lunes, 29 de enero de 2024

¡Aún quedan cosas muy bonitas…en la vida!

Un mundo que a veces parece que está al revés: guerras, pobreza, violencia, crecen las desigualdades sociales, lo cual nos pone en entre juicios porque los humanos cometemos esos errores graves errores.

Por supuesto detrás de ello se agrupan una serie de antivalores: la envidia, la obsesión, el poder del dinero, la falta de humanismo y comprensión, que suelen contraponer y destruir lo bello que es la vida.

Más allá del amarillismo, notas rojas resaltada con notas mayúsculas a través de los diferentes medios audiovisuales, existen cosas bonitas (Que tiene belleza o atractivo y resulta agradable de contemplar o de escuchar / Que es agradable y enternecedor), sí en la vida, aunque no lo crea… ya que todo no son desgracias y para muestra, les relato.

Los cuentos – para los que ya no somos tan jóvenes -, comenzaban «…había una vez…», que en este caso lo observé o lo viví, en resumen, lo disfruté sintiendo con ello más pulsaciones en mi corazón y no los demoro más…

1.       Un capítulo de una serie, en la cual más allá de abordar los problemas sociales, una persona joven directora de una de radio (abnegada, comunicación asertiva con sus trabajadores, el trabajo por encima de todo, a la par de ser exigente a pesar de su juventud), a la cual sorpresivamente le fue identificado un cáncer de mama (teniendo como antecedentes el fallecimiento de su señora madre), le ocasionó un estado depresivo…; sus compañeros de labor al conocer de esa situación se presentaron sorpresivamente en su oficina y se le pusieron a la orden para acompañarla a las sesiones de quimioterapia uno, por uno: eso se llama solidaridad. 

2.       Asistí a una boda de dos jóvenes conocidos, realizada en una iglesia, a la cual no iba hacía algunos años atrás (ni al hecho, ni al local); en el desarrollo de la misma siendo un casamiento por la iglesia, sentí desde un primer momento, varias cosas: su arquitectura, su mobiliario, altares, fuentes bautismales, tabernáculos, cruces de altares, pilas de agua bendita, entre otros; no podían faltar determinados cantos, así como la liturgia[1]. 

A lo anterior se sumaba el sentir de los participantes en apreciar la constitución de un nuevo matrimonio, el compromiso de ambos: «Amaos unos a otros…»[2], donde se evidenciaba un derroche de felicidad para ellos y para todos (yo incluido) … 

3.       Recibí una visita de una persona muy especial – mi hija – tras casi un año y varios meses de no vernos presencialmente (en modo sincrónico, diría un educador) su llegada, su estancia, mostrarle una nueva cultura de un país para ella desconocido y para mí por conocer más, lugares, paisajes, gastronomía, remembranzas, sobresaturación de abrazos, sonrisas, lágrimas (de felicidad), tenerle listo el café al despertarse, compartir series o películas juntos, era algo así como querer detener el tiempo o que simplemente el día superara las 24 horas…; al despedirnos nos prometimos muchas cosas, muchas…

¿Historias? Que son válidas, muy válidas y que se necesitan mucho para que la felicidad se haga tangible. ¿Me equivoco? Seguro estoy que no, porque si bien este relato sucedió hace algunos meses, cuando lo recuerdo sonrío, me hace recordar que la vida es bella y tiene cosas muy bonitas.



[1][1] Forma con que se llevan a cabo las ceremonias en una religión o en alguna otra organización similar, ​ es decir, al conjunto de actos que forman parte de su culto público y oficial.

[2] JUAN 13:34-35

lunes, 22 de enero de 2024

¿Gratis?, no te creo.

¿Gratis, gratuidad? Mmmm… vamos a sus definiciones: gratis, «sin costo»; gratuidad, «servicio o el bien no tiene precio y que el beneficiario no paga por él (no entrega dinero a cambio)»

Gratuidad que en el contexto de la economía donde hay un costo de producción, si bien el beneficiario no paga por aquello que se le otorga sin pagar un centavo, realmente alguien tendrá que asumir previamente los costos[1].

En las redes, en el mundo del internet, es común encontrar la palabra ¡GRATIS!, a la cual entras ¿inocentemente?, te parece bien y cuando ya prácticamente crees que te lo traerán a la puerta… te piden correo y contraseña, que, en función de la credulidad e interés, aceptarás a proporcionar la información solicitada; por supuesto la reacción contraria es viable das regresar o backspace y hasta ahí.

Otras opciones suelen ser algo, un poquito más tentativo, cuando visualizas que lo que desea comprar vale una unidad de peso del país (Mmmm…) que cuando te “sumerges”, los costos suben y suben y la decisión final, en definitiva, estará en manos de la persona que desea adquirir el producto.

En ambos ejemplos antes citados, queda claro que nos genera de primera instancia, dudas, entiéndase «Suspensión o indeterminación del ánimo entre dos juicios o dos decisiones, o bien acerca de un hecho o una noticia», ¿será verdad?, ¿me robarán?, ¿será confiable?, que si a lo anterior le sumas noticias tales como «personas estafadas…», «si le llaman de …no de nunca sus datos personales, número de cuenta…, etc.»

¿Acaso vivimos en un mundo, donde el ser humano siempre habrá de estar indefenso, donde todo tiene un costo?, ¿nada podrá hacerse gratis?

Recurro al caso de mis colegas docentes, ¿su pago está en correspondencia con el tiempo que le dedicamos a la preparación de las clases, guarda relación con el trabajo de atender los problemas de cada estudiante y no necesariamente académico, sino que incluye los factores sociales?, ¿son realmente remunerados?, sencillamente NO.

Vengo de una cultura que a pesar de las necesidades básicas que puede tener cada ciudadano, si una persona necesitaba sal, la respuesta era, «espérate te doy una cucharadita», que, si requería alguien de la casa ante una situación de urgencia médica, el vecino llamaba a alguien solicitando ayuda y era llevado al hospital, ¿y el costo?, «después nos arreglamos» o «tal vez con una tacita de café, cuando todo ya esté bien».

Por supuesto me viene a la cabeza, las palabras solidaridad, desinterés, generosidad, desapego, altruismo, etc., valores de los cuales estamos llenos los docentes y porque no, muchas personas, muchas, que no siendo del ramo, son ejemplos en la vida cotidiana.

No hace mucho en búsqueda de colaborar con una institución educativa, contacté a una persona vía telefónica y le comenté que podía ayudar o colaborar en varios aspectos tales como…que cuando le plantee, que sería GRATIS, la persona en principio quedó muda, y transcurridos segundos, me preguntó: ¿y usted está seguro, de lo que dice, tanto trabajo y no ser remunerado?

Le respondí, ¡SI!, pero no se preocupe, el pago vendrá después… ¿Entonces cobra o no cobra?, pregunto la persona del otro lado…; le respondí: «mi pago será el beneficio que reciban las personas (estudiantes, profesores, padres de familia), en cuanto a aprendizaje y desempeño»

Espero que me regresen la llamada, con buenas noticias y que, de no ser así, al menos me siento satisfecho con lo que usted está leyendo, lo cual lo hago gratis.



[1] Como puede ser el Estado, pero se “alimenta” del pago de los impuestos, los cuales van dirigido a un sector como puede ser la Educación, la Salud, otros.

lunes, 15 de enero de 2024

Amo de casa (otros quehaceres)


Dos fueron las definiciones referentes a amo en un artículo anterior, les recuerdo: “Persona que tiene a otras personas trabajando a su servicio o bajo su autoridad o dominio” / “Dueño o propietario de algo, en especial de un animal doméstico o amaestrado”

Abordamos la formación y responsabilidad asumida por la educación de mis padres que sin tener el conocimiento suficiente de lo que representaba la palabra género, los hermanos(as), todos hacíamos de todo en el hogar, todo, por supuesto no con la calidad suficiente, ya que sostener un hogar en orden, pulcro y organizado es un don del sexo femenino.

Hoy me centraré en la segunda acepción: “… atención a las mascotas”; en la organización personal forman parte de mi agenda, dedicándoles un ¿70 – 80 %?, comenzando con la lucha del tránsito entre la noche – mañana y el astro Rey que busca alcanzar el espacio que le corresponde.

Nina (cocker de 4 años), me recibe antes de encender la computadora (u ordenador) meneando su cola  - en señal de felicidad - y a la par con su juguete preferido atravesado entre sus dientes; vas tras de mí en búsqueda de su desayuno inicial y mientras abro el frasco de sus galleticas, aparece un tanto perezosa evidenciado por un estiramiento de todo su cuerpo, Chanel (también cocker pero de 9 años) un tanto más tranquila, sin agitación, ni desesperación (sabe que su aperitivo mañanero está garantizado)

Regresan a sus respectivas camitas (tal vez un tanto desveladas) y mientras se acomodan, una vez preparado mi café en una taza pequeña, amargo, negro oscuro tal vez siguiendo el consejo de Picasso[1] “Si no sabes qué color tomar, toma negro”, que me conduce a una satisfacción ya hecha adicción. Nota: En 2021/22, se consumieron a nivel mundial aproximadamente 170,5 millones de sacos de 60 kilogramos de café. Esta cantidad supuso un incremento de casi 5,5 millones con respecto al consumo global de esta bebida caliente registrado durante la temporada anterior, del cual a mí me correspondieron unos 20 mililitros 3 veces al día; regreso a la compu y tras una ligera revisión de mi correo, lectura de varios periódicos, nos trasladamos a un buen aseo matinal cuya graduación del agua depende de la temperatura ambiental.

Horario para pasar a desayunar – que en su preparación – Chanel y Nina se acercan a la mesa, y con paciencia pasan a acompañarme en su desayuno donde a 60 cm se encuentran sus dispensarios, termino yo y cronométricamente terminan ellas.

Regreso al baño, aseo bucal, ingiero las tabletas medicinales correspondientes y regreso a la computadora con mucha más formalidad tras la revisión de lo por realizar: artículos que selecciono dentro de mis propios libros (e-book) referente a diversos escenarios: valores, educación sexual, técnicas de enseñanza-aprendizaje o lo que provengan de la musa.

Serán las 9 – 9:15 am y Nina (la cocker pequeña), se me aproxima – una vez más con su cola que se mueve como péndulo agitado – en señal de ¿no vas a tomar café?, ¡cierto mi segunda taza del día!

Ingiero el preciado líquido, donde su ingrediente principal la cafeína[2] estimula mi cerebro y el sistema nervioso central, lo que hace que me sienta más despierto y proporcionarme un impulso de energía.

Tras la reclamación perruna, ambas se acercan a la gaveta donde se guardan los respectivos arneses y correas, “… papá es hora de caminar, recuerda que con ello te ayudamos a hacer ejercicios…”; transcurren unos 20-30 minutos, regreso a casa y de nuevo ellas a sus camitas.

Se repite el acompañamiento en el almuerzo, en la lectura del periódico tras la siesta, en la cena, y en la noche nos corresponde ver la televisión (los tres en el sofá); próximo a las 9:30 – 10 pm, calabaza, calabaza, cada uno para su cama.

Las beso, Chanel (la cocker grande) gruñe “jod…, no me despiertes”, la Nina por su parte con ojos entreabiertos mueve la cola “gracias papi, nos vemos mañana”. Termina la jornada, mañana será otro día.



[1] Pablo Ruiz Picasso (1881- 1973) fue un pintor y escultor español, creador, junto con Georges Braque, del cubismo. R3esulta obvio que su frase se refiere al color negro para pintar.

[2] La cafeína produce un estado de alerta, también facilita la liberación de catecolaminas (hormonas producidas por las glándulas suprarrenales en el sistema nervioso), y promueve la liberación de dopamina, que el cerebro identifica como una sensación agradable.

lunes, 8 de enero de 2024

Amo ¿de casa?

Como suelo hacer comúnmente es apoyarme en la definición de determinadas palabras las cuales un tanto me encausan y me trasladan la “musa” con los pies en la tierra o al teclado como tal y en esta ocasión es amo(a); veamos sus acepciones: “Persona que tiene a otras personas trabajando a su servicio o bajo su autoridad o dominio” / “Dueño o propietario de algo, en especial de un animal doméstico o amaestrado”

Tal vez el segundo un tanto se me acomoda más al tener un par de mascotas, lo cual perfectamente puedo abordar, pero en esta ocasión ampliando un tanto, encuentro lo siguiente: “El trabajo del ama/o de casa puede definirse como el conjunto de labores exclusivamente domésticas que realizan los miembros del núcleo familiar en su propia casa con el fin de satisfacer las necesidades de subsistencia básica del mismo y las suyas propia” ¡BINGO!

Cuenta la historia – tal vez me equivoco, porque sucedía, sucede y sucederá – que el amo de la casa le corresponde al sexo masculino, y aquí entra “…persona que tiene a otras personas … bajo su autoridad o dominio” por supuesto en sociedades machistas, donde predomina el patriarcado[1]; aunque existen muchas voces, escritos, donde se lucha a favor de la igualdad de género; por ejemplo: igual salario, derechos civiles y laborales u otros.

En lo personal tuve la gran dicha de tener una educación espectacular en el seno familiar, donde mi padre si bien trabajaba durísimo para poder sostener económicamente todo lo que implicaba un hogar, la educación, la alimentación de nosotros los hermanos(as), en la vanguardia (léalo nuevamente por favor, ¡en la vanguardia!) mi madre que repartía las labores domésticas y en la mayoría de las decisiones, sin distinción de sexo: todos limpiábamos, lavábamos, planchábamos…mal que bien, pero lo hacíamos.

Ya cuando pasamos a trabajar laboralmente aportábamos dinero no solo para el consumo, sino para el mantenimiento de la casa: pintura, reparaciones, etc.; inclusive cuando ya no habitábamos el mismo techo, la colaboración continuaba y continua.

Pero y en el caso particular que eres el “amo”, pero que bajo tu tutela pasas períodos de una relativa “soledad” – motivado por factores, como es el caso de tener una vida muy activa (nota: muy…de 12 a 16 horas diarias) – como puede ser la jubilación temprana, donde siendo académico y administrativo pasas a atender “parcialmente” las labores del hogar y lo ex laboral tal vez ocupa quinto plano.

No por gusto he enmarcado entre comillas “soledad y parcialmente”[2], ahondemos un poco al respecto; cuando dos personas trabajan, no hay nadie en el hogar, las actividades suelen dejarse para el fin de semana; cuando una persona trabaja y la otra está en la casa, ésta última asume las labores domésticas: sencillamente este soy yo.

El reto es hacer con la misma calidad, orden, organización, según las normas establecidas: los zapatos en su lugar; la ropa se lava según colores, textura, que posteriormente se cuelga o se distribuye (perchas o gavetas); por suerte no es tan exagerado como lo pinto (¿o sí), pero en el caso de la alimentación ya todo está planificado y debidamente orientado las combinaciones pertinentes: almuerzo y cena en función de la pirámide alimenticia.

¿Y la atención a las mascotas?; ¿Pagos del agua, la luz, el internet? Continuaremos…



[1]  Sistema social en el que los hombres tienen el poder primario y predominan en roles de liderazgo político, autoridad moral, privilegio social y control de la propiedad.

[2] Las comillas se utilizan para mostrar que el texto se toma palabra por palabra de otra fuente, para llamar la atención sobre una palabra o frase importante, o cuando se usa un término técnico por primera vez.

lunes, 1 de enero de 2024

Una segunda carta al niño Dios.

Acordarme de cuando fue que mi madre le hiciese una carta al niño Dios, someramente lo recuerdo donde más allá de pedir era que traerme lo que le pidiese dependía de como me había comportado, tal es así que podía recibir debajo del arbolito un saco de carbón. Nota: me imagino que esa “amenaza” era señal de como solía comportarme.

¿Fecha? Podía variar dependiendo de tradiciones de cada país: navidad, inicio de un nuevo año y sobre todo dependiendo de quién los traía: Papá Noel, Santa Claus, los reyes Magos, que en mi caso eran estos últimos que al ser tres posiblemente los regalos eran repartidos muchos más rápidos siendo trasladados en camellos, a diferencia de los anteriores transportadores que lo hacían en trineos halados por renos.

La dificultad posiblemente entre ambos animales donde iban los juguetes es que unos se trasladaban por tierra y los otros por aire, otro que Santa Claus o papá Noel entraba por una chimenea, siendo un tanto grueso ¿cabría?, ¿y si la casa no tenía chimenea? En fin, la respuesta estaba en la magia de la inocencia y la fantasía.

¿Qué escribiría en esta ocasión ya siendo una persona adulta y en particular docente? Voy con mi carta:

“Niño Dios, lo que te voy a pedir es un poco difícil pero muy necesario ya que en nuestro planeta Tierra tenemos serios problemas en la educación, de aquí que necesito que me apoyes en los siguiente:

1.       Que todos los niños y niñas tengan acceso a asistir a una escuela bien habite en la ciudad o en el campo.

2.       Tener acceso a los servicios básicos como la nutrición, el asesoramiento, el agua saneamiento e higiene.

3.        Que tengan acceso a una educación gratuita contando con los materiales necesarios (cuadernos, libros, etc.)

4.       Que las escuelas tengan acceso a internet y que al menos los niños y niñas disponga de algún recurso tecnológico, por ejemplo, un local con computadoras donde puedan realizar sus tareas, investigar y aprender complementariamente a lo que el maestro o docente me enseña fundamentalmente para ser aplicado.

5.       Que cada escuela o institución tenga su biblioteca.

6.       Que a mis padres o tutores se les capaciten de forma gradual y sistemática, dependiendo de su nivel de escolaridad (y si es necesario alfabetizarlos), pero haciendo énfasis que ellos son los primeros responsables de mi educación

7.       En el caso de mis profesores que sean ampliamente capacitados y actualizados – además de contar con los recursos necesarios - para que sus clases sean muy atractivas, creativas y bonitas.

8.       Que los grupos de clase no sean tan numerosos, ya que eso me dificulta el aprendizaje.

9.       Que me enseñen primero en ser una persona de bien, que más allá de la asignatura que impartan los primerito sean los valores a través de las habilidades blandas o socioemocionales.

10.   Que las instituciones y la sociedad le den el debido mérito a mis profesores por todo el esfuerzo que realizan, inclusive priorizándonos a nosotros los estudiantes por encima de sus problemas personales.

11.   Que el presupuesto a la educación y a la salud sean los más altos destinados por cada país.

Posiblemente se me olviden algunas cosas porque no quiero que se me vayan los camellos o el trineo; ¿te puedo hacer una sugerencia? A lo mejor si los regalos me los envías por Amazon, lleguen más rápido y además como son tantos…”

¡Ya me acorde! “…que no sé dónde ubicarlo en cuanto a lugar de pedidos, pero no deja de ser menos importante… ¡Que prime la felicidad, el amor…!