lunes, 28 de diciembre de 2020

Algunos no pudieron...

Usualmente – vía correo – suelo expresar a mi familia y en particular a mis hermanos, así como a otras personas muy especiales, un balance de los mejores recuerdos, hechos de un año que se va, augurando lo mejor de lo mejor para el nuevo año del cual estamos a horas de recibir.

Este año creo que ha sido diferente para muchos no solo en mi país, sino en el mundo entero con las personas que no nos podrán acompañar para el próximo 2021, producto de la pandemia, millones de contagiados, más de un millón de fallecidos.

Era común al comienzo de la enfermedad, al dialogar entre los amigos, familiares la problemática de…  “¿sabes quién está bien afectado…?” “¡A la sobrina de… la enterraron ayer mismo, no le permitieron a los familiares verla!”; recibir notificaciones de la institución de docentes fallecidos, uno, dos, tres…

Que decir a la espera de la llamada que realizaba el hospital a los familiares, para comunicarles en menos de 45 segundos el estado del paciente; en el mejor de los casos, descargar de “la nube” a la persona autorizada el resultado de la gasometría, el balance entre la cantidad de oxígeno que respiraba en forma asistida por un ventilador y el dióxido de carbono que expulsaba; el resultado del hemograma o análisis de sangre para ver el comportamiento de los glóbulos blancos y rojos y de ser necesario realizar una transfusión del preciado líquido rojo.

El sinnúmero de medicamentos para tratar de inmunizar el organismo lo más pronto posible mediante tratamientos cuya experiencia médica internacional era relativamente reciente; la presencia de especialistas en diferentes campos: pulmonólogos (o neumólogos), neurólogos y otras especialidades; necesario mencionar al “ejercito” de enfermeras(os), que tras el auricular nos expresaban con ternura y mucho aliento las leves mejorías o con la voz casi apagada el retroceso del ser querido e inclusive escuchar de trasfondo el sonido agudo y continuado en señal de que otro paciente estaba en una situación crítica.

A lo antes descrito de forma paralela se sumaba la “guerra mediática” en cuanto al comportamiento en el mundo del aumento exponencial de personas afectadas y fallecidas, buscando responsables sin distinción de “derechas o izquierdas”; de las contradicciones y pleitos entre los organismos o instituciones e inclusive la polarización entre quienes cumplían o no las medidas básicas para evitar contraer la enfermedad.

La presión de la apertura de fronteras, negocios, bares, teatros, cines, restaurantes, ante una necesidad económica a pesar de los rebrotes y segundas olas; impartir clases desde casa, mediante la llamada educación remota, donde en muchas ocasiones ni docentes ni estudiantes contaban con los recursos necesarios, ni estaban preparados pedagógicamente para enfrentar el drástico cambio a la hora de enseñar y aprender para aplicar, afectando con ello la calidad de la educación.

Diría que esta ha sido un año muy “gris”, difícil, complejo, sin contar los daños causados por fenómenos meteorológicos – recurriendo hasta el alfabeto griego – en el caso de los ciclones o depresiones. 

No queda duda que la vida sigue tal es así a pesar de los “tragos amargos”, donde se extraen muchos aprendizajes y que en mi caso se puso de manifiesto: lo principal, la unión de la familia, el darnos ánimo entre nosotros, refugiarnos en Dios o en la Ciencia, en la esperanza, en la fe.

Les deseo a todos mis lectores lo mejor de lo mejor en este nuevo año que se avecina, a los millones que pudieron lograr vencer la enfermedad tras su recuperación, a los nuevos descendientes, a aquellos que luchan por seguir educando a niños/as, jóvenes y estudiantes en general. 

Un abrazo grande.



 

lunes, 21 de diciembre de 2020

Resulta complejo, pero ¡se puede!

El Trabajo en equipo considerado una competencia blanda, siendo muy exigida por los empresarios, de aquí que se considere un término muy en boga, tal es así que prácticamente no hay un día, donde exista una oferta laboral sin que se solicite esta competencia. 

Hoy, la palabra trabajo en equipo, se requiere como un valor propio del individuo, cuyo propósito es contrarrestar al individualismo. Es cierto que no en muchas ocasiones podemos estar abrumado o lo contrario, bien bastante estresado por el volumen de trabajo, a pesar de contar la o las personas con la capacidad para hacerlo.

Sin embargo lo que se pretende llevar a cabo no necesariamente puede ser criterio de uno o una cuando realmente se trabaja de forma conjunta, para lo cual se requiere cierto insumo, para alcanzar un trabajo final y de calidad indiferentemente quienes sean los autores: estudiantes, docentes o de un gerente a las autoridades superiores. 

Entregada la solicitud, si todo sale bien o no, al menos habrá una sonrisa y un agradecimiento a la persona o colectivo que nos permitió retroalimentarnos, no quitándole en ningún momento responsabilidad para ello a la persona que le correspondía liderar el trabajo mismo. 

Al igual que otros valores (actitud ante el trabajo, puntualidad, etc.) el trabajo en equipo implica un elemento que debe formarse en el individuo, de aquí que resulte complejo la adquisición del mismo. 

Si no se educa a la persona, bien desde el seno familiar o desde el colectivo laboral (o ambos inclusive), donde no todo no dependerá de lo que el destino nos depare, y a partir de ese momento ponerlo de manifiesto. Basta que surja una necesidad casual o planificada, para que ante un llamado, se requiera de solidaridad + compañerismo + incondicionalidad (otros valores) = trabajo en equipo, y lograr con ello lo deseado. 

Podemos ver, y hablaba en un inicio, del llamado que se hace a estudiar y al trabajar en equipo, inclusive mediante cursos de capacitación, que mediante ciertas dinámicas, técnicas de aprendizaje, te hacen ver que solo, no se puede. El “Clavo” es que posterior a la capacitación, o no se ponga en práctica, porque regresas a la rutina (por supuesto craso error) a pesar de que la propia institución, posiblemente sufragó el curso, o que la institución misma no haya planificado actividades que conllevaran al trabajo en equipo.  

Es cierto – y así lo recoge la Historia -   que algunos de los más grandes genios de la historia han ofrecido al mundo productos extraordinarios desde la soledad de sus talleres o aposentos, sin embargo suele excluirse, quiénes lo acompañaron en sus investigaciones; por ejemplo: Detrás de un premio Nobel, hay un equipo de trabajo, de investigadores, aunque quede en la Historia, que fue uno o una. 

Recuerde que un verdadero trabajo en equipo, donde entre las personas que forman parte del equipo, presentan competencias específicas y desarrolladas que al alinearse producen sinergia, empatía, conexión emocional y visión compartida de sus integrantes, sin imposiciones ni compromiso, donde reina la intradisciplina, identificación y la coestima, además de agregar valores, que cuando ello sucede los resultados suelen superar todas las expectativas. 

Finalmente, debo decir que en su momento, Luis XIV de Francia se equivocó, al decir ¡“El estado soy Yo”!, ya que cuando se trata de trabajar con sinergia, sin duda alguna, debiera ser ¡El Equipo, somos todos!
 

lunes, 14 de diciembre de 2020

Cuando la no rutina se convierte en rutina

Siempre he tratado de ser organizado, lo cual me ayuda a optimizar el tiempo de la vida cotidiana, sea laboral o personal; levantarme a una hora determinada, que cuando irónicamente pongo el despertador, lo que hago es vigilarlo para visualizar si ya estaré pronto a despertarme. 

Casi sonámbulo me dirijo a la cocina en búsqueda de preparar un buen café, en cuyo traslado encendida la luz, visualizo la entrada de algún correo en la “extensión” de mi mano: el celular, que de no ser importante pongo a cargar el mismo, mientras que en el interior del microonda gira como un carrusel la taza que ya tiene su azúcar sin calorías y cierto contenido de agua, a la espera que suene la señal que ha transcurrido el tiempo necesario, recipiente que impacientemente espera su dosis del prestigioso estimulante rico en cafeína.

Me traslado a la sala y en uno de los sillones – teniendo a la par el preciado licor cuyo aroma invade mis fosas nasales – encendemos la computadora personal, dando un barrido general por periódicos nacionales e internacionales donde tratamos de valorar un equilibrio entre los dimes y diretes en el ámbito político, hechos sociales, artículos; casi a la par encendemos la tele dándole prioridad a los noticieros y apreciarlos audio visualmente.

Se siente la moto que indica la llegada del periódico, para complementar si el planeta Tierra “sigue patas arribas”

Paso a algunas tareas domésticas como es la revisión de los dispensarios de las mascotas; limpiar lo que en la noche ensuciaron y alistar un tanto la mesa para el desayuno.

Al baño, al closet, en búsqueda de una ropa adecuada en tiempos de pandemia y pasamos a ingerir los alimentos que se suponen que sean los más importantes (se plantea que… “la primera ingesta del día determina durante el resto del día la eficiencia del organismo para quemar las grasas de los alimentos consumidos en la comida y la cena”)

Tras lavar los recipientes utilizados, suelo dirigirme a mi pequeña agenda donde reviso el cumplimiento de lo programado y por programar, aquí plasmo las pequeñas tareas cotidianas; las tareas “grandes” las cuales se repiten con fechas inamovibles cada mes, esas están escritas en un calendario colocado como cuadro, de frente.

No omito manifestar que tal vez como una muestra de organización o disciplina en cada local de la casa cuenta con un reloj, que indica lo único que no podemos volver atrás: el tiempo.

Realizo una “pequeña gira” trasladando a mi esposa a su trabajo, siempre y cuando no realice teletrabajo; por el supermercado, alguna que otra gestión personal y a casa; retomamos la agenda de lo cotidiano, cuyas tareas por realizar giran en torno a la escritura de artículos por elaborar, donde los temas a abordar fluyen uno más que otros, dependiendo de la “musa”

Llega el horario de almuerzo calculado para las 12 del mediodía; dormir religiosamente la siesta (recomendado unos 20 minutos mínimos) que me permite reunir energías para el resto de la jornada o resistir una noche larga. Nota: esto último casi nunca, aunque con excepciones justificadas.

Una nueva taza de café y de retorno a la computadora…; no pueden casi al filo de la tarde, los ejercicios físicos, caminando por el barrio, tratando de sudar un poco lo cual no garantiza eliminar las calorías ingeridas y necesarias, pero es un esfuerzo al menos en estirar los músculos.

Al baño nuevamente, continúan los noticieros, la cena (un tanto más ligera) y a disfrutar de algún audiovisual que nos permita retornar los latidos del corazón que corresponden en “modo descanso”

Una vez que arriban los primeros bostezos o los párpados se vuelven más pesados, suena la alarma mental que dentro de unas 6 horas aproximadamente, se repetirá lo ya descrito anteriormente.

¿Soy acaso rutinario? No lo sé, pero realmente lo que hago, lo disfruto y más en tiempos de pandemia; que cuando termine este desagradable virus, volveremos a soñar en… incorporar nuevos elementos que hagan la vida más agradable y tal vez rutinarias o no.

lunes, 7 de diciembre de 2020

¿Por qué podrían “ablandarse” las competencias blandas ante la Educación Virtual?


Indagando en el diccionario de la Real Academia Española, una competencia se considera “Pericia, aptitud o idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado”

Hay competencias laborales y educativas, que en el caso de ésta última se plantea: “Conjunto de comportamientos sociales, afectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, un desempeño, una actividad o una tarea”, que de “aterrizar” un tanto la resumiría en que: los estudiantes aplicarán sus conocimientos en un contexto real, comprenderlos y además integrar los distintos aprendizajes, relacionarlos entre sí y utilizarlos de manera práctica en las posibles situaciones o circunstancias a las que tengan que enfrentarse diariamente. 

También suelen denominarse competencias o habilidades duras, donde se evidencia un hacer, de aquí que pueden cuantificarse o evaluarse.

A lo anterior se incorporan las llamadas competencias blandas o suaves, consideradas habilidades personales que poseemos y que se pueden utilizar en cualquier campo en el que nos desempeñemos y que nos ayudan a interactuar con los demás; Poseen un carácter subjetivo – ya que son más difíciles de cuantificar - dado que se vinculan con la forma en que la persona se relaciona e interactúa con otras personas. Nota: por ello también se le suelen denominar como competencias personales o interpersonales.

Pero sí hablamos de relacionar en interactuar, ¿Cómo se comportarán las competencias blandas, cuando la Educación Virtual, su característica principal es que el docente no necesariamente está “cara a cara” con los estudiantes, ni los propios estudiantes entre sí?, recordando que suele(n) comunicarse a través de una pantalla (celular, computadora u ordenador, tableta, radio o televisión.

Hablemos entonces de las competencias blandas (principales) y su posible “ablandamiento”; para ello comenzamos con la Comunicación y Escucha activa.

Saber comunicar sus ideas y recibir (escuchar) las de las personas es parte clave, pero si el estudiante habla muy bajo (no se comunica adecuadamente), pero paralelo a ello no tomas notas o apuntes, u observa al profesor donde se evidencia una mirada lánguida, desanimada, probablemente no está escuchando realmente lo que está diciendo, peor si está viendo otro dispositivo electrónico.

¿Consecuencias? No preguntará, no participará, no será evaluada.

Trabajo en equipo. Muy relevante la misma, ya que “La unión conlleva al éxito”, pero sí el estudiante anterior que no atendió, ni escuchó quienes son los integrantes del equipo y las orientaciones para el trabajo, una opción será hacerlo en modo individual, pero la posibilidad de aprender a hacer, su resultado de lograrlo, será cuestionable.

Planificación y Gestión del tiempo. De no tener claro el horario (previo) en que deberá conectarse a la clase, foro, entrega de trabajos en tiempo, posiblemente retire o abandone la clase.

Negociación. Considerado como la habilidad de llegar a un acuerdo entre dos o más partes. ¿Realmente podrá lograrlo cuando su comportamiento no ha sido el mejor, consigo mismo, con sus compañeros de equipo y con el profesor?, ¿Estaría en condiciones de pedir una prórroga para la entrega de trabajos tardíos?

Ética. Rama de la filosofía que estudia la conducta humana, ​​ lo correcto y lo incorrecto, ​​ lo bueno y lo malo, ​ la moral, ​ la virtud y el deber entre otros, de no ser ético, podría catalogar al estudiante de un negativo desempeño. En resumen no podrá cumplir con otras competencias blandas como liderazgo, toma de decisiones, mentalidad de crecimiento, no tendrá apertura a la retroalimentación, inadaptable.

No queda duda que la Educación Virtual dificulta aún más el trabajo de los docentes, que estando frente a sus estudiantes de por sí es complejo, pero la perseverancia, el nivel de exigencia y flexibilidad, el uso de estrategias pedagógicas adecuadas con las TIC, logrará poco a poco “endurecer las competencias blandas”

 

lunes, 30 de noviembre de 2020

¡Tan jovencita y con novio!

En la adolescencia parece como si el reloj biológico despertara el primer amor. Es como si los adolescentes estuvieran enamorados del amor. Al principio idealizan y fantasean sobre quién les atrae sin ir más allá, porque en el fondo existe un cierto temor al contacto directo. Esta práctica imaginativa constituye un entrenamiento previo a la vivencia. Lo mismo sucede con las fantasías sexuales que le ocasionan mucha atracción pero también numerosas angustias. 

Los primeros pasos hacia el encuentro amoroso. Ellas desean ser admiradas y ellos ser héroes todo poderosos y galantes. Los adolescentes viven amores platónicos con profesores, artistas, ídolos de la canción y del cine. Cuando los adolescentes llegan a esta etapa de su vida lo hacen llenos de ideas diferentes sobre la pareja, que han ido incorporando de su alrededor durante la infancia, con las cuales a veces pueden no estar de acuerdo y que deberán resolver y elegir según sus sentimientos e identidad. Los primeros contactos se inician cuando chicas y chicos salen en grupo. Establecen relaciones superficiales y de coqueteo. 

Quieren impresionarse mutuamente. En esta época los contactos se reducen a miradas, paseos, caricias, besos, abrazos, etc. Pero llega un momento tal que el grupo, tiende a la división, ya que suele entablarse una relación más selectiva con alguien concreto, cubierta en ocasiones de irracionalidad y emotividad. El grupo deja de ser el centro y la pareja se convierte en el foco de atención. Todo se proyecta hacia él o ella. Nada importa sino es compartido con el otro, lo demás pasa a segundo plano.  Lo que antes se veía horrible en otras personas ahora resulta magnífico en su compañero/a, no se ven los aspectos negativos y se ignora cualquier tipo de defecto.

El enamoramiento es como una especie de revolución que se vive con gran euforia. Pero al noviazgo se llega después de haber superado y reordenado muchas de las emociones que se viven durante el enamoramiento. Con el noviazgo de los adolescentes ocurre que, después de varios cambios, descubren que se sienten bien con la otra persona, que tienen cosas en común, que desean conocerse más, que se echan de menos si se distancian y que su atracción sexual crece mientras ansían compartir la ternura también físicamente. Durante esta etapa dan poca importancia o relevancia a los intereses materiales. 

Este aspecto revela la autenticidad de sus vínculos más allá de las imposiciones externas de tipo religioso, social o moral. 

Recuerde que el amor es un sentimiento que se expresa de muchas maneras, tantas como parejas hay en el mundo, es una emoción poderosa que se construye entre dos personas como resultado del intercambio de los deseos, emociones y creencias de ambos. En la adolescencia se comienza a construir el significado que tendrá el amor para cada persona. Los adolescentes percibirán el amor hacia alguien por primera vez y lo vivirán de forma única y verdadera en la intimidad de su relación.

 Y eso es maravilloso.

lunes, 23 de noviembre de 2020

¿Sexo?; ¿Tabú?

Para muchos padres y madres de familia la educación sexual de sus hijos e hijas siempre ha resultado un tema sumamente controversial, inclusive temido y evitado siendo una de las razones, la falta de información sobre cómo llevar una adecuada educación sexual. 

La mayoría de padres y madres consideran que todo lo concerniente a la sexualidad es algo que su hijo o hija puede aprender solo, ya que lo habla con los amigos en el barrio  o inclusive en la propia escuela.

Es probable que los adolescentes aprendan muchas cosas a través de sus amigos, pero nadie garantiza que la información que obtengan sea la adecuada, inclusive en un momento determinado esa información relacionada con el sexo podría resultar hasta dañina, todo dependiendo de las “buenas o malas “compañías de su hijo o hija, donde los padres y madres siempre debemos estar al tanto del quehacer de nuestros descendientes, inclusive sin importar las edades. Una persona, por que sea mayor de edad, siempre tendrá tiempo para ser aconsejada y con ello evitar que cometa un error que posteriormente no tenga solución.

La generalidad de los adultos en el núcleo familiar no se plantean el tema hasta que los hijos entran en la pubertad y deben afrontar el proceso de cambio que conlleva de repente. Esto puede provocar actitudes de rechazo, ya que para muchos ya es demasiado tarde, porque creen haber aprendido todo en la calle y no en casa.

Es posible que muchos adultos, no conozcan el momento indicado para iniciar las pláticas acerca de estos temas. ¿Momento ideal? Cuando el o la pre-adolescente se encuentra próximo a los “cambios” de su cuerpo, producto de su “entrada” a la pubertad, menstruación en el caso de las niñas, cambio de voz en el caso de los varones, por citar dos ejemplos que resultan en muchos casos desconcertantes para los más jóvenes, sobretodo cuando desconocen las causas que originan dichos cambios.

Cuando no se está claro de lo que debemos tratar, los padres y madres confunden en que la explicación sobre el sexo, es solo acerca de la reproducción, donde se le “orienta” sobretodo a las jovencitas que no deben tener relaciones sexuales, el daño de salir embarazada y hasta ahí llega la “clase”; al varón por su parte, se le dice que son las jóvenes las que tienen que cuidarse, salvando su responsabilidad.  Por supuesto esta ultima opinión, posiblemente provenga de un padre machista, el cual menosprecia el papel de la mujer en la sexualidad, obviamente es erróneo.   

No se menciona nada acerca de que la educación sexual fomenta la responsabilidad de los adolescentes, por ejemplo: las enfermedades venéreas y embarazos no deseados, la masturbación y de las primeras relaciones sexuales, cómo un aspecto más global y social. 

El papel de los padres y madres responsables estriba en ayudar a sus hijos e hijas en aspectos de esta índole, de una forma sana, saludable, tranquila, sin misterios, sin conversaciones donde los demás no pueden escuchar. Es importante que se eduque, además en la igualdad de sexos, que de no hacerlo, estaremos consolidando una conducta discriminatoria. 
 
De aquí la importancia en tratar a tiempo con nuestros hijos una correcta educación sexual. ¿Lo hace usted?

lunes, 16 de noviembre de 2020

Los textos y la modalidad virtual

Cuando Johannes Gutenberg inventa la imprenta (obrero alemán, de profesión orfebre) en el año 1440, siendo una de sus publicaciones más importante la Biblia (1452) cuya característica es que en cada página poseía 42 líneas impresas, siendo considerado el primer libro impreso con tipografía móvil.

En el siglo XV los libros eran difundidos a través de las copias manuscritas de monjes – aunque no todos sabían leer y escribir, de aquí el nombre de copistas, siendo realmente imitadores de signos y en el caso de las ilustraciones y las mayúsculas eran producto decorativo y artístico donde decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de estos trabajos podía requerir hasta ¡diez años! dependiendo del tamaño del manuscrito o libro.

Han pasado más 5 siglos y las publicaciones de materiales impresos (textos, periódicos, revistas, cartas, y documentos en general) continúan de aquí que exista un hábito una cultura de leer, de tocar con los dedos de la mano y en ocasiones humedeciendo uno de ellos para pasar a la siguiente página. Hay quienes disfrutan la lectura disciplinadamente como una condición necesaria para conciliar el sueño, pero desfavorablemente la costumbre de lo impreso, su tendencia es a “disolverse” diría que en modo parcial.

¿Cuántas generaciones de estudiantes – de todas las edades – solían trasladar en su mochila o simplemente bajo el brazo, los textos de las diferentes asignaturas que le correspondían en el día? El mundo evoluciona, arribamos al siglo XXI, dos décadas transcurridas y en esta ocasión la información académica la trasladamos simplemente en el bolsillo, mochila e inclusive como una “extensión” de la mano, a través de un celular, computadora u ordenador o tableta. 

Retomando la lectura, al docente se le adiciona la responsabilidad en tiempos de Educación Virtual, de seleccionar los distintos tipos de información que compartirá con sus estudiantes, investigación que deberá ser por una parte “filtrada” previamente y es aquí donde entra en juego el diseño instruccional, que se apoya en una serie de técnicas que ayudan a la construcción de un guion a partir del texto original, y cuyo fin es mejorar la didáctica del curso, sumando a lo anterior material audiovisual, videos, animaciones, juegos y logrando con ello una adecuada interactividad.

¿Qué deberá tener en cuenta el docente, para evitar que el estudiante de e- learning alcance una situación crítica para no comprender textos, no realizar análisis críticos y de leer documentos complejos? Para ello te sugerimos varias “combinaciones o sustituciones” y otros como la combinación de texto y vídeo.  

Mientras que el texto – bien escrito, sin errores ortográficos, comprensible, accesible - es ideal para transmitir un tipo de conocimiento más conceptual, el video complementa y amplia visualmente el tema desarrollado; Sustituir texto por imágenes o iconos. Con ello la información que se pretende transmitir es mucho más visual, genera más impacto. Por ejemplo el uso de la infografía.

Estructura del texto. Con el empleo de “botones o iconos” que al darle clic sobre ellos (establecimientos de vínculos o enlaces [link]) en la pantalla se desplieguen más datos e información; Incorporar pequeños test o ejercicios, con lo cual logras involucrar más al estudiante, a la vez que ayuda a fijar conocimientos.

Lograr que el estudiante no se canse de una alta "carga cognitiva" ante una pantalla y que a la vez pueda procesar la información “endulzada”, dependerá exclusivamente de usted profesor Gutenberg del siglo XXI. 

lunes, 9 de noviembre de 2020

La gamificación en la institución educativa.

Hace muchos lustros, tendría 6 o 7 años uno de mis primeros juguetes fue un imaginario avión construido de forma muy rústica con dos pedazos de madera algo parecido a una cruz, pero para mí ¡era mi avión!, sumado al sonido que hacía con mi boca imitando el rotar de la hélice, corriendo por las calles de la cuadra, después de hacer las tareas de la escuela, requisito sine qua non para poder “pilotear”.

Siempre en la escuela (kínder y primaria) como niño, me gustaba jugar; también en el nivel medio y superior; al pasar a la universidad practiqué varios deportes: natación, judo, voleibol; no obstante por suerte o por desgracia nunca fui un buen deportista. Eso sí, siempre estuvieron divididas, las clases o asignaturas y el deporte o educación física. ¿Jugar en clase?, literalmente ¡prohibido!

No queda dudas que el mundo evoluciona y lo que en un momento determinado pudo ser sancionado, hoy en día es una necesidad imperiosa y más cuando hablamos en el ámbito educativo con la incorporación de las TIC, recurriendo para ello a la ludificación o gamificación (anglicismo del inglés gamification) Nota: Por cierto de uso NO recomendado, por la Real Academia Española. 

Ludificar o gamificar, consiste en el uso de técnicas, elementos y dinámicas propias de los juegos llevadas al aula con el fin de potenciar la motivación, así como de reforzar la conducta para solucionar un problema, mejorar la productividad, obtener un objetivo, activar el aprendizaje y evaluar a los participantes.

En lo personal observando clases (a nivel universitario), tuvimos la posibilidad de visualizar el comportamiento de los estudiantes, en la consolidación de un tema donde se aplicaba una herramienta o aplicación tecnológica, en el que se equilibraba el factor tiempo de respuesta y la puntuación alcanzada, señalando al ganador y los segundos y terceros lugares; hecho o acción utilizado prácticamente al concluir la misma. Los jóvenes al retirarse comentaban entre sí, cuánto se habían divertido.

No queda dudas que la gamificación educativa permite al ser humano – siendo una de las herramientas, tenemos otras como el teatro, la comedia - aprender con mayor facilidad los contenidos impartidos mediante el juego, pero además posibilita la sociabilización del estudiante – mucho más y necesario en los primeros niveles de enseñanza - cuya finalidad principal no es el entretenimiento sino la formación en entornos diferentes.

Les recuerdo que los juegos (como técnica de enseñanza - aprendizaje) no tienen edades para trabajar en clase, siempre que favorezca la creatividad, colaboración en grupo y la resolución de problemas, además de garantizar la comprensión de contenidos educativos enriquecidos mediante la estimulación y vinculación plena de los participantes. 

¿Listo profesor, listos estudiantes? ¿Sus computadoras, tabletas o celulares encendidos? ¡Comenzamos!

lunes, 2 de noviembre de 2020

Un recurso didáctico: La pizarra y su evolución.


Muchos años después (¿+30?), un día me dio por entrar al colegio donde había cursado la primaria y la secundaria básica. Llegué al portón y le pedí permiso al señor que cuidaba la entrada, para hablar con la directora.

Muy amablemente fui recibido por la misma y le expliqué el motivo de mi visita – allí había estudiado – y si me permitía dar un recorrido por las aulas, el patio…; le argumenté que era docente, así como un poco de mi experiencia por los diferentes niveles de educación. ¿Su respuesta? ¡Por supuesto!, ¿le acompaño?, ¿quisiera hablar con los estudiantes?

Los latidos del corazón deben de haber aumentado, ¡le agradecí!, pero también me excuse ya que no quería interrumpir las clases, además que estaba un poco corto de tiempo, pero que le prometía – lo solicitado, hacerlo en una segunda ocasión.

El recorrido fue breve, solo entré al aula más cercana, allí estaba aún la pizarra verde oscuro donde escribía – cuando la profesora me pedía que fuera a resolver un ejercicio – tomando la tiza, que en ocasiones chirriaba y nos ponía a todos los pelos de punta; terminaba con las manos llenas de yeso, las cuales me sacudía aplaudiendo las mismas (evitando hacerlo con el pantalón, ya que el regaño sería espantoso al llegar a casa)

La pizarra, considerado por sus funciones como un cuaderno común del aula, salón, oficina, donde se registra el desarrollo de un tema, mediante apuntes, láminas, presentaciones, gráficos que facilite la comprensión de lo que se analice o discuta.

Recurso que al ser utilizado debe cumplir ciertas reglas: letra legible, ser conciso, la ubicación del profesor, el tamaño de la letra deberá ser del tamaño promedio de modo tal que sea perceptible por el último estudiante; no dar la espalda a los jóvenes cuando los mismos opinen y por ende no escribir en la misma, excepto que desee plasmar los diferentes criterios que se expongan.

No hay porque escribirlo todo, tampoco borrar de inmediato, menos con la mano, evitar el uso de muchos símbolos y colores. También es necesario (de la pizarra) planificar las diferentes partes donde anotará fecha, tema, apuntes esenciales, complementarios, gráficos y resúmenes.

Reglas que deberán ser cumplidas a pesar de la evolución de la pizarra: de madera (1900); pizarras blancas acrílicas (1950), muy caras al inicio (1960), aunque en el 1990 aumenta su popularidad; Las Pizarras Digitales Interactivas, (PDI) que incorporan la computadora u ordenador, el proyector y la superficie lisa, la pizarra, con la característica que desde la pizarra se puede controlar la computadora, tableta, hacer anotaciones, trabajar con imágenes..., etc. Se crea en 1991, lanzada al mercado en 1998 (serie 500; le continúan nuevos modelos: 660, 800, en el período 2005-2010) que incorporan elementos como lo multitáctil, multiusuario.

Se incorporan nuevas pizarras, con el avance de la tecnología de la información y la comunicación (TIC) inundándose el mercado a través de plataformas transnacionales como Google (Jamboard), Microsoft (Whiteboard), las que incorporan funciones colaborativas como el uso compartido de archivos, accesibilidad y videoconferencias, transforman la escritura física en texto escrito, etc.

También se cuenta con la AWW pizarra App (abreviatura de una pizarra Web), que sale de las plataformas educativas anteriores, que permite añadir también presentaciones, documentos en formato pdf, “cargar” imágenes, documentos.

Nada, por lo visto ya no tendré que regresar a mi “vieja escuela” para ver escritos con tiza, los temas y las fechas en mi pizarra verde; en este momento me corresponde “anotar apuntes” en mi terminal (computadora, ordenador, tableta, celular) con mis estudiantes en mi clase virtual.

Estimados colegas educadores, el reto que se nos avecina o ya está encima de nosotros, ¡es descomunal y hay que asumirlo, no hay de otra!

lunes, 26 de octubre de 2020

Actrices y actores que pasan a un primer plano nuevamente.

Es muy común por parte de pedagogos – Personas que se dedican a la investigación y reflexión de las teorías educativas en todas las etapas de la vida del ser humano – cuando se refieren al proceso de enseñanza aprendizaje en la relación estudiante – docente.

Sin embargo a pesar de no resultar tan explícito sería un grave error omitir el rol de los padres y madres que se ocupan de la educación de sus hijos e hijas a partir de le bienvenida a la vida; si bien es cierto que el alumnos desde muy pequeñines se relacionan con el cuido de la “seño”-apócope de señorita - en la guardería (también pre kínder, kindergarten, parvulario o jardín de infancia) donde pueden estar entre 4 y 8 horas diarias, el resto del día en casa, donde prácticamente se le da de alimentar y a dormir.

Si bien desde el período conocido como infancia los padres juegan desde ya un rol muy activo en la educación (valores, buenos hábitos, disciplina), éste suele un tanto “debilitarse” en la medida que los niños/as crecen, suelen comprometerse menos con la institución educativa.

Posiblemente asistan con mayor frecuencia a las reuniones de padres en primaria, primeros 3 años de secundaria o finales del bachillerato, pero ya en el nivel universitario es como si cortasen el “cordón umbilical núcleo familiar – escuela” cediendo por (casi) completo la educación a los profesores, no extrañando que al regreso de los padres del trabajo, éstos pregunten al hijo “¿…y cómo te fue en la universidad?”. ¿Respuesta? “bien” y ¡ya!

Con la llegada de la pandemia y la interrupción de clases en modo presencial a remota o mal llamada virtual, la vida de los humanos cambió y las instituciones educativas trasladaron la batuta – acción que se realiza por parte de los competidores de pista, en la carrera de relevo, donde se pasa la varilla o batuta - a los padres prácticamente de golpe.

El remedio inicial fue enviar instructivos vía correo – donde le orientaban que hacer para acompañar al alumno/a – donde no necesariamente en casa, ni contaban con los recursos necesarios (internet, computadora, en caso extremos un celular de gama baja, espacio físico) - , ni los conocimientos básicos mínimos de las diferentes asignaturas.

Ante este caos real, tangible, no quedó otra que tratar de dar respuesta en la medida de las posibilidades: hacer de tripas corazón y adquirir a crédito una tableta y conexión a internet; crear ambientes parecidos al colegio (compra de mobiliarios), incluyendo la merienda o refrigerio; contestar los padres las tareas a los pequeñines y tratar de explicarles y en algunos casos pagándoles a tutores o recurriendo a amigos con un nivel de escolaridad superior.

Sentarse junto al estudiante, para juntos, por una parte obligarlo a atender a clases y por otra parte apoyarlos; en el mejor de los casos descargando de “la nube” los materiales de apoyo o complementarios. Un factor - diría que forma parte de la novela negra, término empleado por los escritores de este género, cuando el ambiente o entorno se considera oscuro en el momento que transcurre- “positivo” fue que muchos de los padres o madres habían sido despedidos de sus centros de trabajo y podían jugar el rol de docente asistente o seño.

El hecho o situación compleja que vive nuestro planeta, retomó y realzó el rol de los padres y madres en su compromiso con la educación de sus hijos, poniendo en evidencia una vez más el difícil papel y a la vez responsabilidad de los profesores.

Un adecuado sistema educativo implica una relación fluida, sólida y armónica con los padres. Al menos el COVID – 19, nos ha enseñado esto.

 

lunes, 19 de octubre de 2020

Un paso complejo, las clases en modalidad virtual.

En el artículo hace unas semanas publicado “Una neo educación…”, en el último párrafo expresábamos varias interrogantes ante la posible modalidad de clases virtuales: ¿y la forma de impartir la clase – como forma de organización de la enseñanza – a través de conferencias, clases prácticas, laboratorios, trabajos de campo, seminarios, etc. utilizadas en la enseñanza universitaria, con menos variables en la enseñanza primaria, media y bachillerato?, ¿cambia la estructura de la clase en cuanto la intervención del docente y el estudiante?; ¿el rol del docente sería el mismo?; ¿debe cambiar la organización de clases, horarios a nivel institucional? 

En algunos países de la región centroamericana, así como en el continente europeo en la enseñanza media, bachillerato, la carga académica – también llamado horario, tiempo o jornada escolar – oscila semanalmente entre 30 a 40 horas, dividido entre 5 días de la semana de lunes a viernes, el tiempo delante de la computadora portátil (ordenador, laptop) o de escritorio, variaría entre 6 a 8 horas diarias, perfectamente casi una jornada de trabajo.

¿Qué implica tantas horas, sentado “presencialmente” – en el mejor de los casos - ante una pantalla que oscila desde 15 pulgadas (que equivale a la longitud de la diagonal de la pantalla), expresada en centímetros serían de 38.1 cm, o bien un ancho de 33.2 cm y una altura de 18.7 cm, dimensiones que se reducen drásticamente ante una notebook y qué decir de los celulares?

¿Qué se resquebraja? La salud. Partimos con el sedentarismo – reducción de ejercicios físicos, que conllevan a problemas vasculares -, se suman la fatiga visual, enrojecimiento, visión borrosa y hasta dolores de cabeza, tal vez con menos impacto en los adolescentes y jóvenes, pero sí con mayor incidencia en personas entre 40 – 60 años, pensando en el profesorado. 

¿Posibles soluciones ante la virtualidad de las clases, donde trataré de responder las interrogantes del primer párrafo? Reducir gradualmente el número de horas clases (de menos a más, de 7mo a 11no o 12 grado), derivándose en impartición de los contenidos básicos – lo cual cambia el rol del docente, de conferencista, vinculado al análisis de ejercicios a ser orientador – acompañante – tutor, instrucciones referente al análisis de vídeos (aunque no siempre), temas que profundizan u apoyan, ejercicios, proyectos (actividades que el estudiante desarrollará en modo no presencial); con todo lo anterior, cambia la estructura de la clase.


Las siguientes sesiones, podrían estar dirigidas a aclaraciones de dudas, evaluación y análisis de los resultados, cerrando el “pequeño ciclo” (que no necesariamente sigue este orden), para abordar los temas siguientes. Si para algunos preocuparan las evaluaciones -  estudiantes y profesores cada una o dos semanas (“más trabajo”), la decisión siguiente sería la eliminación de exámenes escritos muy formales aún en el sistema educacional, dejando los llamados cortes o períodos evaluativos para el reporte en cuanto a avances de los estudiantes.

En resumen: menos horas “presenciales – virtuales”, sin olvidar más horas del auto estudio del estudiante, investigador, autodidacta, mientras que para el docente más y más horas de preparación. No queda duda que se requiere de un equilibrio necesario ante las TIC, con o sin pandemia.

lunes, 12 de octubre de 2020

¿Qué debemos aprender de la pandemia?

Ha sido mucha la información digital y escrita acerca de la llamada “gripe española” acaecida en 1918, la cual en dos años provocó la muerte de más de 50 millones de personas (rango entre 50 y 100), según la OMS.

Han pasado 102 años y muchos países del llamado tercer mundo o en vías de desarrollo (esto último suena optimista) África, (población de 1,200 millones de habitantes); América Latina (con 650 millones) seguimos siendo dependientes de lo que en el mundo desarrollado se lleva a cabo, por ejemplo: en una encuesta internacional [realizada por SCImago Institutions Rankings (SIR)] en la cual se clasifican instituciones académicas y relacionadas con la investigación las mismas (500 en total) se centran geográficamente en: China, Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Canadá, España, Japón, Hong Kong, Corea del Sur, Australia, Holanda, Suiza, Italia, Dinamarca, Finlandia, Taiwán, Suecia, Israel, Portugal, Arabia saudita, entre otras (incluyendo algunas transnacionales)

De América Latina (8 % de la población mundial) - diría que prácticamente excepciones - se identifican: Brasil, Cuba, Argentina, México, (es posible que se me escape alguno) de un total de 42 países; otras indicadores alarmantes lo son a nivel planetario dedicado a la investigación: solo ocupan el 5,1% de las publicaciones científicas; 3.6% de investigadores; 3,4% el gasto en investigación (PIB) y 0.3% de patentes.

Todas las estadísticas antes mencionadas, establecen un alto reto a nuestros países en invertir mucho más en rubros, como la Educación, Investigación, Salud, Tecnología por señalar algunas, que en particular en lo referente a Educación implica, la revisión exhaustiva de las mallas curriculares o programas de estudio a nivel universitario; nuevas carreras afines a la investigación (más allá que pudiese ser un eje transversal)–, la creación a nivel superior de centro de estudios – investigación especializados (infraestructura, dotación de laboratorios, personal especializado), envío de jóvenes y docentes destacados en el campo de la ciencia a países desarrollados.

En la Educación Superior se requiere de nuevas especializaciones en el campo de la Salud y todas sus ramas, maestrías, posgrados, que se desarrollen no necesariamente online – que puede ser una parte, innegable – pero que posean un componente altamente práctico.  

¿Y por parte de los profesores de la enseñanza media y superior? Si bien la formación en estos niveles de educación va dirigido a una formación general, donde se insiste que en los estudiantes apliquen, investiguen, se requiere de más laboratorios en el área de las ciencias naturales, ligado al reforzamiento del español, sumándole uno o dos idiomas más (inglés, alemán, chino); sistematizar campañas que despierten la vocación por las Ciencias.

Recuerdo en una reunión sostenida en el Ministerio (o secretaría) de Educación hace algunos años, con la entrada de computadoras por donaciones (inicio del año 2000) a colegios de la enseñanza media, donde un especialista del departamento de currículo, expresaba su preocupación en cuanto a la necesidad de priorizar la cobertura de estudiantes que no asistían a la escuela, analfabetos y no a la introducción de recursos tecnológicos.

En lo personal lo comprendía – en todas partes de la Tierra hay personas que no asisten a la escuela, hay quienes no han nacido y no tendrán ese derecho – pero habrá que entender a quienes les corresponda en cada instancia, que el desarrollo en la Educación requiere prioridad, una fuerte inversión económica, en recursos humanos, infraestructura, tecnología, durante muchos años.

Que de no lograrlo seguiremos siendo dependientes de todo lo que venga “del extranjero” 

Hay que desechar la mentalidad del “para hoy” e incorporar lo que se requiere ¡ya! a corto y mediano plazo. Urge.

 

 

lunes, 5 de octubre de 2020

¡Fácil de digerir!

Una píldora, es una forma farmacéutica sólida, redonda de administración oral, suelen ser comprimidos rígidos o cápsulas gelatinosas, donde las primeras se recubren con el propósito de proteger al fármaco de la humedad y del aire, así como para enmascarar sabores y olores desagradables, para ello se utiliza azúcar.

En el caso de las gelatinosas su cubierta se recubre con ciertos deslizantes (químicos) que facilitan aún más su deglución.

Surge la interrogante: ¿es posible preparar píldoras a modo de herramientas de aprendizaje en el campo de la educación virtual, que se digieran fácilmente, eliminando lo “amargo” de una clase presencial-tradicional aburrida? La respuesta es sí, estimados docentes y estudiantes, lo cual nos conduce a conocer más de la modalidad micro-learning o formación comprimida a través de capsulas digitales de aprendizaje.

¿Dentro de qué modalidades learning (aprendizaje), es el uso más adecuado de estas píldoras? Si bien de todas: e-learning, b-learning y m-learning, en lo personal en tiempos de pandemia o no me parece muchos más pertinente la (b)lended learning o aprendizaje semipresencial, donde más allá de una revisión exhaustiva no solo de los sílabos de la asignaturas, de los planes de estudios, sino de los horarios – horarios cuyo tiempo de duración, no necesariamente han de ser similares a los de la enseñanza presencial - cuando debe el estudiante asistir presencial o no y por otra parte considerar la mayor o menor presencia de los y las jóvenes desde el 1er año o primeros grados hasta los años o grados terminales.

Una característica común de las mismas será la transmisión de la información de materiales complementarios que apoyen al estudiante para la realización de tareas (como parte de las actividades no presenciales o asíncrónicas), consolidación de los conocimientos en un tiempo muy breve, eso sí con materiales no extensos en tiempo de lectura o escucha, pero que a la vez quedan en manos del propio estudiante visualizarlo cuantas veces sea necesario en su móvil o cualquier otro recurso tecnológico.

¿Qué herramientas tecnológicas forman parte de la micro-learning? Tenemos el empleo de vídeos (con una amplia gama de ya elaborados provistos de YouTube), con determinados requerimientos a la hora de ser seleccionado por el docente, tales como: duración (entre 5- 15 minutos máximo), calidad del recurso (atractivo, creativo, profesional), que cumpla el propósito de consolidación y ojo ¡que no sea una clase del mismo tema por otro profesor!

Tenemos el uso de esquemas, gráficos o diagramas, las cuales permiten memorizar información o tener una visión global de algún proceso, siempre y cuando resuma un microcontenido. Por ejemplo: el ciclo del Carbono (C);  el empleo de ilustraciones (fotografía, dibujo o lámina que se coloca en un texto o impreso para representar gráficamente lo expuesto, ejemplificarlo o hacer más atractivo el resultado)

En el caso de las infografías (representación visual o diagrama complejo que resume o explica figurativamente informaciones o textos escritos), las cuales emplean mayor número de medios visuales comparado con los esquemas o diagramas. ¿Su utilidad? En muy poco tiempo se puede entender y obtener una visión global de todo un flujo de trabajo en el que intervienen diferentes procesos.

Finalmente (hay otras) el empleo de los TED (acrónimo de Tecnología, Entretenimiento, Diseño) (en inglés: Technology, Entertainment, Design) que cubren un amplio espectro de temas que incluyen ciencias, arte y diseño, política, educación, cultura, negocios, asuntos globales, tecnología, desarrollo y entretenimiento a través de charlas y conferencias cuya duración no sobrepasan los 15 o 16 minutos. Las mismas permiten consolidar, conocer el criterio de expertos sobre la temática seleccionada. Es pertinente que al estudiante se le pidan criterios sobre la actividad con interrogantes, cuyas respuestas vayan más allá de ¡me gustó!.

¿Luego profesor(a)? “Para gustos, colores” Un consejo: Ante una enfermedad las capsulas se ingieren según el tratamiento proporcionado por un especialista, el problema de salud no se erradicará aumentando las dosis.

Las capsulas educativas (herramientas) deberán aplicarse de “forma gradual y además analizando la mejoría del paciente”

lunes, 28 de septiembre de 2020

Píldoras para las clases.

¿Ha probado usted cuánto tiempo puede estar frente a una pantalla (de cine, monitor, de celular, de una tableta, de una computadora u ordenador, de una televisión)?

La permanencia dependerá de muchos factores, para lo cual le cito varios ejemplos: en el cine una película que puede durar entre 2 a 3 horas su atención estará en función de lo atractivo, efectos especiales, un buen guión, actores y actrices, sonido (parlantes o altavoces), el tamaño de la pantalla (que incide mucho) y el género (terror, drama, bélica, acción…) acompañado de palomitas, hot dog, gaseosa, que acompaña a la distracción, se relaja y disfrutar del espectáculo.

¿Qué pasa si la misma película la ve en su hogar, a través de una plataforma de streaming (HBO, Disney, Netflix, Amazon, etc.)? Obviamente una pantalla de menor dimensión (de 22 a 85 pulgadas), el resto de los factores algo similares, con posibles distractores como otras personas, pasar de vehículos, mascotas y además dado que puede detener el film, la comodidad de ir al baño, comer algo.

Si el espectáculo pasa a una computadora, tableta o celular donde se reduce gradualmente el tamaño de la pantalla, desde 15 hasta 7,1 pulgadas. Si sacamos cuentas, digamos de un tele de 32 pulgadas a un celular de 7.1 pulgadas, el porcentaje de disminución equivalió a un 78 % aproximadamente, realmente una gran preocupación para la vista y la atención del “espectador”

Si del cine nos trasladamos a una clase universitaria o enseñanza media superior (bachillerato), ¿será posible estar sentado de 2 a 3 horas, para una clase?, ¿y si fueran 3 clases de un total de 6 horas? La respuesta más sencilla desde el punto de vista científico sería: El ojo humano está naturalmente diseñado para mirar de lejos, por lo que enfocar durante horas una pantalla cerca, lógicamente provoca cansancio muscular, visión borrosa (estrés ocular computacional) que ocasiona que la productividad de la persona se vea afectada.

¿Qué actitud toma el estudiante, sí la clase no atrae? ¡Se levanta o en el mejor de los casos cierra micrófono y pantalla!, ¿y el profesor, que hace? Se molesta, es posible que le llame la atención, aunque no reciba respuesta o lo “excluye” como un caso “perdido”.

Estudios realizados plantean que ante un vídeo de unos 15 minutos, en el minuto 12, ya el 40 % de los estudiantes “se levantaron”.

Esta situación nos obliga o nos compromete a varias acciones: Algunos pedagogos consideran que bajo la modalidad Aprendizaje semi presencial (blended learning) donde se combina el trabajo presencial y el trabajo en línea, la carga horaria podría implicar un 10% presencial física; 20% presencial virtual y el resto del tiempo asincrónico (clase en tiempo no real, válido para que el estudiante, cumpla con sus deberes, consulte material complementario, libros de textos y otros)

El error o el horror (uno de ellos) por parte de las instituciones de considerar que el horario sea el mismo que cuando las clases son presenciales 100%, conlleva no solo a una alta responsabilidad del estudiante y más de primer ingreso, para lo cual no está preparado.

De aquí la necesidad de revisar las llamadas capsulas digitales de aprendizaje o modalidad micro-learning, también llamada formación comprimida.


Este tipo de aprendizaje fragmenta los contenidos didácticos (micro contenidos o micro media) para adquirir determinadas competencias. Una condición necesaria será que las herramientas a emplear sean diversas, DE CORTA DURACIÓN, y estas se enlacen con los contenidos o temas abordados. Por ejemplo una hora de formación con una “píldora” bastarán de 3 a 4 minutos al día para adquirir ciertos conocimientos y reforzar conceptos.

La presión sobre el estudiante se reducirá, entiéndase más tiempo para el autoestudio – y menos ante el medio electrónico o terminal que emplee - y solución de las tareas, aclaración de dudas con el profesor, etc. ¿Y cuáles son esas píldoras “mágicas”? Serán motivo de análisis en una próxima publicación.

lunes, 21 de septiembre de 2020

WhatsApp y el celular

El título en sí ha de resultarte muy familiar dado su utilidad cotidiana, el primero (WhatsApp) como aplicación que te permite mantenerte en contacto con el grupo de personas que más te importan, como tu familia o compañeros de estudio o trabajo, donde compartes mensajes, fotos, y vídeos, realizar vídeo llamadas donde conversas cara a cara con tu interlocutor, reduciendo distancias geográficas.

En el caso del celular móvil corresponde a un dispositivo electrónico que nos permite comunicarnos comunicar telefónicamente desde cualquier lugar que se encuentre (siempre y cuando, haya señal, entiéndase conexión a Internet)

¿Quién surgió primero? El celular, que fue cambiando progresivamente con un sinnúmero de aplicaciones, por ejemplo recoge la historia que el primer celular se fabricó en 1973; el primer SMS (Short Message Service - Mensaje corto de texto) se envía en 1992; cinco años después (1997) se le incorpora una cámara fotográfica integrada; en el 2001 se incorpora el bluetooth lo cual nos permite unir la comunicación de distintos dispositivos; en el 2010 se inicia la comercialización de celulares 4G (cuarta generación) y desde el 2014 se anuncia el desarrollo de la futura tecnología 5G, donde hoy ya inclusive esta última generación se encuentra en venta fundamentalmente en algunos países de Europa y el continente asiático.

Aprendido o consolidado todo lo anterior, nos trasladamos al uso de ambos (recurso tecnológico y aplicación) a la Educación.

No han pasado muchos años (10 – 12) donde con la expansión del uso de celulares por parte de los jóvenes y a la vez estudiantes, los cuales “interrumpían” constantemente el desarrollo de las clases por su alto nivel de distracción, recuerdo que las primeras acciones fueron llamados de atención, quitar los celulares a la entrada del aula colocándolos en una canasta, e inclusive prohibirlos colocando letreros.

La “guerra” fue campal (chicos/as que escondían sus celulares en los textos, bajo la mesa, en bolsos – docentes suspendiendo clases) que cuando pensábamos que la institución había ganado la “batalla”, el rebrote fue peor y simplemente perdimos, hecho que conllevó a: “Si la montaña no venía a mí yo voy a la montaña”

Una serie de hechos sociales, políticos, de salud en el planeta Tierra, conllevaron al uso de los dispositivos móviles “enemigos” casi una década atrás para ser empleados hoy de hogar a hogar y convertirlos “en el mejor amigo del ser humano”, como medio de comunicación y en función de la educación.

¿Cómo hacer uso de un medio tan insignificante en el sentido de ver, compartir información y visualizarla en una pantalla de 5.8 – 6.7 pulgadas de diámetro (1 pulgada = 2,54 centímetros)?

La realidad, que no lo pueden evadir los docentes, imposible y la posible solución es ¡Lo que debemos compartir! Me inclino a actividades que refuercen el trabajo no presencial o asincrónico como son de carácter informativo: contenido programático de la asignatura, sistema de evaluación (¡lo básico y lo esencial!), en el caso de los complementos de las clases que refuercen lo desarrollado en la clase real (sincrónico) como son los vínculos o link de videos, contenidos, guías de estudio, tareas.

Un factor a tener en cuenta – en modo también asincrónico - será la recepción de tareas o trabajos realizados individuales o en equipo por parte del docente, recepción que deberá tener un horario preestablecido.

Un elemento además esencial será la creación de grupos, una vez que se cuente con los listados de estudiantes solicitándole nombres y obviamente su número telefónico, ello permitirá la identificación posterior para el trabajo de atención personalizada y en equipos o subgrupos (creados por el profesor en consenso con sus estudiantes)

Si prácticamente es un reto más que deben asumir docentes y estudiantes, deberemos prepararnos para dentro de pocos años, menos de 5, ver realidad aumentada y virtual brotando directamente de nuestros teléfonos generando una llamada
holográfica.

¡Se te ocurre pensar analizando con un equipo de estudiantes el resultado de su trabajo, y el docente holográficamente a la par de los mismos!

lunes, 14 de septiembre de 2020

La creatividad a través de una clase virtual

En unos cien metros de distancia entre ambos negocios relacionados con la elaboración y ventas de pizza, una recién creada constituida por un grupo de jóvenes y otra ya de unos tantos años con cierta posición en el mercado.

Transcurrido varios meses “el nuevo” negocio comenzó a crecer en clientela y por ende en ventas, mientras que el más antiguo veía mermar sus ingresos. El dueño de ésta última envió a su cocinero para que “investigara” a que se debía la “magia” de la nueva empresa, descubriendo que el diseño del lugar era alegórico a los alimentos y servicios, colores vivos, iluminación, una atención al cliente esmerada y principalmente una amplia gama de variedades de pizzas que salían de lo tradicional.

Otra anécdota donde dos personas sobre un muelle, con sus varas de pescar extendidas en la cual un señor de unos 60 a 70 años sentado sobre un pequeño banco, con los avíos correspondiente en una canasta al alcance de su mano (carnadas, anzuelos, etc.); próximo al mismo un joven de unos 18 -20 años, ropa de sport, la caña de pescar último modelo, visualizaba que su “vecino” constantemente llenaba con más facilidad su cesta, a diferencia de él donde no picaba ni un mosquito. El joven se acercó respetuosamente para indagar porque la diferencia, recibiendo como respuesta “…al igual que tú, al inicio me sucedía lo mismo: nada aportaba para el hogar, sin embargo la necesidad me obligó a pensar en posibles soluciones: cuál era la mejor carnada, colocar más de un anzuelo de diferentes tamaños y acorde al tipo o variedad de pez presente en la zona de pesca…”

En ambos casos sin primar la edad, la solución estaba en que crear a partir de la necesidad para solucionar un problema.

En una clase donde PARTICIPAN estudiantes y profesores, donde un error abismal sería el establecimiento de un monólogo por parte del “profe”, posiblemente la clase será un fiasco y por ende los estudiantes irán abandonando con una justificación u otra la misma, desconectándose mental y virtualmente al ser la clase en línea.

El dialogo (conversación entre dos o más personas que exponen sus ideas y comentarios de forma alternativa; discusión sobre un asunto o sobre un problema con la intención de llegar a un acuerdo o de encontrar una solución), deberá incorporar obligatoriamente elementos donde se evidencie la creatividad (capacidad o facilidad para inventar o crear) por ambos bandos.

Una clase que comienza, NO debe comenzar con “Buenos días…; el tema que abordaremos hoy es el siguiente…; “usted joven, sí usted fulano ¡porque aún no ha activado su cámara y abierto su micrófono!”

¿Por qué no comenzar abordando que hicieron ayer posterior a la realización de las tareas?; ¿Parece que fulano, se ha quedado dormido ya que no lo veo conectado?; “¿Hoy se sienten mejor que ayer?” Tras escuchar diversas opiniones, e intercambiarlas, podemos pasar a la continuidad de la clase – y no al comienzo, ¡porque ya estamos desarrollando la clase!

Continúa la clase: Una niña que se desplaza por una canal (tobogán, resbaladero, deslizadero), mediante una imagen o vídeo – compartiendo pantallas -, donde en aras de promover análisis y discusión en el seno de los participantes, planteamos las interrogantes siguientes: ¿Qué permite que haya deslizamiento?; ¿sobre que figura geométrica se desliza?, ¿De qué posible material está elaborada la superficie de la canal, y que le permite que resbale?, ¿Qué sucedería si la pendiente fuese más inclinada en cuanto a la velocidad de traslado?, preguntas que corresponden a disciplinas como la física, matemática, química, y otras.

Abordar el tema o asunto en este momento, será mucho más amigable, comprensible para el desarrollo de la clase.

De haber leyes o fórmulas, no se requiere obligatoriamente que se expresen las mismas, así como un número excesivo de ejemplos para la aplicación de las mismas, preséntelas y con material complementario, libros de textos y otros recursos que sean los propios estudiantes los que los solucionen, mediante el trabajo en equipo, colaboración de los padres y el propio docente como tutor en horarios pre establecidos.

En una ocasión de modo informal escuché a dos estudiantes conversando entre sí, donde uno de ellos no quería cursar la clase X - habiéndola repetida – con el profesor Y, ya que era la misma clase y que no le entendía, a pesar de tener una experiencia de 20 años impartiendo docencia. 

Pensé para mí, ¡realmente su experiencia es de un año, ya que lleva 19 años repitiendo lo mismo!