lunes, 30 de enero de 2023

Con una lata y un palo

Tal vez no para muchos el título les resulte familiar, pero no queda duda que si golpea una lata -entiéndase, lámina delgada y lisa de hierro o acero cubierta de una capa fina de estaño por ambas caras- con un palo se desprenderá un sonido, que de repetirse podría generar aplicando varios de los sentidos, una especie de ¿tumbao?

Mmmm, busquemos su definición «Acompañamiento (base rítmico armónica) realizada por parte de los instrumentos en la música afro caribeña como la salsa, el son, el jazz latino, el merengue, etc.», generando mágicamente un movimiento de pies, brazos, caderas (con mayor énfasis en las féminas), que, si le añado sus sinónimos, encuentro: «ritmo, sabor, salero, sabrosura. Calidad y cualidad que denotan mucha alegría y ritmo en una persona. Swing, estilo»

Más cuando se suman – según la edad - una serie de recuerdos de cantantes que en su momento lo escuchabas en la radio, provenientes mayormente de países de habla hispana, como rancheras, tangos, etc.

Pero al referirnos al impacto que podría tener lo proveniente del continente americano y en particular de Norteamérica, con mucha presencia en el mercado mundial hace unos años atrás, fueron y siguen siendo escuchadas mediante discos de vinilo[1] y visualizadas en la televisión[2] o en el cine y por supuesto actualmente a través de las redes sociales, plataformas, etc..

Ritmos que se amplían con las señales satelitales procedentes de Europa, España en particular a partir del año 1994, donde conocimos algunas de ellas como el cante jondo o flamenco, la copla, el pasodoble, y para muestra un botón: ¿Un tablao? «Local dedicado a espectáculos de baile y cante flamencos»[3].

De tener la posibilidad de asistir a uno “en vivo” y en el mejor de los casos por televisión, internet (video), disfruta no solo del cante y el baile, sino del toque que se caracteriza por un ritmo percusivo denso, donde una vez más las manos y el tacón de tu pie casi por ¿hechicería?, paulatinamente van “in crescendo”, cuyo origen algunos atribuyeron origen norteafricano. ¿Cómo?, ¿origen …africano?

¿Europa, América del Norte, América Latina? ¿Sinergia musical cuyos resultados conllevan sea uno u otro sonido usted “mueva el esqueleto”, con una lata y un palo? No queda dudas que escuchar música, bailar constituye un elemento fabuloso en el arte de disfrutar lo “bailao”, de recordar y volver a vivir.

Casualmente todo lo que hoy me ha permitido “la musa”, y que en este momento usted le da lectura no cumple con la frase “cualquiera semejanza con la realidad es pura coincidencia”, ¡No!, literalmente y muestra de ello -como testigos- tengo a Chanel y a Nina mis mascotas perrunas, las cuales mientras preparaba mi almuerzo y habiéndole dado la orden a mi bocina Bluetooth, de poner la canción…, bailaba y ellas con sus ojos manifestaban «Papá, ¡se ha vuelto loco!

Nada, la música no es más que un elemento anti estrés. ¿No me cree? Como persona de Ciencias, le sugiero, pruébelo y luego me cuenta.


[1] Introducido oficialmente en 1948 por la compañía Columbia Records en los Estados Unidos.

[2] Su entrada en América Latina ocurre a partir del siglo XX, siendo por países: Brasil, Cuba, México, Argentina, Venezuela y Colombia comienzan transmisiones entre 1950 y 1954; El Salvador, Uruguay y Nicaragua, en 1956; Perú y Chile, en 1958; Honduras, Ecuador y Guatemala, en 1959. Para la siguiente década lo hacen Costa Rica y Panamá en 1960; Bolivia, en 1969, y Paraguay en 1965

[3] El flamenco es un género musical español que tiene su origen en la región de Andalucía, en zonas de Extremadura y también en la Región de Murcia. ​ Es la más conocida

lunes, 23 de enero de 2023

Canas

Con el paso del tiempo, al conversar con una amistad, familiar que por algún motivo u otro – hacía rato que nos veíamos- como todo ser humano que al ver algo o a alguien los “evaluamos” físicamente, que ha cambiado, o no, con esa frase del alguien (diría, que te quiere mucho) «¡pero si sigues igualito!», cuando en realidad no lo es, porque los años pasan…y vamos acumulando experiencia.

La lógica es que nos ven, pero no nos vemos así mismo en el momento que estamos entablando la conversación presencialmente, a diferencia de cuando lo hacemos virtualmente mediante algún recurso electrónico en un cuadrito pequeñito en una esquinita del mismo.

Lo habitual es que nos veamos todos los días al menos en un espejo, por ejemplo, al cepillarnos los dientes, al peinarnos, donde dada la sistematicidad cotidiana, TAL VEZ, no nos damos cuenta que efectivamente hay cambios en nuestro rostro.

Realmente, ¿me están pasando los años por encima? Muchos son los vestigios que lo pueden evidenciar, desde joven, por ejemplo, el caso de los varones que quisieran tener barba y son más lampiños que el glúteo de un bebe, y cuando sale el primer vello, sonríen en señal de la premisa que pronto seré barbudo “estando al doblar de la esquina”

Con el pasar de los años salen canas (producto de la pérdida de la melanina[1]), ligados a factores étnicos[2] y hereditarios) que pueden evidenciarse a partir de los 30 años inclusive, en la barba, en la sien, en las cejas, parte posterior de la cabeza.

Además de los factores antes mencionado, se plantea que el estrés constituye otro elemento a tener en cuenta que acelera el proceso de encanecimiento y cito varias anécdotas: Cuando la segunda guerra mundial[3], un soldado soviético de unos 20 años, junto a otro compañero de mayor edad, hubieron de refugiarse ante un bombardeo nazi, transcurrido esto último, al salir del agujero el bisoño soldado estaba completamente canoso; que decir del presidente Barack Obama[4], que con 48 años entró a la presidencia y al concluir 10 años después su pelo es totalmente canoso[5].

¿Y en el caso de mis colegas y ex colegas docentes?, que viven en un estrés constante: preparación de clases; manejo de las herramientas TIC, grupos de clases sobresaturados de estudiantes, horarios disimiles, la impartición de varias asignaturas, a lo que se suma la disciplina que habrá de mantener en sus aulas; pero además que como todo ser humano, son muchas las ocasiones que presentando problemas personales como todo excelente actor/actriz, tendrá que “brillar sobre las tablas” reflejando en su rostro dulzura, pasión por su labor y soslayando lo pendiente que tiene en su hogar.

Es cierto, que hay personas que deciden sostener el color de su pelo, otras no (sin distinción de sexo), siendo una decisión muy personal, pero en definitiva para gustos… tintes o no. 



[1] Aminoácido, presente en los seres vivos, siendo un pigmento -y en particular la eumelanina que se encuentra en la piel, en el iris y en el cabello, y su concentración da la coloración al cabello gris, negro, rubio y castaño.

[2] Los caucásicos son los más tempranos, en torno a los 30 años, seguidos de las personas asiáticas que comienzan a tener canas a los 40, y por último gran parte de los negros conservan su color hasta pasada la cuarentena.

[3] 1 sept 1939 – 2 sept 1945.

[4] 44.º presidente de los Estados Unidos de América desde el 20 de enero de 2009 hasta el 20 de enero de 2017

[5] En una entrevista realizada por la cadena NBC, expresó "Son gajes del oficio". Y añadió que "pueden influir los problemas", aunque achaca a la genética su plateado de sienes.

lunes, 16 de enero de 2023

La felicidad no es gratis.

Cuando leo lo que escribo y comparto en un medio escrito o digital (como pueden ser las redes) los que más aceptación suelen tener son aquellos donde abordo experiencias personales que promueven fundamentalmente un valor con el complemento de reflexión.

Hecho que también se evidencia en las diferentes plataformas cuando especialistas en diversas ramas como coaching[1] mediante frases que te permiten vincular a una experiencia propia vivida, e inclusive un reto con un respaldo de aliento y positivismo.

¿Acaso esta aceptación, nos conlleva a auto considerar, que se requieren de la búsqueda constante de como ser cada día mejor emocional y sentimentalmente, cuando una vez fue responsabilidad de nuestros padres -porque crecimos-, y de los docentes cuya atención en el plano de valores suelen verse mermados en la medida que nos vamos trasladando de la enseñanza media, media superior y universitario?

Hay quienes pudieran considerar que cuando nuestros jóvenes con el pasar de los años, su formación depende de ellos/as exclusivamente de una ¿madurez que se consolida?, sobre la base del ensayo-error, hecho que entran en contradicción con lo que les relataba al comienzo en los dos primeros párrafos.

Por supuesto, en las redes, no están todos, ni todo debe girar a la información que pulula en un mundo que nos hace pensar que todo está al revés (guerras, exclusión, violencia, etc.) donde al parecer «siempre gana el mal sobre el bien»

Una computadora, una tableta, un celular, cualquier medio, no nos puede proporcionar un abrazo cálido presencial -sincrónico en el ámbito educacional-, (muy lejos del virtual), hecho que por el momento no lo garantiza el metaverso[2] como realidad alternativa, ni tampoco la inteligencia artificial[3].

Cambiar conductas, comportamientos, constituye un proceso, el cual nos trasciende a la velocidad que quisiéramos sobre todo a los que “jugamos” el rol de padre-madre-docente, porque se requiere la inclusión de sentimientos, de dar amor, de provocar una sonrisa en el momento que tu hijo/a, estudiante, tú compañero/a de trabajo lo requiere, más cuando “se tropieza”, para que en ese mismo instante, le escuches, le comprendas, le brindes tu mano, para que se levante, y que le abras una “nueva puerta”, en aras de formar a una persona de bien.

En el caso particular para aquellos que ejercemos la docencia[4], resulta tangible, que son muchas, muchas las ocasiones en que parte de nuestro tiempo extra clase, lo dedicamos a atender a los problemas de nuestros estudiantes -aquellos que cada día vemos sentados y participando, delante en el aula de clase y porque no frente a la pantalla de nuestra computadora.

Los que somos docentes no estamos programados, para trasladar automáticamente mediante alguna aplicación nuestras emociones; las mejores, que son las que impactan en quién las recibe.

Atender a nuestros pupilos es un compromiso emocional, lo cual nos daría el valor agregado, que ellos sean felices al menos en los ratos cortos que dura una clase.



[1] Personas que poseen habilidades de comunicación y de liderazgos cuya relación profesional continuada fomentando el autoconocimiento y el contacto de la persona con su entorno.

[2] Mundo virtual, al que te conectas utilizando una serie de dispositivos que te hará pensar que realmente estas dentro de él, interactuando con todos sus elementos.

[3] Su principal objetivo es la réplica de los procesos cognitivos en máquinas

[4] No queda duda que otras profesiones la llevan a cabo como son los médicos

lunes, 9 de enero de 2023

Posible descontrol con el regreso a clase sin pandemia.

Hace poco conversaba con una docente y nos planteaba la problemática del uso de las TIC en particular, ¿qué sucedería con el regreso a clase?  Si bien ha sido solucionado parcialmente el problema generado por el COVID, donde la respuesta de las instituciones y países han sido muy diferente, como es el caso del uso no obligatorio de la mascarilla sanitaria[1], quedando a criterio de la familia el uso o no de la misma.

Una de las medidas tomadas en su momento fue el distanciamiento (1.5 – 2 m) entre cada silla o pupitre en el aula de clase, lo cual implicaba que los grupos en cuanto a cantidades fuesen reducidos, dependiendo del área del local, ¿15 – 20 estudiantes?, lo cual dicha cantidad para los colegios e instituciones (públicos o privados), en general constituyó un reto dada la disponibilidad de más locales o bien una reorganización de horarios con el afán de dar respuestas a grupos pequeños de estudiantes.

Acciones que fueron evidentes para dar una respuesta al virus, por lo que mencionaría que hasta aquí excelente; otra medida resultó clases en línea, entiéndase modalidad remota (mal llamada virtual) que, si bien el propósito fue dar una respuesta al estudiantado para todos los subsistemas de educación, no queda duda que afectó la calidad de la enseñanza, siendo obvio el dolor de cabeza creado fundamentalmente para los niveles de primaria y secundaria básica.

La problemática que surge en este momento – tratando de proporcionar posibles preguntas -  respuestas a la profesora - con el retorno a clases son varias: ¿retroceder a grupos numerosos?, ¿reducir el uso de las TIC, en cuanto a su uso, regresando a la simplicidad de clases meramente expositivas, apoyándose en un data show o proyector?, ¿prohibir el uso de celulares dado el uso como un elemento de distracción por parte de los estudiantes?

Pareciera ser que el tiempo de “prohibición” del uso de celulares, pudiera retornar, pudiera, dado que si bien el uso de dicho dispositivo primaba en los jóvenes para (mal) comunicarse y no para el uso en clases, no logró su objetivo, ¿por qué se preguntará? No necesariamente los docentes fueron capacitados para ellos, por lo que cada cual, posiblemente su actuar fue independiente (“cada profesor tiene su librito”) – tratándolo de hacer lo mejor posible – no así donde hubo trabajo de colectivos de disciplina o asignaturas, con la elaboración de un sílabo o plan-clase, cuyo resultado debió ser mucho mejor.  

Capacitados (o incapacitados) para elaborar materiales complementarios y subirlos al chat; el no establecimiento de horarios fijos para la atención a los estudiantes, lo que se convierte en una encrucijada para estos últimos cuando son de 6 a 7 clases, su propia organización.

No necesariamente -lo cual era necesario, aunque fuese temporal – se realizaron las revisiones correspondientes a la actualización de reglamentos y normas, que respaldasen al docente y también al estudiante en esa etapa. Lo cual no culpo, ya que el virus trastocó a todos los seres humanos, a las instituciones, empresas, negocios (de toda naturaleza), moviéndonos “el piso”, cuando el resultado podía ser la muerte del individuo.

Realmente las respuestas que dio el profesorado fueron dignas de reconocer, exceso de horas que diría llegando al extremo de la racionalidad o irracionalidad, ¿y ahora que harán las instituciones con sus docentes y estudiantes?

De no analizar a quienes correspondan los pro y contra de un regreso a la normalidad con el uso racional, organizado de las TIC – lo cual es una herramienta real, existente, imparable – que favorezca el proceso de enseñanza – aprendizaje, vinculado a nuevas estrategias para su uso, podrías retrocederá algunos años atrás y por ende nuestros estudiantes pudieran graduarse siendo menos competentes y no dejo detrás a los docentes.


[1] También llamado nasobuco, barbijo, cubre boca,  

lunes, 2 de enero de 2023

Los años no tienen por qué marcar la retirada.

Posiblemente usted que lee o escucha[1] mis artículos siempre en el campo de la educación, pensará que fui un buen estudiante en mi etapa de los primeros años de la universidad, pues sencillamente NO, tomaba con poca seriedad la preparación para los exámenes, estudiaba el día antes -cuando nos daban una semana de preparación para los mismos- y por supuesto las consecuencias están claras que me convertí en un pésimo estudiante por lo que perdí un año de estudio.

La reprimenda de mis padres fue la que les correspondía -ellos nunca tuvieron la opción de pisar ni un escalón de una universidad-, lo que conllevó a «ahora tendrás que ver lo que haces, nosotros no podemos mantenerte»

Todas las puertas se cerraron, perdida de tiempo, 18 años sin saber nada que hacer, nada, pero los “ángeles, ¡existen!, y la mamá de un amigo de la infancia, que era maestra, me dijo que porqué no daba clases, ¿clases?; casualmente, las coincidencias, fueron publicadas convocatorias de jóvenes para insertarse en el magisterio, ante el déficit de profesores en ese momento.

Con un año de licenciatura en química perdido, con un título de graduado como bachiller, realmente no servía para nada, que hablar de hoja de vida o curriculum vitae, nada un simple mortal indefenso, sin embargo, las otras personas que aplicaban a pasar un curso emergente de unos seis meses para poder impartir clases, no necesariamente tenían una “preparación” como la mía.

Pasó el tiempo de preparación y fui asignado a una escuela secundaria, donde mis alumnos sus edades oscilaban entre 20 y 28 años (recuerden yo con 18), lo que implicaba un alto retraso escolar en el grado de noveno, a lo que se sumaba que los mismos (algunos poseían antecedentes penales, madres solteras, etc.), realmente ello constituyó una experiencia que aún recuerdo como si fuese hoy.

Pasaron años, “la espina de mal estudiante” debía quitármela si quería ser como educador un transmisor de conocimiento, pero también de valores, por lo que, laborando entré nuevamente a la universidad, graduándome 5 años después y siendo el mejor graduado de la carrera de ese año en el campo de la educación.

Pasaron décadas, ya como docente universitario, profesión que adoro, por lo que nunca pensé en jubilarme, mientras tuviese la fuerza, energía y salud necesaria para dejar de enseñar, continuar superándome (adentrándome en el campo del uso de la tecnología, en cursos de posgrados vinculados a la profesión y otros) que hoy en día continúo aprendiendo y aplicando.

Creo que una vez, una, pensé – que comparado con otras profesiones- que ser docente, lo puedes hacer con más de 60, 65 años, a diferencia de otras; ¿acaso pasar “a retiro” constituiría un alejamiento total de las aulas?, sencillamente NO.

Ello me establecía un reto, grande, pasar de una vida cotidiana de lidiar con estudiantes y docentes, a una de silencio, sin repartir consejos para aquellos jóvenes que se equivocaban -como una vez me sucedió, ¿recuerdan? – y no quería que cometieran mis propios errores; silencio en aprender de los (mis docentes) que acompañaba en sus clases para recomendarles lo que diría detalles en lo observado y superarlos.

Realmente era complejo cambiar de entorno de uno ¿bullicioso? a uno de ¿aislamiento?, NO, hecho que me conllevó a céntrame en -apoyándome en la tecnología- en la impartición de webinares, en escribir, para lectores sobre todo en medios periodísticos y que estos leyesen, (docentes, estudiantes, padres de familia, público en general) algo tan necesario como es la educación para tratar de contrarrestar al menos con “una pizca” los hechos sociales tan complejos que nos aplastan, y que abarcan los primeros planos prácticamente en todos los medios audiovisuales.

En fin, la edad, no es una causa, para pasar a retiro. Los años vividos y trabajados son experiencias acumuladas, de los cuales, lo mejor -inclusive sin que haya tenido la formación académica necesaria-, para transmitir los mejores valores. ¿Me equivoco?



[1] Podcast; Educación Reflexiones