grados, donde intervienen diferentes actores, que para una institución educativa serían estudiantes, autoridades, los pares - entiéndase otros docentes que pertenecen al mismo colectivo de la disciplina- y la autoevaluación del evaluado), sean de dominio previo.
·         
      Que los instrumentos para evaluar no sean utilizados como un arma para dañar o perjudicar al evaluado, aspecto que tendrá que tener en cuenta el evaluador en el análisis de los resultados.·         

      Que el evaluado no tenga conocimientos de un plan de mejora para una próxima etapa, y que esté de acuerdo con éste.

Para concluir y no escapa como error de omitirse, que también las autoridades deben de ser evaluadas por sus subalternos, pares y personal de la empresa, ya que solo una adecuada retroalimentación hará que la empresa mejore sustancial y positivamente. Por cierto, ¿estuvo usted de acuerdo con su última evaluación?

lunes, 4 de marzo de 2019

¿Al azar o flechado?

Si te detienes un rato a pensar – te invito a que lo hagas en un momento de ocio – sentado en un parque bajo la sombra de un árbol o no dependiendo de la temperatura, y observar lo disímil de las parejas (sin distinción de sexo, edad, color de la piel, estrato social), donde se adicionan los términos antagónicos entre sí como: delgado, grueso, alto, bajo en cuanto a volumen del cuerpo; tatuados o no, trenzas, pelo liso, color y corte del cabello entiéndase forma de vestir acorde a la moda desde los más actualizados hasta los más convencionales dependiendo del conservadurismo o el entorno sea laboral o de estudio.

¿Cómo surge el amor o la relación entre dos? ¿En un fiesta, en un bus, en una cafetería, en una clase, en una reunión de trabajo o a través de una red social?

Ésta última como herramienta – criticado por muchos -, dado que no siempre predomina la sinceridad, y predominio de datos falsos, aunque hay quienes le han resultado fabuloso y simplemente son felices.

No es secreto para nadie que siempre se está en búsqueda del “príncipe azul” estereotipado a un joven de la realeza y por ende “sangre azul” o la “bella durmiente” a la espera de un beso, opción posible para aquellos y aquellas que comienzan a romancear desde temprano, pero también una opción para las personas – cualquiera fuese el motivo – que necesitan una compañía donde ambos se complementen y que en la marcha vayan ajustando mecanismos de comprensión y colaboración mutua.

Una pareja – solicitarla a través de una carta al niño Dios – no necesariamente suele ser un solución aunque sí una esperanza, de tener a alguien a su lado.

Hay quienes atribuyen que es mejor sentirse solo o sola y que es suficiente con su hijo (a), hermana (o) o con sus mascotas, ante posibles relaciones que no rindieron su fruto esperado, siendo frustrante y se adaptan o basta que se sientan bien y punto.

Realmente, es poco probable encontrar un catálogo, normas, manuales que te definan o establezcan que hacer para encontrar la pareja “ideal”, aspecto que a criterio personal no existe. Y que de encontrarla, la relación deberá resguardarse en un accionar de conversar, compartir, ceder, incentivar, escuchar, dedicarle tiempo y paciencia. ¡Pasen un buen día!
La mujer que yo quiero, no necesita bañarse cada noche en agua bendita… 

Pero ella es más verdad que el pan y la tierra…; 

La mujer que yo quiero, no necesita deshojar cada noche una margarita…

La mujer que yo quiero, es fruta jugosa, madurando feliz, dulce y vanidosa…

La mujer que yo quiero, me ató a su yunta para sembrar la tierra de punta a punta… 

De un amor que nos habla con voz de sabio…; Y tiene de mujer la piel y los labios.

La mujer que yo quiero, me ató a su yunta...; 

Pero, por favor, no se lo digas nunca

Pero, por favor, no se lo digas nunca

Letra tomada (parte) de la canción "La mujer que yo quiero"; compositor: Juan Manuel Serrat