lunes, 26 de octubre de 2020

Actrices y actores que pasan a un primer plano nuevamente.

Es muy común por parte de pedagogos – Personas que se dedican a la investigación y reflexión de las teorías educativas en todas las etapas de la vida del ser humano – cuando se refieren al proceso de enseñanza aprendizaje en la relación estudiante – docente.

Sin embargo a pesar de no resultar tan explícito sería un grave error omitir el rol de los padres y madres que se ocupan de la educación de sus hijos e hijas a partir de le bienvenida a la vida; si bien es cierto que el alumnos desde muy pequeñines se relacionan con el cuido de la “seño”-apócope de señorita - en la guardería (también pre kínder, kindergarten, parvulario o jardín de infancia) donde pueden estar entre 4 y 8 horas diarias, el resto del día en casa, donde prácticamente se le da de alimentar y a dormir.

Si bien desde el período conocido como infancia los padres juegan desde ya un rol muy activo en la educación (valores, buenos hábitos, disciplina), éste suele un tanto “debilitarse” en la medida que los niños/as crecen, suelen comprometerse menos con la institución educativa.

Posiblemente asistan con mayor frecuencia a las reuniones de padres en primaria, primeros 3 años de secundaria o finales del bachillerato, pero ya en el nivel universitario es como si cortasen el “cordón umbilical núcleo familiar – escuela” cediendo por (casi) completo la educación a los profesores, no extrañando que al regreso de los padres del trabajo, éstos pregunten al hijo “¿…y cómo te fue en la universidad?”. ¿Respuesta? “bien” y ¡ya!

Con la llegada de la pandemia y la interrupción de clases en modo presencial a remota o mal llamada virtual, la vida de los humanos cambió y las instituciones educativas trasladaron la batuta – acción que se realiza por parte de los competidores de pista, en la carrera de relevo, donde se pasa la varilla o batuta - a los padres prácticamente de golpe.

El remedio inicial fue enviar instructivos vía correo – donde le orientaban que hacer para acompañar al alumno/a – donde no necesariamente en casa, ni contaban con los recursos necesarios (internet, computadora, en caso extremos un celular de gama baja, espacio físico) - , ni los conocimientos básicos mínimos de las diferentes asignaturas.

Ante este caos real, tangible, no quedó otra que tratar de dar respuesta en la medida de las posibilidades: hacer de tripas corazón y adquirir a crédito una tableta y conexión a internet; crear ambientes parecidos al colegio (compra de mobiliarios), incluyendo la merienda o refrigerio; contestar los padres las tareas a los pequeñines y tratar de explicarles y en algunos casos pagándoles a tutores o recurriendo a amigos con un nivel de escolaridad superior.

Sentarse junto al estudiante, para juntos, por una parte obligarlo a atender a clases y por otra parte apoyarlos; en el mejor de los casos descargando de “la nube” los materiales de apoyo o complementarios. Un factor - diría que forma parte de la novela negra, término empleado por los escritores de este género, cuando el ambiente o entorno se considera oscuro en el momento que transcurre- “positivo” fue que muchos de los padres o madres habían sido despedidos de sus centros de trabajo y podían jugar el rol de docente asistente o seño.

El hecho o situación compleja que vive nuestro planeta, retomó y realzó el rol de los padres y madres en su compromiso con la educación de sus hijos, poniendo en evidencia una vez más el difícil papel y a la vez responsabilidad de los profesores.

Un adecuado sistema educativo implica una relación fluida, sólida y armónica con los padres. Al menos el COVID – 19, nos ha enseñado esto.

 

lunes, 19 de octubre de 2020

Un paso complejo, las clases en modalidad virtual.

En el artículo hace unas semanas publicado “Una neo educación…”, en el último párrafo expresábamos varias interrogantes ante la posible modalidad de clases virtuales: ¿y la forma de impartir la clase – como forma de organización de la enseñanza – a través de conferencias, clases prácticas, laboratorios, trabajos de campo, seminarios, etc. utilizadas en la enseñanza universitaria, con menos variables en la enseñanza primaria, media y bachillerato?, ¿cambia la estructura de la clase en cuanto la intervención del docente y el estudiante?; ¿el rol del docente sería el mismo?; ¿debe cambiar la organización de clases, horarios a nivel institucional? 

En algunos países de la región centroamericana, así como en el continente europeo en la enseñanza media, bachillerato, la carga académica – también llamado horario, tiempo o jornada escolar – oscila semanalmente entre 30 a 40 horas, dividido entre 5 días de la semana de lunes a viernes, el tiempo delante de la computadora portátil (ordenador, laptop) o de escritorio, variaría entre 6 a 8 horas diarias, perfectamente casi una jornada de trabajo.

¿Qué implica tantas horas, sentado “presencialmente” – en el mejor de los casos - ante una pantalla que oscila desde 15 pulgadas (que equivale a la longitud de la diagonal de la pantalla), expresada en centímetros serían de 38.1 cm, o bien un ancho de 33.2 cm y una altura de 18.7 cm, dimensiones que se reducen drásticamente ante una notebook y qué decir de los celulares?

¿Qué se resquebraja? La salud. Partimos con el sedentarismo – reducción de ejercicios físicos, que conllevan a problemas vasculares -, se suman la fatiga visual, enrojecimiento, visión borrosa y hasta dolores de cabeza, tal vez con menos impacto en los adolescentes y jóvenes, pero sí con mayor incidencia en personas entre 40 – 60 años, pensando en el profesorado. 

¿Posibles soluciones ante la virtualidad de las clases, donde trataré de responder las interrogantes del primer párrafo? Reducir gradualmente el número de horas clases (de menos a más, de 7mo a 11no o 12 grado), derivándose en impartición de los contenidos básicos – lo cual cambia el rol del docente, de conferencista, vinculado al análisis de ejercicios a ser orientador – acompañante – tutor, instrucciones referente al análisis de vídeos (aunque no siempre), temas que profundizan u apoyan, ejercicios, proyectos (actividades que el estudiante desarrollará en modo no presencial); con todo lo anterior, cambia la estructura de la clase.


Las siguientes sesiones, podrían estar dirigidas a aclaraciones de dudas, evaluación y análisis de los resultados, cerrando el “pequeño ciclo” (que no necesariamente sigue este orden), para abordar los temas siguientes. Si para algunos preocuparan las evaluaciones -  estudiantes y profesores cada una o dos semanas (“más trabajo”), la decisión siguiente sería la eliminación de exámenes escritos muy formales aún en el sistema educacional, dejando los llamados cortes o períodos evaluativos para el reporte en cuanto a avances de los estudiantes.

En resumen: menos horas “presenciales – virtuales”, sin olvidar más horas del auto estudio del estudiante, investigador, autodidacta, mientras que para el docente más y más horas de preparación. No queda duda que se requiere de un equilibrio necesario ante las TIC, con o sin pandemia.

lunes, 12 de octubre de 2020

¿Qué debemos aprender de la pandemia?

Ha sido mucha la información digital y escrita acerca de la llamada “gripe española” acaecida en 1918, la cual en dos años provocó la muerte de más de 50 millones de personas (rango entre 50 y 100), según la OMS.

Han pasado 102 años y muchos países del llamado tercer mundo o en vías de desarrollo (esto último suena optimista) África, (población de 1,200 millones de habitantes); América Latina (con 650 millones) seguimos siendo dependientes de lo que en el mundo desarrollado se lleva a cabo, por ejemplo: en una encuesta internacional [realizada por SCImago Institutions Rankings (SIR)] en la cual se clasifican instituciones académicas y relacionadas con la investigación las mismas (500 en total) se centran geográficamente en: China, Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Canadá, España, Japón, Hong Kong, Corea del Sur, Australia, Holanda, Suiza, Italia, Dinamarca, Finlandia, Taiwán, Suecia, Israel, Portugal, Arabia saudita, entre otras (incluyendo algunas transnacionales)

De América Latina (8 % de la población mundial) - diría que prácticamente excepciones - se identifican: Brasil, Cuba, Argentina, México, (es posible que se me escape alguno) de un total de 42 países; otras indicadores alarmantes lo son a nivel planetario dedicado a la investigación: solo ocupan el 5,1% de las publicaciones científicas; 3.6% de investigadores; 3,4% el gasto en investigación (PIB) y 0.3% de patentes.

Todas las estadísticas antes mencionadas, establecen un alto reto a nuestros países en invertir mucho más en rubros, como la Educación, Investigación, Salud, Tecnología por señalar algunas, que en particular en lo referente a Educación implica, la revisión exhaustiva de las mallas curriculares o programas de estudio a nivel universitario; nuevas carreras afines a la investigación (más allá que pudiese ser un eje transversal)–, la creación a nivel superior de centro de estudios – investigación especializados (infraestructura, dotación de laboratorios, personal especializado), envío de jóvenes y docentes destacados en el campo de la ciencia a países desarrollados.

En la Educación Superior se requiere de nuevas especializaciones en el campo de la Salud y todas sus ramas, maestrías, posgrados, que se desarrollen no necesariamente online – que puede ser una parte, innegable – pero que posean un componente altamente práctico.  

¿Y por parte de los profesores de la enseñanza media y superior? Si bien la formación en estos niveles de educación va dirigido a una formación general, donde se insiste que en los estudiantes apliquen, investiguen, se requiere de más laboratorios en el área de las ciencias naturales, ligado al reforzamiento del español, sumándole uno o dos idiomas más (inglés, alemán, chino); sistematizar campañas que despierten la vocación por las Ciencias.

Recuerdo en una reunión sostenida en el Ministerio (o secretaría) de Educación hace algunos años, con la entrada de computadoras por donaciones (inicio del año 2000) a colegios de la enseñanza media, donde un especialista del departamento de currículo, expresaba su preocupación en cuanto a la necesidad de priorizar la cobertura de estudiantes que no asistían a la escuela, analfabetos y no a la introducción de recursos tecnológicos.

En lo personal lo comprendía – en todas partes de la Tierra hay personas que no asisten a la escuela, hay quienes no han nacido y no tendrán ese derecho – pero habrá que entender a quienes les corresponda en cada instancia, que el desarrollo en la Educación requiere prioridad, una fuerte inversión económica, en recursos humanos, infraestructura, tecnología, durante muchos años.

Que de no lograrlo seguiremos siendo dependientes de todo lo que venga “del extranjero” 

Hay que desechar la mentalidad del “para hoy” e incorporar lo que se requiere ¡ya! a corto y mediano plazo. Urge.

 

 

lunes, 5 de octubre de 2020

¡Fácil de digerir!

Una píldora, es una forma farmacéutica sólida, redonda de administración oral, suelen ser comprimidos rígidos o cápsulas gelatinosas, donde las primeras se recubren con el propósito de proteger al fármaco de la humedad y del aire, así como para enmascarar sabores y olores desagradables, para ello se utiliza azúcar.

En el caso de las gelatinosas su cubierta se recubre con ciertos deslizantes (químicos) que facilitan aún más su deglución.

Surge la interrogante: ¿es posible preparar píldoras a modo de herramientas de aprendizaje en el campo de la educación virtual, que se digieran fácilmente, eliminando lo “amargo” de una clase presencial-tradicional aburrida? La respuesta es sí, estimados docentes y estudiantes, lo cual nos conduce a conocer más de la modalidad micro-learning o formación comprimida a través de capsulas digitales de aprendizaje.

¿Dentro de qué modalidades learning (aprendizaje), es el uso más adecuado de estas píldoras? Si bien de todas: e-learning, b-learning y m-learning, en lo personal en tiempos de pandemia o no me parece muchos más pertinente la (b)lended learning o aprendizaje semipresencial, donde más allá de una revisión exhaustiva no solo de los sílabos de la asignaturas, de los planes de estudios, sino de los horarios – horarios cuyo tiempo de duración, no necesariamente han de ser similares a los de la enseñanza presencial - cuando debe el estudiante asistir presencial o no y por otra parte considerar la mayor o menor presencia de los y las jóvenes desde el 1er año o primeros grados hasta los años o grados terminales.

Una característica común de las mismas será la transmisión de la información de materiales complementarios que apoyen al estudiante para la realización de tareas (como parte de las actividades no presenciales o asíncrónicas), consolidación de los conocimientos en un tiempo muy breve, eso sí con materiales no extensos en tiempo de lectura o escucha, pero que a la vez quedan en manos del propio estudiante visualizarlo cuantas veces sea necesario en su móvil o cualquier otro recurso tecnológico.

¿Qué herramientas tecnológicas forman parte de la micro-learning? Tenemos el empleo de vídeos (con una amplia gama de ya elaborados provistos de YouTube), con determinados requerimientos a la hora de ser seleccionado por el docente, tales como: duración (entre 5- 15 minutos máximo), calidad del recurso (atractivo, creativo, profesional), que cumpla el propósito de consolidación y ojo ¡que no sea una clase del mismo tema por otro profesor!

Tenemos el uso de esquemas, gráficos o diagramas, las cuales permiten memorizar información o tener una visión global de algún proceso, siempre y cuando resuma un microcontenido. Por ejemplo: el ciclo del Carbono (C);  el empleo de ilustraciones (fotografía, dibujo o lámina que se coloca en un texto o impreso para representar gráficamente lo expuesto, ejemplificarlo o hacer más atractivo el resultado)

En el caso de las infografías (representación visual o diagrama complejo que resume o explica figurativamente informaciones o textos escritos), las cuales emplean mayor número de medios visuales comparado con los esquemas o diagramas. ¿Su utilidad? En muy poco tiempo se puede entender y obtener una visión global de todo un flujo de trabajo en el que intervienen diferentes procesos.

Finalmente (hay otras) el empleo de los TED (acrónimo de Tecnología, Entretenimiento, Diseño) (en inglés: Technology, Entertainment, Design) que cubren un amplio espectro de temas que incluyen ciencias, arte y diseño, política, educación, cultura, negocios, asuntos globales, tecnología, desarrollo y entretenimiento a través de charlas y conferencias cuya duración no sobrepasan los 15 o 16 minutos. Las mismas permiten consolidar, conocer el criterio de expertos sobre la temática seleccionada. Es pertinente que al estudiante se le pidan criterios sobre la actividad con interrogantes, cuyas respuestas vayan más allá de ¡me gustó!.

¿Luego profesor(a)? “Para gustos, colores” Un consejo: Ante una enfermedad las capsulas se ingieren según el tratamiento proporcionado por un especialista, el problema de salud no se erradicará aumentando las dosis.

Las capsulas educativas (herramientas) deberán aplicarse de “forma gradual y además analizando la mejoría del paciente”