lunes, 30 de mayo de 2022

Algo necesario que debe retomarse mucha fuerza: el trabajo en equipo. Parte I.

Hoy en día las tecnologías tales como el empleo de celulares, tabletas computadora u ordenadores, el producto que se extraiga del mismo, prima a partir de una experiencia personal, diría que individual (al menos en un comienzo), sin distinción de edad.

Que si fuese una afirmación literal – un sí categórico – en nuestro planeta predominarían una sociedad de individuos aislados, poco comunicativos, ensimismados, desinteresados, ajenos al mundo que lo rodea – sin preocupaciones de lo que sucede alrededor, en lo social, económico, etc.; y tal vez con una cierta familiaridad en puntos comunes con otras personas de su edad en cuanto a modas, juegos, gustos.

Me atrevería a pensar en no ser muy duchos en lo que corresponde a la geografía e historia de su país y menos fuera de las fronteras. Es algo así como habitar en una escafandra donde para colmo ni chequea el flujo constante de oxígeno o si el tanque está medio vacío.

Hasta aquí pensaría que estamos en presencia de un mundo apocalíptico de individuos, que son Yo y solo yo y esto, ¿es lo que nos depara el futuro? Por supuesto irme a un extremo así, sería caer en un error poco perdonable ante la negación de que todo seguirá igual y nada cambie.

El ser pragmático – no ahora – me queda claro que. sin tecnología, cuando la escuela se asistía para aprender, ser evaluado y memorizar (aprenderse las tablas), cuando se establecía una serie de rutina: casa – escuela – casa (tarea), padres al tanto de cumplir con lo que los profesores decían y que en el caso de incumplimiento la respuesta era un regaño, sancionado (cero juego) y sin chistar.

Ya estando en secundaria (7mo a 9no), no lo recuerdo bien, pero si pedía permiso para ir a estudiar a casa de los amigos, entiéndase hacer las tareas juntos. ¿Algún trabajo en equipo, existían ya? Me parece que sí, ir al zoológico y abordar un escrito sobre un animal del mismo.

Seleccionamos un pelícano[1], en su medio: un pequeño laguito, husmeando en búsqueda de la presa, de caminar lento, y a pesar no tener habilidades ningunas en la pintura, se nos ocurrió (al equipo) dibujarlo en la portada del trabajo, y adherir a la misma una pluma, que estando tirada la recogimos, siendo escondida en el bolso. Al llegar a casa mi madre la puso al sol, y con un esparadrapo de curitas, la pegamos.

Por el tiempo que ha pasado no recuerdo ni la nota, ni el éxito alcanzado, pero nos sentimos satisfecho, como también la profe por la iniciativa. Posiblemente hayamos sido pioneros – no recogido en la historia, ni a nivel municipal - en este trabajo realizado en equipo.

Cuando me tocó lidiar con el acompañamiento a docentes – como metodólogo, como asesor pedagógico, como administrativo académico, no era una asignación muy común a aplicar en las clases regulares; si en el caso de las tesis para los graduados, pero en las clases regulares su aplicación generaba más sosiego al profesorado, ya que era una batalla campal contra los que no participaban, con aquellos que les hacían el trabajo a los otros y que por supuesto quedaban mal trechos los no participantes cuando el docente sabiamente dirigía la evaluación al que solía “recostarse” y que de su exposición dependía la nota del resto.

Diría que como parte de las competencias blandas[2], el trabajo en equipo, es una actividad pendiente y necesaria de reforzar para que estudiantes y docentes sean capacitados (como organizarse, el rol de quien estará frente al equipo, el análisis de las investigaciones realizadas y sometidas a un consenso, presentaciones del trabajo a amistades, amigos, padres de familia, etc.)

Labor que deberá incorporar el docente – sin importar la disciplina, asignatura o contenidos de la misma – ya que el beneficio del aprendizaje será mucho mayor si al trabajo realizado por el equipo, pídale que lo expongan y que no lo entreguen y que mejor que retroalimentarlos en una actividad propia para ello.

Con jóvenes es mucho más moldeable y alcanzable, menciono desde la enseñanza media y bachillerato, así como en los primeros años de las carreras universitarias o técnicas, ya en lo laboral son “otros 5 pesos”, del cual abordaremos en una siguiente edición.


[1] Ave que posee un gran tamaño y a su vez un pico muy largo con una especie de gancho de forma curva en el borde superior del pico del cual le sobresale una gran bolsa de la parte inferior del mismo; cuello se caracteriza por ser largo, posee un par de patas gruesas y cortas las cuales son totalmente planas y grandes en la parte donde están los dedos.

[2] Destrezas asociadas a la inteligencia emocional y a la capacidad que tiene un individuo para interactuar efectivamente a nivel personal y profesional

lunes, 23 de mayo de 2022

Cuando algunas cosas cambian.

Una de las cualidades de los seres humanos resulta la adaptabilidad, ante un cambio, proceso que tomo tal conlleva dada la necesidad de tomar decisiones, por ejemplo, algo tan sencillo como donde hacer compras básicas que incluye la alimentación (entre otros, productos para la higiene, utensilios de cocina, etc.) – más cuando si detectas algún vecino de forma ocasional, y al menos se saludan, con la mano o tal vez con una sonrisa que se esconde detrás de una mascarilla, que, por supuesto no es apreciable, pero se genera por inercia por ambos, como parte de la educación, diría vecinal; pero omites preguntar donde se pueden hacer las compras necesarias -, lo que te obliga a refugiarte una vez más en los motores de búsqueda digitales, donde quedan las ventas más próximas.

Otro factor que llamaría espeluznante sería el desempacar, lo que a duras penas podías “enclaustrar” entre las paredes moldeables de tu equipaje, acorde al peso permitido por la línea aérea, con un previo sentido de “mea culpa”[1], de que dejo, que le cedo a amistades, familiares, a personas que solo conoces o no, pero que le serán útiles, algo así como el “maná caído del cielo”[2], que entregas con gusto, con agrado, sintiendo en lo personal un alto grado de satisfacción de ayudar a quien más lo necesita.

Y, ¿dónde guardar las cosas, acorde a la naturaleza del producto? Obligatoriamente con un alto nivel de cientificidad – convirtiéndote en un tipo de detective estilo Sherlock Holmes[3] o Hércules Poirot[4] - iniciar un proceso de investigación de almacenaje de gavetas y closet y comenzar a repartir como parte de un primer ensayo, que no será el último, con el riesgo de olvidar donde guardaste…, y comenzar una nueva y otra más revisión, tratando de dejar lo material lo más organizado posible (tarea con alto riesgo de improbabilidad de éxito)

El tiempo obviamente te resultará escaso, ya que tratarás de organizar todo tomando como patrón de referencia, la que dejaste en tu lugar de residencia anterior; pero también buscaras reducir tus ratos de desasosiego, donde paralelamente a todo lo anterior una prioridad resultará conectarte al “mundo exterior” mediante el servicio de alguna empresa de telecomunicaciones, entretenimiento, servicios en la nube, streaming y comercio electrónico, anteponiendo entre otros, correos, chats, donde la frase célebre, será: ¡llegamos bien, no se preocupen!, acompañado de alguna imagen (fotos) y de ser posible visualizarse en vivo – a pesar de las diferencias en los usos horarios en algunos casos -  donde proporcionas un leve recorrido virtual de tu nueva vivienda.

Hasta aquí diría que el inicio de un principio, ya que resulta necesario, la búsqueda de trabajo donde una vez más recurre al envío de tu hoja de vida o curriculums vitae (CV), actualizado (nueva dirección, teléfono, con la opción de modificar la foto que usaste durante años, buscando siempre el mejor aspecto exterior, imagen o estilo propio, en especial en el vestir)

Lo que no resta el mantener tus compromisos laborales anteriores y la búsqueda de nuevos, luchando contra “los molinos de vientos” versus edad – experiencia.

A la par de todo lo anterior, porque son muchas cosas – de tener hijos, el cambio de escuela, colegio, instituto o universidad, con la posibilidad de riesgo de atraso según el período escolar – y finalmente los trámites migratorios pertinentes, que te permitan una estabilidad formal como ciudadano ante tu nuevo hábitat.

Luego, una nueva experiencia…, un reto, porque le recuerdo el planeta Tierra, está lleno de ellos, para de ser superados – unos no a tan corto plazo –, vivir una vida lo más tranquila posible.


[1] Mea culpa es una locución latina que se traduce literalmente como «por mi culpa» y usada generalmente como “mi culpa” o “mi propia culpa”.

[2] Según el libro del Éxodo, el maná (hebreo: מן) era el pan enviado por Dios a los israelitas todos los días durante los cuarenta años que estos deambularon por el desierto.

[3] Detective privado de ficción creado en 1887 por el escritor británico Arthur Conan Doyle. Personaje inglés de finales del siglo XIX que destaca por su inteligencia, su hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles.

[4] Hércules Poirot, detective privado belga creado por Agatha Christie.

lunes, 16 de mayo de 2022

Cronología de una mudanza.

Mencionar la palabra Cronología, es hacer referencia a una de las ciencias auxiliares de la historia cuya finalidad es determinar el orden temporal de los acontecimientos históricos y es fundamental para la historia, que, en mi caso personal, lo remito a las mudanzas, constituyendo por lo tanto un “…orden temporal y personal – con algo de ficción, después de tantos años que han pasado -, referente al arte de mudarse, de residencia.

Resulta elocuente pensar que cuando somos pequeños, que nuestros padres decidan “…recoge, que nos mudamos”, no tengamos ni voz ni voto en dicha decisión, que, dependiendo de la edad, (¿4 – 6 años?) es posible que las primeras pérdidas sean los amigos, inclusive hasta las mascotas, donde posiblemente el dolor sea más fuerte con éstas últimas.

En lo personal, en este último me sucedió y es real; tuvimos que viajar fuera del país (probar un nuevo modo de vida al menos temporal), pero por algunas contradicciones sociales en cuanto al modo de vida, al ser latino – a pesar de mi corta edad - donde la discriminación era muy fuerte (finales de la década de los 50), regresamos a mi país de origen. Tenía un perrito (Rory), nada de raza pura, por lo que era clasificado como “sato” o criollo, que al irnos mis padres se lo dieron a un finquero; unos 3 meses duró la ida y el regreso, y un buen día, cuando me dirigía a la escuela (primaria, 2do grado), al abrir la puerta, ¡allí estaba Rory!, había llegado solo, escapado de la finca.

Hubimos de mudarnos una vez más – siempre sin poder de decisión – a una casa más cerca, que facilitaba a mi padre reducir la distancia a su trabajo, ¿y Rory?, mi madre años después me contaba, que tuvo que quedarse una vez más, y que le perdieron la pista. ¡Triste!

En mi nuevo hogar, pequeño, para una familia de 6 (4 hermanos, papá y mamá), allí crecimos, becados, otros cambiaron de hogar al casarse, otros al emigrar (ya producto de decisiones propias, por diversos motivos o causas)

Al tomar esta decisión (tres décadas atrás), no sabía que era emigrar, ni tampoco convertirme en un inmigrante, poco a poco lo fui aprendiendo, diría que, adaptándome a las costumbres, a la cultura, a los modismos (algunos de los cuales, tuve la necesidad de hacer uso de los mismos, ya que los míos no eran comprensibles, sobre todo para mis estudiantes en las clases y con mis compañeros de trabajo)

Cambió – con la mudanza – la gastronomía, la música, inclusive el tono de voz[1], reduciendo mis decibeles que eran muy altos en una conversación “normal”, así como el ritmo[2], que era abrumador, casi ni me entendían.

Por supuesto, sería mentir que perdí toda mi idiosincrasia, partiendo que el idioma era el mismo (español), aunque la ventaja era el haberme mudado ya siendo adulto, luego olvidar las costumbres era y es poco probable.

Claro, el impacto de cambiar de local, de país, motivó la pérdida de las amistades, que hoy a diferencia de años atrás – donde saber de uno o de otro, podía ser una carta –, basta con sostener una conversación a través de cualquier plataforma propia de las redes sociales.

Donde unos/as no activan su cámara y solo aprecias la imagen ¿por qué será? y al escucharlos solemos tildar la voz, que no has cambiado nada y obviamente nos causa mucha alegría, aunque sea solo para saludarnos y saber un tanto de la familia o en el mejor de los casos, te mudas imaginariamente al apreciar fotos de tu país, donde te expresas silenciosamente, “…allí estuve… si lo recuerdo, gratos e inolvidables momentos”

¿Una nueva mudanza? Siempre como opción podrá ser, ¿adaptarte?, es recomendable, y ¿olvidar lo vivido?, es imposible. Disfrute la vida, eso sí, un consejo: no deje de recordar su terruño.


[1] El tono se define como la altura o elevación de la voz que resulta de la frecuencia de las vibraciones de las cuerdas vocales. Si estos músculos vibran un número elevado de veces por segundo, aumenta su tensión, la altura es mayor, la voz se eleva y, en definitiva, se escucha más aguda.

[2] Cantidad de palabras o sonidos que pueden emitirse durante una misma respiración, esto es, qué tan rápido o lento se produce la voz, así como los intervalos de variación respecto a dicho patrón.

lunes, 9 de mayo de 2022

Cuando deseo abrazarte.

¿Te has preguntado, qué sientes cuando te abrazan?, ¿sorpresa?, ¿extrañez? (por desconocer el motivo de la acción como tal); hipocresía; ¿algo que esperas producto de una acción meritoria y que como resultado o respuesta surge una sonrisa, y porque no una lágrima?

¿Se requiere de palabras - de quien abraza o de quien recibe - para darle mayor fortaleza al abrazo como tal?

Supongo que como mismo se me ocurren tantas interrogantes cuando escribo este artículo, paralelamente tu cerebro estará buscando respuestas o en el mejor de los casos apoyándose de los recuerdos – que se generan en la estructura cerebral llamada hipocampo y se almacenan en la corteza prefrontal en la parte frontal del cerebro – de cuales fueron los mejores abrazos recibidos o los que faltaron en el momento oportuno, cuando lo necesitabas.

Por cierto, ¿qué entendemos por abrazar? “Acción y efecto de estrechar a alguien entre los brazos a impulsos del amor o cariño o en señal de salutación, despedida, reconciliación, etc.”

Acción que difiere entre el hombre y la mujer al abrazarse, éstas últimas atraen hacia sí con un gesto de acercamiento de la cabeza sobre el hombro de la otra persona, el cual parece ser mucho mejor que cuando la conexión es a través de una palmada en la espalda, propia de la mayoría de los hombres, aunque en ambos casos se evidencia una conexión física y emocional con la otra persona, la primera más expresiva, la segunda mencionaría que un tanto conservadora.

El factor fundamental será el porqué del abrazo, por ejemplo, estudiantes a los cuales les diste clase y estas en el acto de su graduación, predominando el saludo con la mano – para ambos sexos - o el beso en la mejilla para las egresadas. Pero, ¿si fuese aquella o aquel estudiante que le impartiste clase en una o más ocasiones, que fue una persona – de no tan buen desempeño en un comienzo – y hoy se gradúa como el o la mejor de su graduación, ¿te limitarías a extender tu mano, como docente?

En el peor de los casos cuando tu vida la haces rutinaria y tu prioridad es el trabajo y atender de “lejos” los problemas de tus hijos o nietos y uno (a) de ellos te pide un abrazo, no esperado, ¿qué harías?

No dudes que lo ¿raro? de la solicitud estará determinado por un posible mal momento que estará pasando el familiar y que tu abrazo será un excelente catalizador para que se genere un espacio abierto de comunicación entre ambos.

Mostrar cariño y afecto hacia las personas ayuda en el desarrollo normal de la vida. Los besos y, sobre todo, los abrazos, forman parte de un instinto universal, una respuesta natural a los sentimientos de amor, afecto, compasión, necesidad y alegría.

Con un abrazo vas a sentir que no estás solo y te sentirás querido y valorado por quienes te rodean. Solo invirtiendo 20 segundos, lograrás un importante efecto terapéutico. Por cierto, te recuerdo que abrazar es gratis.



Y concluyo con este poema:[1]

Quizás la casualidad haya hecho su parte,

pero no puedo evitar preguntarme,

porqué los abrazos se llaman así.

 

Más que abrazos se precisa para darlo.

Hombros para el llanto.

Pecho para el cobijo.

Caricias para el consuelo.

Piernas para la intimidad.

Alma para el amor.

Necesitarás más que el alma para sentirlo.

El perfume de su cabello.

El sabor de sus labios o lágrimas.

El susurro de su respirar.

 

Cada necesidad requiere de una fuerza en sincronía.

Cada intento demanda de dos partes.

De otro modo jamás será sincero.

Lucas Sampor.



[1] “Guía para un abrazo sincero” Poeta argentino.





lunes, 2 de mayo de 2022

No viene mal… que te protejas.

Siempre he sido un tanto supersticioso – entiéndase, creencia que resulta contraria a la razón y ajena a la fe religiosa – de aquí que considere la existencia de ciertos fenómenos que disponen de una explicación mágica o mística, por ejemplo: trae mala vibra pasar por debajo de una escalera o casarse un martes 13, no es una buena opción, ya que las cosas podrían salir como lo esperas.

Donde mucho acerca de ello surge de tradiciones populares que se transmiten de generación en generación – que, en mi caso particular, mi madre hacía alusión a que su mamá (es decir mi abuela, persona de campo), la “educaba” a través de relatos, en que no era adecuado hacer lo cual favorecía la buena suerte (o alejaba la mala), como es el caso que a la hora de soplar una torta el día del cumpleaños[1], debe lograrse de un solo apagar todas las velas[2].

A lo anterior, como “antídoto”, - también de origen ancestral - era recomendable contar con un amuleto[3], correspondiente a un objeto portátil al que se le atribuye un poder mágico capaz de dar salud o suerte o de beneficiar a la persona que lo tiene en su poder y lo lleva encima.

Objetos que suelen estar muy presentes en la sociedad actual y que inclusive suele vincularse a la combinación en cuanto a colores, con el vestuario – mucho más las féminas – donde la diversidad de formas es muy amplia: animales (suelen colgarse como dijes, aretes o medallas: trébol de 4 hojas, búhos, yin yang;  minerales (como es el caso de las gemas: ámbar, granate, perlas, topacio, turquesa, turmalina), vegetales (Rosa de Jericó) y otros símbolos (en forma de martillos, manos),donde cada uno de ellos tiene un propósito especializado, aunque todos tengan la finalidad de protegerte de problemas, malas intenciones o enfermedades.

Pero, ¿acaso el uso de los mismos, contradice a lo planteado por otras religiones? Por ejemplo: El crucifijo ha sido considerado a lo largo de la historia como una potente arma contra los demonios y los malos espíritus; a ello le sumamos el uso de escapularios o medallas (Virgen de Guadalupe, la Caridad del Cobre, etc.); otra modalidad, resulta colocar en los retrovisores de sus vehículos rosarios o imágenes de Santos, como una manera de propiciar la protección de los viajeros durante el trayecto.

Luego, ante un mundo tan diverso en cuanto a culturas, creencias y de hechos o fenómenos naturales y sociales, vinculados a la violencia, pobreza, desigualdades queda a criterio de lector, su uso o no, ¿qué realmente nos proteja? Es posible. ¿Qué nos falle? Es posible.

¿Qué saldrás bien en la evaluación que te realicen o que te otorguen la plaza vacante, que necesitas? Dependerá además de tu creencia y del amuleto o amuletos que utilices, de estudiar mucho, superarte, prepararte más que bien.

Tus ancestros, con sus creencias, sus relatos, sus cuentos, lo que recoge la historia al respecto, ligado a vivir – como propósito - con una buena vibra, entiéndase “sensación o sentimiento instintivo que percibe una persona como emanados de otra, de un lugar, o de un objeto”, que, aunque algunas veces te caigas, pero seguro que te volverás a levantar.

En una ocasión un directivo me preguntó, que ¿por qué utilizaba a pesar de mi edad, además con responsabilidades como educador, teniendo que lidiar con estudiantes y docentes, un lazo rojo, en mi mano izquierda?, ¿Qué si era una moda?

Por respeto, solo sonreí. En ese momento no venía al caso explicarle, que era mi amuleto, que lo colocaba en la muñeca izquierda, porque está más próxima al costado del cuerpo que se encuentra más conectado con el alma y que también la pulsera me proporcionaba buenas vibras, protección, prosperidad, buena suerte y afecto, hacerme sentir positivo y generar armonía en mi vida.

Por cierto, ¿cuál es su amuleto?


[1] También llamada queque, cake, biscocho, pastel, rosca.

[2] Su origen en la Edad Media

[3] Talismán, fetiche.