lunes, 28 de marzo de 2022

“Cuando hay hambre, no hay pan duro”

Con la frase como título del artículo al cual comienzas a dar lectura, terminamos el anterior[1], donde abordábamos la situación un tanto compleja, diría de vacío, cuando tomas la decisión de jubilarte y que todos lo que desarrollabas antes, simplemente “deja de existir”.

Se pierde el contacto con tus ex estudiantes, compañeros de la institución (obviamente otros muchos más jóvenes continúan); cambia por completo tus “reglas” de los hábitos o costumbres: horario para levantarse, aseo, desayuno, indagar el entorno familiar en cuanto a su desempeño estudiantil o laboral, ¡besos…! hablamos más tarde, hoy tengo clases hasta las…”

Tomar el transporte ya fríamente calculado, en cuanto a la hora que pasa, y de tener vehículo tener claro las vías de menos congestión para llegar ¿15 minutos antes de la clase?, marcar o registrar tu entrada, un tanto socializar con el resto de los docentes que están “en posición anotadora” y trasladarte a través de los pasillos, hasta “aterrizar” en el aula de clase, abriendo la puerta que separa y … una sonrisa, donde a continuación das unos ¡buenos…!

Cuando trasnochas para revisar las tareas y calificar; cuando a tu celular entran chat fuera del horario que estableciste; cuando te “llueven” problemas de tus discípulos que no reciben el apoyo suficiente de sus padres y confían mucho más en tus buenos consejos o al menos ser escuchado, mientras que por tu parte “abandonas” un tanto tus propios problemas.

Es cierto, que cuando alcanzas una edad determinada, el cuerpo se lo siente (al menos en el campo de la Educación en muchos países, los docentes por ley pueden jubilarse con mucha más antelación que en otras profesiones), más cuando la organización escolar no te favorece como puede ser un grupo, tras otro de clase; cuando impartes varias asignaturas y tienes que cambiar el “chip”; cuando los grupos son muy numerosos y se te dificulta el control. Nota: sea bajo la modalidad “virtual” o presencial.

Todo eso cambia con tu decisión “de colgar los guantes”, pero … “… no hay pan duro”, de aquí que analicemos opciones – en lo personal me han resultado utilísimas - que nos permitan ejercer y que tal vez antes no lo hacías debidamente, justamente por carencia de tiempo, citándote varios ejemplos: leer, no solo referente a los contenidos que impartías (que no viene mal, ya que no debes cerrar las “puertas” acorde a lo nuevo), y me refiero a temas que en más de una ocasión “guardaste en el tintero” o pospusiste; fortalecer un idioma además del tuyo; escribir ¡maravilloso! Y no me refiero a tus memorias, sino ir retomando tus mejores experiencias (personales o laborales) los cuales te ayudarán a recordar, hechos, acciones, que harán PENSAR, SONREIR, LLORAR, …; organizar tus documentos, títulos, diplomas, fotos, …

Un factor primordial resulta el mantener las comunicaciones con tus familiares, amigos/as – y para ello las redes como un elemento POSITIVO, que acerca las distancias -; La búsqueda de páginas vinculadas a tu rol profesional, donde puedes opinar e intercambiar; descargar libros que no tuvieron nunca a tu alcance, accediendo a librerías de bajo costo.

¡Y descansar! Sí te lo mereces, así de sencillo; dormir algo más, cuando antes lo hacías mucho menos; tratar de tomar las cosas con calma (aquí me cuesta); establecer un horario para cada cosa, tratando de respetarlo, ya que eso se traduce en una buena salud.

El tiempo que perdiste en compartir con tu familia, deberás fortalecerlo, es el momento adecuado para ello, sin importar que te sumes a las actividades domésticas, que por cierto son muchas e interesantes. Luego, ¡un día más de vida!

[1] "Tribulaciones que suelen ocurrir cuando dispones de tiempo"

 

lunes, 21 de marzo de 2022

Tribulaciones que suelen ocurrir cuando dispones de tiempo.

Cuando por alguna razón u otra pasas de una vida activa a una en modo “pausa”, como puede ser la jubilación[1], indiscutiblemente que se siente una cierta reducción de la presión laboral (más cuando trabajas en el campo de la educación) – seas docente, administrativo o ambas roles de forma simultánea – donde tienes como responsabilidad algo tan importante que corresponde a la formación de valores en los jóvenes, las cuales en lo personal ocupan un primer plano, por encima de los contenidos o temas a desarrollar.

Donde, de lograr cambios de comportamiento a lo largo de la duración de la disciplina o asignaturas (48, 64 horas) en un semestre u otro período escolar, como la disciplina, la puntualidad, la honestidad, entre otros, realmente me sentiré muy satisfecho, ya que ello me permitirá abrir un camino de comunicación para el aprendizaje: un buen comportamiento en el aula, permite o logra la atención a la misma de cada miembro del grupo; ser puntual hace que el educando no pierda ni un segundo de la clase en sí, así como hacer entrega de lo que se le solicite en tiempo; ser honesto, favorece un adecuado canal de comunicación en la comprensión o no de lo aprendido y aplicado, en fin: un aprendizaje efectivo.

Pero si todo lo anterior – realizado por décadas – “se cierra” y pasas a un mundo de restricciones, donde “desaparecen las sillas, la pizarra, las prácticas de laboratorio, tus estudiantes, tus compañeros de trabajo”, peor aún cuando aplicas para un nuevo trabajo (virtual o en línea) y como respuesta te llega el mensaje siguiente: “Muchas gracias, por haber aplicado…, formará parte del proceso de selección y nos estaremos comunicando con usted…” FIN DEL MENSAJE.

Pero, ¿ello conduce a un cierre total de tu trabajo intelectual, donde tus conocimientos, para ser compartidos, se cercenan?; ¿acaso la oportunidad de enseñar, se convierte o traduce en ocupar una silla o sillón, y delante un televisor en el que visualizas un mundo “patas arriba” o el caso extremo de empotrarse en una plataforma Streaming para ver un episodio tras otro?

De todo lo anterior se abren un amplio sinnúmero de “caminos”, donde un tanto modificas el trabajo intelectual por el físico, por ejemplo: los quehaceres domésticos – tarea no exclusiva, ni responsabilidad única de las féminas. Nota: Aprovecho este momento para ratificar el reconocimiento TOTAL Y ABSOLUTO, (puesto en mayúscula con las mejores intenciones, diría que adrede) a profesoras, directoras, asistentes, madres de familias, tutoras, del doble rol en la casa – escuela.

Otra vía resulta – ya que hablo de un tanto y por ende no todo en cuanto al trabajo físico -, es aplicar como docente de ciencias naturales, donde interviene la investigación, los procedimientos, etc., determinados quehaceres que conllevan a un orden de planificación en cuanto a las tareas encomendadas, por ejemplo: salir a realizar compras, donde establezco una ruta que me permita ahorro de gasolina y sobre todo tiempo.

Otra actividad, resulta al disponer la vajilla (platos, vasos, cubiertos) una vez lavadas (con adecuado detergente que logre eliminar a la grasa, teniendo en cuenta que el agua y los aceites no son miscibles entre sí), distribuirla en lugares diferentes, previo secado, evitando con ello la humedad y a la vez una mejor higiene; estar atento al paso del colector de basura, para colocar las bolsas con desperdicios bien cerradas y añadiendo un poco de vinagre (ácido acético) – evitando con ello que otros animales domésticos, la deterioren –; tender la ropa (lavada) en el mejor momento y hora, para que el astro rey, cumpla con función de vaporizar el agua que todavía queda en el entramado de la tela.

Sin embargo, a pesar de todo lo antes descrito, donde en un momento determinado cambias la tiza o el marcador por una escoba o lampazo, realmente no abandonas por completo tu profesión – cualquiera fuese, no solo docente -, jugando con el factor relatividad y por otra parte haciendo verdadera la frase “Cuando hay hambre, no hay pan duro”, pero ¿cómo? Continuaremos.


[1] Para el año 2045, las proyecciones indican que cerca del 18 por ciento de la población total latinoamericana estará conformada por personas de 65 años o más. Fuente: https://www.dw.com/es/am%C3%A9rica-latina-envejece-y-las-jubilaciones-son-de-alto-voltaje-pol%C3%ADtico/a-59975086

Tribulación: Situación adversa o desfavorable que padece una persona.

lunes, 14 de marzo de 2022

Cuando me lees para conciliar el sueño.

Lo recuerdo, porque sobre todo mi mamá lo llevaba a cabo, pero también lo aprecio – a través de medios audiovisuales - que suele ser una práctica común el que los padres para lograr que sus hijos, nietos se duerman leerles un libro de cuento, sobre todo algo fantástico.

Estudios realizados demuestran que esta acción crea hábitos de lectura, pero lo principal:  potenciar el vínculo afectivo entre padres e hijo, donde los menores se sienten protegidos, seguros al estar al lado de mamá, papá o abuelos, antes de dormir favoreciendo un bienestar emocional equilibrado.

Hasta aquí, todo bien, que si usted amado lector o lectora, no lo hace, busque su tiempo no excusándose en el trabajo, porque el resultado final será algo más que lo maravilloso – real.

Pero, un momento, el párrafo anterior no es lo último de este artículo, ¡NO!

Acá me corresponde valorar, la sustitución del libro para la lectura pre – dormir, mediante el uso de una tableta/IPad[1] – y en particular por dicho recurso, y no por el celular teniendo en cuenta el tamaño de la pantalla -, porque no queda duda que la tecnología avanza (aunque no para todos por igual, constituyendo una limitante como hemos analizado en otras ocasiones)

Al niño/a familiarizado con los recursos tecnológicos le será posiblemente más atractivo que le lean con este dispositivo recurso a la par de visualizar las ilustraciones o porque no, el propio cuento (libro digital)[2] llevado a un animado, a lo cual se suma un valor agregado si el adulto es ducho en cuestiones digitales.

La opción es válida – aunque cara, que no dista desfavorablemente de los costos actuales de los libros – pero sea una u otra el esfuerzo de ese acercamiento hijos – padres, será genial.

¿Y en el caso del audiolibro? Si bien este medio permite llevar a cabo otras actividades mientras se les ejecuta: conducir, caminar, tomar sol, cocinar, etc.; además de fomentar la lectura y promocionar el contenido más que el formato escrito, su mayor limitante es: la lectura directa no es posible, hecho que nos aleja de disfrutar ese cariño compartido nocturno, que se transformaría en una “frialdad noctámbula”

¿Han tenido éxitos los audiolibros? Me adelanto a asegurar que no para todos[3] teniendo en cuenta su uso como hemos señalado hace un instante, más cuando el tiempo de audición ha de ser “corto”, como es el caso de los podcasts[4] empleado fundamentalmente en el mundo de las noticias, como es la radio (digital)

Que si pudiera tener su impacto para niños de educación especial con dificultades visuales y reitero pudiera, pero lo que si resulta necesariamente inclusivo (condición sine qua non) que el pequeño, desde pequeño necesita ser atendido y mucho mejor cuando escucha la voz de quien le acompaña, para hacerle soñar…, donde posiblemente seas respondido con la evidencia de un rostro angelical.

Buenas noches.


[1] Dispositivo de pantalla táctil que se encuentra categorizado como un intermedio entre los teléfonos inteligentes y los computadores portátiles.

[2] También conocido e-book, a partir de marzo 2001.

[3] Muy desigual en Europa de mayor uso con relación al Continente americano y mucho menor en América Latina. Datos marzo 2017.

[4] Serie de episodios grabados en audio y transmitidos online.

lunes, 7 de marzo de 2022

Ensayo - ¿Error?

Tal vez el término ensayo para los investigadores, podría ser un término bastante común en cuanto uso o conocimiento del vocablo: “Puesta en práctica de una acción o actividad para poder perfeccionar su ejecución/Prueba que se hace para determinar si una cosa funciona o resulta como se desea”

Aplicable al método científico[1] donde se establece una hipótesis[2], cuyo resultado nos conduce a una reafirmación de la misma, que de funcionar se obtiene una solución, mientras que si no es verdadera – entiéndase resultado erróneo – se intenta una alternativa diferente.

Luego por lo visto “errar es de humanos y rectificar es de sabios”[3], aunque a título personal intercalaría entre rectificar humanos y es el vocablo “… a tiempo…” sobre todo o prácticamente en todos los campos como la salud, arquitectura, ingeniería… y educación.

Cuando cometemos un error “Acción que no sigue lo que es correcto, acertado o verdadero”, el daño causado, no es cuestionable que, para cualquier persona, molesta, “duele”, de aquí la necesidad de tratar de hacer lo acertado con un margen de probabilidades de error de un ¿0 – 5 %?

Excluiré de este artículo, equivocaciones que suelen ser comunes, pero a la vez riesgosas, imprudentes, por ejemplo, cuando un vehículo trata de aventajar a otro o en el caso de un peatón no respetar las señales del tránsito, redireccionando mi escritura a los gustos y gastos.

Lo más familiar resulta, que al mencionar la palabra gusto, pensemos en el sentido corporal mediante el cual son percibidos y reconocidos los sabores (dulce, salado, amargo y agrio) donde ingerir algo de nuestro agrado, conlleva a una satisfacción o placer personal.

Gustos, que acompaño con la palabra preferencia – entiéndase, muestra un interés concreto por una opción que conecta con una afinidad personal o con la subjetividad –, ya que me pueden gustar los helados, sin embargo, prefiero el de ¿chocolate?, de aquí la posibilidad que el error se reduzca casi al mínimo en una buena degustación y por ende en un gasto innecesario, cuyo resultado del “ensayo” es el esperado Nota recordatoria: “… se hace para determinar si una cosa funciona o resulta como se desea”

Hasta aquí parece que todo ha sido un SÍ, ¿aprendí algo? Tal vez términos, sus significados, pero todo cambia cuando de nuestras preferencias PERSONALES, asumimos los gustos y preferencias de los demás, donde la posibilidad ensayo – error pudiera resultar aún mucho más discrepante, alejándonos de acertar o NO.

Analicemos el caso del tan cuestionado celular – recurso tecnológico, que de no estar claro para que se usa, resulta un factor “disonante” en el ámbito familiar e inclusive educacional - ¿cuál comprar?

La respuesta puede resultar compleja, muy compleja, ya que se requieren algunos requisitos previos: tamaño de la pantalla, memoria RAM, calidad de la cámara, procesador, conectividad, entre otros y, sobre todo – factor decisivo – el costo de la inversión.

Que de realizar el gasto – para padres, lo cual requiere de un tremendo esfuerzo e inclusive limitaciones – preocúpese además de establecer reglamentos y normas para el uso adecuado del mismo, obteniendo ¡logros en el ensayo y reduciendo el margen de error!


[1] El método no está dirigido a la resolución "ciega" de un problema, sino a la identificación de la explicación o causa correcta de un proceso mediante un ensayo. 

[2] Enunciado no verificado, que se intenta confirmar o refutar.

[3] José Antonio Zarzalejos Nieto (1954 -) periodista y escritor español.