lunes, 30 de septiembre de 2019

¿La abro o no?

Ha escuchado alguna vez la frase “Abrir la caja de Pandora”, iniciemos por Pandora, 

¿Quién era ella? Indiscutiblemente tendremos que recurrir a la Historia. Inicio con Zeus, considerado rey de los dioses del Olimpo – en la antigua Grecia - y supervisor del Universo, también Dios del cielo y el trueno y por ende de la energía (hace entre 5000-6000 años, hacia el 3500 a. C); un segundo personaje lo es Prometeo Titán de la mitología griega el cual le robó el fuego a Zeus, para proporcionárselo a los humanos y que estos tuviesen la capacidad de hacer fuego obtenido de una chispa del carro del sol.

Zeus se enfureció ante tal osadía, encargando a su hijo Hefestos que crease a partir de arcilla a la primera mujer. Su nombre sería Pandora, cuyos dones otorgados por los Dioses fueron figura encantadora doncella (semejante en belleza a las inmortales), gracia y sensualidad, el dominio de las artes relacionadas con el telar y adornarla y el arte de mentir, seducir, así como un carácter inconstante-

Pandora fue rechazada por Prometeo y cedida a su hermano Pimeteo; Pandora le dio un regalo (proporcionado por Zeus) a su esposo por la boda, con una única condición en cuanto al regalo: ¡No abrirlo bajo ninguna circunstancia! 

La curiosidad fue más y finalmente la propia Pandora, abrió la caja (realmente una tinaja ovalada), saliendo de la misma los males del mundo: las enfermedades, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la tristeza, el crimen y la vejez: aspectos que pudiera sintetizar en: daños a la salud de los seres humanos y antivalores.

Dos factores complejos de abordar y viables de reducir: uno a través de la instituciones médicas y la otra vinculantes a la educación desde el hogar (prioritaria) y como parte de la labor cotidiana por el sector Educación.

Hasta aquí pudiera valorarse que al menos con las entidades existentes en los rubros de la salud y educación, podamos cerrar la famosa caja; sin embargo no todo es color de rosa ante las grandes desigualdades entre las clases sociales (aumento de la pobreza, el desempleo, la marginalización, la discriminación, entre otras), que se acrecientan cada día y limita de modo significativo el acceso a estudiar y por otra parte a hacer atendido en un centro hospitalario de aquí que se conviertan para muchos, en instituciones excluyentes

Existe una particularidad para la población general que trabaja, actividad prioritaria – que en muchas ocasiones atendiendo a la necesidad de priorizar lo que “nos da de comer” – arrastrando a una desatención de los problemas familiares e inclusive de su salud misma, y en esto último acudimos cuando la probabilidad de jugar con un hábito disciplinario de atendernos, a lo que llamo prevención, sea muy tarde.

Ejemplos varios de historias basadas en hechos reales de amigos, familiares, vecinos, amistades, el lema común lamentablemente ha sido “si se hubiera atendido a tiempo…”; “su error fue priorizar su trabajo y desatenderse…”; un caso extremo lo constituyen las deudas como parte de la vida de consumo, y luego el alto costo de las medicinas, consultas, seguros que a duras pena cubren los gastos médicos y…, si suman todo lo anterior el factor que se repite es “m salud, no es una prioridad” por supuesto craso error.

Les recomiendo algo, de todo corazón; si tiene temor de abrir “su caja de Pandora” en el tema salud, decídase, habrá la caja a tiempo al menos con cierta periodicidad (sea preventivo) y atiéndase. Para concluir - retomando la caja de Pandora – cuando esta última trató de cerrarla, apreció que en el fondo de la de la misma había quedado el espíritu de la esperanza, el único bien que los dioses habían metido en ella.

De esta historia griega, surgió la expresión “La esperanza es lo último que se pierde…” me tomo el atributo de añadirle : “… cuando nos atendemos a tiempo”

lunes, 23 de septiembre de 2019

Catálisis de un proceso degenerativo.

Posiblemente para un profesional de la salud le sea factible entender el nombre del presente artículo, que en mi caso la palabra catálisis me resulta familiar por haber estudiado pedagogía con mención en química, cuyo significado es el siguiente: 

“Es el proceso por el cual se aumenta la velocidad de una reacción química, debido a la participación de una sustancia llamada catalizador y aquellas que desactivan la catálisis son denominados inhibidores”, término que suelo emplear en ocasiones en la vida cotidiana, por ejemplo: “catalizamos la gestión que usted solicitó (padre de familia o estudiante), entiéndase fue acelerado” Nota: en este momento me entra la duda si lo han entendido; pero el caso que nadie se ha quejado.

Retomando lo de proceso degenerativo – evidentemente he tenido que documentarme para ello – lo relacioné a partir de que los adultos mayores a partir de una determinada edad disminuimos nuestro tamaño (altura), la cual se produce producto del envejecimiento en los huesos, los músculos y las articulaciones. 

Las personas suelen perder alrededor de media pulgada (casi 1 centímetro) cada 10 años después de los 40 años, proceso que se cataliza después de los 70 años, donde se puede perder un total de 1 a 3 pulgadas (2.5 a 7.5 centímetros); a lo anterior se suma el encorvamiento o encorvadura de la columna vertebral que en términos médicos es conocido como cifosis donde se produce un arqueamiento o redondeo de la espalda, relacionado con enfermedades como la osteoporosis (condición que hace que los huesos se vuelvan débiles, quebradizos y delgados) 

A partir de todo lo antes relatado, paso a la reflexión siguiente: Con la evolución de los seres humanos que llegamos a ser erguidos (dicho cambio postural le permitió la  posibilidad de ojear el horizonte por encima de la vegetación herbácea para buscar árboles o evitar depredadores, la posibilidad de transportar cosas, como comida, al tener las manos liberadas de la función locomotora, el ahorro de energía y el aprovechamiento de los recursos del medio para adaptarse a un ecosistema), distinguiéndonos del resto de los seres vivos, ¿hoy en día con el uso de celulares, teniendo ocupadas las manos (al menos una) estaremos catalizando una involución a que las nuevas generaciones sean de menor tamaño y de espaldas arqueadas?


Se plantean medidas para prevenir la pérdida de la estatura siendo estas: Consumir una dieta; mantenerse físicamente activo; prevenir y tratarse la pérdida ósea. Finalmente añadiría: evitar el uso del celular significativamente, que de no hacerlo… físicamente seremos diferentes, así de sencillo.

lunes, 16 de septiembre de 2019

El inicio de una clase es importante, no importa la edad del estudiante.

En la institución para la cual trabajaba se solían realizar al inicio de cada semestre seminarios con el personal docente, relacionado a temas diversos en el ámbito pedagógico (nuevas tecnologías, metodologías, cuyos seminaristas más allá de demostrar sus amplias experiencias, existía en los mismos un denominador común: la motivación. 

Se desarrollaban dinámicas, que involucraban a los participantes, arrastrando sonrisas, manos que se levantaban para opinar, indagar. Prácticamente las casi dos horas se iban “en menos de lo que canta un gallo” (dicho campesino), sin embargo hubo una que ocasionó discrepancias – que es saludable, discutible, que conlleva a reflexiones necesarias – donde los facilitadores (2), demostraron con lujo de detalle un sinnúmero de actividades basadas esencialmente en juegos pero para estudiantes de la enseñanza media – entre 12 y 15 años de edad – donde se mostraban vídeos de como comenzaron los mismos al inicio de un período corto (un mes aproximadamente) y como concluyeron, generando en los mismos (estudiantes) ¡CAMBIOS DE CONDUCTA!, tales como exponer, opinar, perdida del temor en compartir sus ideas, realizando aportes a problemas y sus posibles soluciones; en lo personal consideraba que la actividad cumplió su cometido ampliamente.

¿Qué contradicciones manifestaron algunos de los docentes participantes? “!.. Esas actividades no eran propias para estudiantes universitarios…”! Evidentemente que respeté la opinión de los mismos, pero no la compartía por varias razones, las cuales expondré a continuación: Hoy en día hay estudiantes que ingresan al primer año de la carrera con 15 a 16 años, lo cual no es factible que un estudiante tras haber finalizado el bachillerato, dos meses después al ingresar a la educación superior haya madurado lo necesario para ser más serio en el aprendizaje y no “jugar en clase, ya que la universidad es otra cosa”

Como parte de mis funciones me correspondía observar clases (acompañamientos) a profesores de estudios generales (asignaturas básicas: Comunicación y Lenguaje, matemática básica, sociología, filosofía, antropología y otras) donde aprendía cada día más (aprovecho para destacar que era un colectivo extraordinario, muy profesional), obviamente unas clases más relevantes que otras, pero siempre me atraían aquellas que rompían la (pésima y aún vigente en algunos casos) tradición de iniciar la clase planteando: “Buenas días o tarde, ¿hicieron la tarea? Y el tema o asunto que nos corresponde hoy es el siguiente…”

¿Qué hacían que era diferente, diría un giro de 180 grados? Saludaban, e indagaban como se sentían, que libro estaban leyendo como parte de la cultura general, que habían hecho el fin de semana que les había llamado la atención…etc. Inclusive a partir de los que contaban los estudiantes, el o la docente por arte de magia, retomaba el título de la clase. ¡EXCELENTE!

No hace mucho en un vídeo educativo en las redes sociales, apreciaba una fila de estudiantes para entrar al aula, pero previo a ello tenían que seleccionar (tocando) en un mural: dos manos, un corazón y una nota musical. De seleccionar las manos, con la profesora a la entrada chocaban las mismas; de seleccionar el corazón la abrazaban, en el caso de la nota musical, bailaban. En todos los casos se mostraban sonrisas, alegrías… cambios de conductas emocionales (para bien) en el comienzo de una clase. 

¿Viable para estudiantes universitarios? Categóricamente sí, ¿qué haya que cambiar la dinámica?, es posible. ¿Le parece inoportuno que le abracen?, ¿Chocar las manos?, no tiene edades, ¿bailar? Al menos a mí me encanta la música.

Ahora recuerdo que el día del seminario, por cierto, pusieron un vídeo musical de un conejo bailando, tirándose al piso, yo lo imité.

lunes, 9 de septiembre de 2019

¿Equidad de Género? Tema importante, necesario.


Partamos para entendernos, ¿de dónde surge este tema, tan en boga hoy en día?, y ¿qué significa?  Primero, emerge contra todo determinismo biológico en la desigualdad entre hombres y mujeres. Se plantea que a lo largo de la historia diversas corrientes del pensamiento lograron naturalizar dichas diferencias, justificando con ello que hombres y mujeres tendrían formas de pensar diferente, oportunidades diferentes etc. En oposición a ese determinismo surge el concepto de género. Segundo, que hoy en día, lo femenino y lo masculino dada la valoración diferente de hombres y mujeres, como son las normas que rigen las convenciones, los comportamientos,  la división del trabajo son todos productos sociales, resultado de una construcción social, lo cual implica que dicha construcción es perfectamente permeable a cambios y por ende la mujer al igual que el hombre puede y debe tener equidad en su vida personal, laboral, política y social.


¿Qué debe revisarse para lograr la equidad entre hombres y mujeres, que no solo se resuelve poniendo los y las, ellos y ellas? Primero una base estructural, social cuyos indicadores no sean el sexo; igual derecho a las oportunidades y a los servicios, igual valoración y reconocimiento para hombres y mujeres. Lo anterior implicaría para ahondar más, en el establecimiento de un orden de género ¿Qué significa esto? Establecer un sistema de relaciones sociales, económicas y culturales entre hombres y mujeres. La pregunta que surge a partir de lo anterior, es ¿Cómo lograr esa equidad?


Hay quienes consideran que porque en diversos sectores o instituciones predominan las mujeres, como son salud y la educación (doctoras, enfermeras, maestras, personal de servicio) ahí esta resuelto el problema, atendamos el resto de las instituciones. ¿Y acaso esa doctora, enfermera, maestra, cuando llega a su “segundo trabajo”, la casa, su esposo ha resuelto en colaboración con ella, los problemas domésticos, la atención a los hijos e hijas?, cuando realmente según la tradición machista, “…eso le corresponde a las mujeres, a mi lo que me toca, es llevar el dinero a la casa”. Y que decir que cuando “el señor” llega a la casa, como una especie de servidumbre, la esposa debe tenerle servida la mesa, con lo que a él le gusta y la ropa lista y planchada para el día siguiente. 

Estimado amigo, ¿Por qué si usted llega primero a su casa, no se invierten los papeles, y le tiene lista la cena a su esposa e hijos?, ¿sabe usted lampacear?, ¿puede ir al supermercado y hacer las compras de lo que hace falta?, ¿Qué tal una lavadita del uniforme de aquellos que van a la escuela?, ¿Puede usted pedir permiso a su trabajo, que no llegará hoy tan temprano, porque su hijo debe llevarlo a una cita médica?

¿Difícil lograrlo? Si, ¿soluciones? A través del establecimiento de políticas públicas con enfoque de género, que no significa que vaya dirigido solo a las mujeres, las cuales contribuyan a mejorar la situación de desigualdad entre hombres y mujeres, favoreciendo con ello a que las mujeres tengan acceso a los recursos propiciando con ello una mayor valoración y reconocimiento de ellas como sujetos e interlocutores sociales. Pero mientras tanto ¿qué hacer? Señora, esta noche ponga a su esposa a lampacear, y mañana en la mañana que arregle los cuartos, ah y el fin de semana que haga las compras del hogar. 

¿Le parece? 


lunes, 2 de septiembre de 2019

¿Formato carta o formato celular? (parte II y final)


En la parte I del presente artículo hicimos referencia a la dificultad – una de las tantas – que ocasiona la lectura en la pantalla (formato) de un celular, cuando estamos acostumbrados (espero que no se pierda el hábito) a recibir la información mayormente a través de libros de textos, medios de comunicación escritos y los inconvenientes que puede ocasionar en nuestra visión, tras una reducción drástica del celular (46.76 %, con relación a la hoja de nuestro cuaderno o libro de texto)

Para los que leemos solemos – estando en una biblioteca, oficina - aprovechar la luz solar preferentemente que esté ubicada a nuestra espalda, y colocando el material de lectura a una distancia tal que podamos visualizar satisfactoriamente; sin embargo en el caso del uso de un celular, por la dimensión de la pantalla, solemos acercar el dispositivo a nuestro rostro, prácticamente descartando la luz solar o artificial y limitándonos a la luz azul que emana el dispositivo. Y cito un ejemplo: ¿En alguna ocasión ya estando acostado, y para no molestar a su pareja, visualiza usted el celular sin encender una lámpara?

Investigaciones médicas realizadas, plantean que la luz azul (también emanada por las tabletas y computadoras), no puede ser bloqueada ni reflejada por la córnea, ni el cristalino y por ende puede dañar la retina del ojo, además provoca resequedad en el ojo debido a la reducción del parpadeo y dificulta el enfoque a distintas distancias con visión borrosa y miopía temporal, que se desarrolla por tensión en los músculos oculares. Otra parte del cuerpo afectada - por el uso prolongado de los dispositivos - son los tendones de las muñecas, los cuales se inflaman.

Otra incomodidad – de la “pequeña pantalla” – lo es que para leer, se requiere de ampliar la imagen, girando el celular para tratar de ver ¿mejor? y a ello sumarle con el uso de los dedos agrandar el párrafo, el cuadro, el gráfico en los diferentes sentidos (arriba, abajo, izquierda, derecha) todos ellos que a la larga se convierten en distractores y que el lector rechaza y que con cierta dificultad podrá concentrarse lo suficiente, para alcanzar un resultado óptimo en su aprendizaje, hecho que se dificulta aún más si el docente orienta la toma de notas o resolución de ejercicios.

Otros elementos disociadores del celular en clase, resulta la entrada de mensajes “en medio de la nada” (fotos, correos, etc.) que interrumpe de un plumazo la atención del estudiante.

¿Paliativos? El uso de recursos tecnológico de “diagonales mayores” que permitan un menor esfuerzo para la lectura (te recuerdo que la hoja tamaño carta, su diagonal es de 13.9 pulgadas) por ejemplo las computadoras que pueden llegar a 15.6 pulgadas a menos la más común y que resulta obvio la mejora.

Lo anterior nos conlleva a pensar en posibles soluciones – ya que a la tecnología hay que saberla usar, lo positivo y lo negativo de la misma – y en el caso que nos ocupa (el celular) para aspectos puntuales: notificaciones del docente sobre resultados, lecturas de corta duración, imágenes sobre la cual reflexionar, no siendo siempre el medio idóneo para la interacción docente - estudiante.

Contradecir los avances tecnológicos, no es posible. Pero sí, cuando el docente (magno esfuerzo) logra controlarlas y las usa en beneficio de la comprensión, y aplicación de forma gradual por parte suya y del  estudiante. ¿De acuerdo profesor/a?