lunes, 25 de febrero de 2019

¡Sí tú te sientes bien, yo me siento bien!


Ya hace años habiendo sido promovido a una determinada responsabilidad lo cual conllevaba de inicio a valorar el trabajo de las acciones de mí antecesor en el cargo, y en la medida de las posibilidades darle un giro – con elementos de creatividad, innovación y profesionalidad – estableciendo una diferencia y tratar de darle a las funciones “un sello propio”

¿Por dónde comenzar? Solicité la lista del profesorado y en particular para enviarles una tarjeta por el día de su cumpleaños – lo implicaba un costo, por lo que no recibí apoyo en este sentido - posteriormente se me ocurrió que se le reconociera a los docentes más destacados de las diferentes unidades académicas en determinados períodos: votos a favor, en contra y al final se logró.

¿Por qué la necesidad de comenzar por ahí, se preguntarán? Siempre he sido del criterio que resulta vital que en su entorno (más amplio, más reducido, usted decide) las personas se sientan bien. No necesariamente se logra un empoderamiento de las personas hacia la institución – cualquiera sea la naturaleza de la misma - con solicitudes de informes y reuniones insípidas, trilladas que no conducen a nada.

Haga un alto, y a los que les toca decidir, citen a los colegas, al personal ¿cuándo? (dependiendo de la dinámica del centro de trabajo) y sin agenda predeterminada aborde ante la incertidumbre: “! Hoy queremos hacer algo diferente, algo sencillo… reconocer el trabajo de los mejores por su desempeño, a los mejores colectivos, a…!” No se requiere necesariamente de gastos financieros, aunque a la larga lograr sonrisas vale más que lo que se pretendía ahorrar.

Una persona que se sienta parte de… sin necesidad de solicitarle horas extras hará su trabajo, ya que en un momento su nombre se escuchó a través de los parlantes, posteriormente sus compañeros lo felicitaron a través de las redes sociales, la familia al llegar a casa, cuando él o ella les contó que le habían reconocido todos sonrieron. Con ello se establecer una gratitud, un compromiso de la persona hacia la empresa.

Hace poco, reciente por cierto fuimos a celebrar un grupo de compañeros/as y excompañeros/as de trabajo, una efeméride y se nos acercó una joven dependiente/mesera donde el servicio que nos proporcionó fue espectacular, una atención que daba ganas de regresar en la semana – además de la excelente calidad de lo que consumimos –, al concluir se acercó con la cuenta y le pregunté ¿qué tiempo de embarazo tenía?; me respondió: “ ya próximo a los 8 meses, con cara sonriente de mamá primeriza y será niña”

Le plantee que si no se ofendía, pero que si le podía hacer un presente en mi próxima ocasión al local, para la bebé, ¿la respuesta? Un rostro iluminado, tal vez ruborizado, una esperanza.

Mi apreciación es que los seres humanos requieren de esa gratitud, sistemática, perenne lo que no resta que uno sea respetado, al contrario. Hoy la tecnología, las redes sociales para bien, constituyen una herramienta muy importante – y aquí es donde posiblemente vea que el tiempo utilizado para ello es razonable gastarlo – en beneficio de acercar voluntades, esfuerzos. Cuando en una familia u otro núcleo, lo que prima es el silencio… posiblemente esa relación se… diluya, pasando al olvido lo que no fue o dejó de ser.

Nota: con la publicación de este artículo ya aquella joven que nos había atendido en el restaurante tuvo su bebé y todo salió perfectamente bien, más el regalo otorgado le quedó de maravilla.

lunes, 18 de febrero de 2019

¡La tecnología no sustituye al docente, lo apoya!


Sería imposible nadar contra la corriente ante un mundo actual donde es una realidad la inteligencia artificial, las “n” aplicaciones que te permiten una vida “más accesible, cómoda” cito el caso de dispositivos que solo con su voz puede controlar dispositivos inteligentes como cámaras, cerraduras de puertas, sistemas de entretenimiento, iluminación y termostatos.

Otras aplicaciones inclusive en el teléfono inteligente te permiten traducir un idioma extranjero al idioma elegido, solo basta con alinear el texto que desea traducir en el cuadro en pantalla y aparecerá una traducción en tiempo real; que decir cuando apunta la cámara hacia los zapatos, ropa u otros productos, y podrás conocer el lugar donde comprarlos y el colmo ¿o beneficio? (para los que se preocupan por la dieta) es que diriges la cámara de lo que vas a cenar y te indica cuantas calorías consumirás. Increíble, pero cierto.

Posiblemente así fue de controversial con la Revolución Industrial, proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, extendiéndose a gran parte de Europa occidental y América Anglosajona, y que concluyó entre 1820 y 1840. Este accionar genera la sustitución del trabajo manual y la tracción animal por maquinarias para la fabricación industrial y para el transporte de mercancías y pasajeros (ejemplo: el avión, el tren, el auto) Hoy (siglo XXI) ya todo ello es obsoleta tecnológicamente.

En las aulas de clases – lo que en el campo de la educación hace décadas se denominó educación a distancia, un encuentro presencial docente – estudiante, con la entrega de materiales complementarios, evaluaciones – la tecnología hoy nos permite trasladar fronteras con la denominada educación virtual entiéndase donde el estudiante aprende principalmente on-line o a través de internet.

Cambian los roles: El profesor: pasa de jugar el papel de proveedor del conocimiento a un rol de tutor, facilitador, asesor, motivador y consultor del aprendizaje. Debe ser el facilitador del aprendizaje, aprovechando para ello no sólo su interacción presencial, sino también la virtual; el estudiante por su parte será autónomo para su aprendizaje. Avanzará a su propio ritmo, crecerá con su propio aprendizaje, aspecto éste último, que indiscutiblemente constituye el “Talón de Aquiles” ¿Aprender a su propio ritmo en la modalidad regular, cuándo no es una sola asignatura o curso en un mismo día, cuando inclusive puede ser – dependiendo de la plataformas actuales que se utilice por la institución educativa – ni el rostro al docente, ni a tus compañeros de clases puedas observar? ¿Dónde y cómo cerrar filas alrededor de la parte afectiva del docente hacia el estudiante?

¿Será válido como un factor transicional que las instituciones educativas incluyendo la superior, gradúen la enseñanza virtual a través de los diferentes niveles?, ¿Está la empresa – al menos en américa latina - preparada para aceptar a un estudiante graduado de licenciatura, donde prácticamente egresó en “modo virtual”?

A modo de conclusión considero que hoy, debe verse el empleo de la tecnología como un complemento, como reforzamiento, como apoyo, como lo fue la educación a distancia presencial, reitero hoy. Mañana, tal vez este artículo resulte también obsoleto, producto de la Cuarta Revolución Industrial vigente (también conocida como Industria 4.0 o Revolución industrial etapa cuatro), sin embargo la vida sigue y habrá que asumir la realidad cómo mismo existió una resistencia al cambio para la sociedad, de aquellas generaciones afectadas por la Revolución Industrial.

lunes, 11 de febrero de 2019

¿Por qué el lunes?


Alguien con quién me iba a reunir, habiendo consensuado previamente un punto de agenda al vernos tras la bienvenida me planteó “…vamos primero a lo primero…” lo cual implicaba una decisión de su parte, no prevista. Frase que me llamó la atención catalogada como interesante, la cual emplearé en esta ocasión para referirme a ¿por qué siempre comenzamos la semana por el lunes? Para algunos odiado, en el caso de otros algo nuevo, sorprendente; para muchos un día más de vida.

Cuenta la historia que los días de la semana fueron nombrados desde la era romana (Siglos I - III) relacionados con los siete planetas de la astronomía clásica, por ejemplo: lunes = Luna (satélite de la Tierra), martes = Marte, miércoles = Mercurio, jueves = Júpiter, viernes = Venus; en el caso del sábado y domingo, deben su nombre al planeta Saturno y al astro Sol respectivamente.

Usualmente retomar un nuevo inicio de semana anímicamente, dependerá de muchos factores: ¿qué quedó pendiente de la semana anterior o algo previsto y planificado con un rango mayor de tiempo?, ¿problemas personales, que aunque complejo se trasladan al centro de trabajo?, ¿una reunión en quién la preside no escucha, no acepta reflexionar? y usted lo cataloga como una pérdida de tiempo. Resulta indiscutible que todo lo anterior genera estrés, incertidumbre, predisposición, inclusive rechazo.

No suele suceder lo mismo cuando es el primer día de clases (enseñanza media, universitaria) donde se conocerán a los nuevos compañeros y compañeras, el personal docente, las autoridades; muy similar en el caso del primer día de trabajo, donde te plantean que te presentes el lunes. Es más posiblemente esa fecha quede registrada en su historia. En esta situación se repiten algunas emociones: estrés y surgen nuevas como son la alegría, sorpresas.

¿Y para aquellos que no suelen descansar ni sábado, ni domingo, dado que la naturaleza de su trabajo no lo permite?: hospitales, gasolineras, hotelería, turismo y que decir de mi gremio: educación, donde deben prepararse las clases, tener lista la entrega de las evaluaciones realizadas, los pendientes como son quienes no asisten regularmente y la necesidad de contactarlos lo antes posible, labor intrínseca permanente en la formación de valores.

Y me falta el rol de la persona que labora 24/7, mamá, abuela, tía, muchas de ellas que a la par de su trabajo, tienen este otro “trabajo”, la limpieza del hogar, la preparación de la cena, el desayuno, el refrigerio que los menores llevarán al colegio, pendientes del uniforme listo, si las tareas fueron realizados en tiempo; nota: no quiero ser excluyente con hombres que realizan esta labor como integrante del núcleo familiar.

Es cierto que es necesario descansar, el cuerpo lo requiere; no todo puede ser trabajo, pero si usted en su labor cotidiana organizada, planificada, teniendo en cuenta los posibles imprevistos, sea Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno o Sol, lo disfruta, se lo reconocen, se siente bien (y los demás), su vida laboral y personal donde afloren los mejores sentimientos, será una verdadera fiesta, será un día más de vida.

¡Pasen un buen día!

lunes, 4 de febrero de 2019

¿Respeto?, !Respeto!


No hace mucho una persona – compañero de trabajo, pero tal vez con una relación de buenos días, buenos días - me preguntaba: ¿cómo una persona se puede ganar el respeto?, pregunta que me hacían por primera vez, que me sorprendió realmente y por ende no logré concretar una primera respuesta.
La reflexión me duró – no sé – ¿ese mismo día, al día siguiente? Me costaba no responder y me comunique con la persona unos días después. ¿Por qué la pregunta? Fulano (lo llamaré así de ahora en adelante, por ética) Su respuesta fue: “es que aprecio que hay personas que en nuestro trabajo son respetados y otros no, y a los que respetan les responden”

Mi respuesta: creo que hay diversos factores y/o valores que inciden en que una persona se gane el respeto, el cual debe ir “cosechando”, sin proponérselo. Para aprender para valorar una respuesta más sólida me remito a las acepciones acerca de la palabra respeto: 1. Consideración, acompañada de cierta sumisión, con que se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o establece o a no causarle ofensa o perjuicio.

Hagamos un alto, estimado(a) lector(a) ¿Sumisión?, no me convence para nada, es más discrepo que haya sumisión – Definición de sumiso: “Acción de someterse, sin cuestionarlos, a la autoridad o la voluntad de otra persona o a lo que las circunstancias imponen” – para una persona que se respete a sí mismo. ¿Otra definición? 2. Consideración y valoración especial que se le tiene a alguien o a algo, al que se le reconoce valor social o especial, la cual me parece más viable, no a mi persona aclaro.

Mmmm, ésta me agrada más, ya que esa posible valoración especial, entiéndase la opinión de los que te rodean (cercanos y lejanos) se logra, cuando eres el ejemplo en todo (o casi todo, porque somos humanos), entiéndase comunicación verbal creíble, sólida en conocimientos, “sabe de lo que habla”, convence; hoja de vida o curriculum vitae con vasta experiencia - aunque no necesariamente implica muchos años - en un mismo rubro o de amplio espectro en responsabilidades y logros; alto nivel de organización, saber equilibrar la exigencia con la tolerancia, se preocupa por la vida cotidiana de sus trabajadores sin distinción de ocupación, de edad y género.

Sociable, sonríe cuando hay que sonreír, frunce el ceño ante la preocupación de una tarea no cumplida y solicitada en su momento; cumple con sus responsabilidades y logra que el resto con los cuales tiene una relación laboral estrecha lo hagan, bien por sinergia porque irradia, “arrastra” que las personas le sigan (sin sumisión) y no por la responsabilidad asignada.

Ecuánime, es decir obra con rectitud, justicia e imparcialidad (esto último complejo de balancear, más cuando no eres el que decides finalmente); comparte el tiempo – escaso pero necesario, ante el resto de sus funciones – con sus compañeros de trabajo de las diferentes áreas, inclusive de felicitar a una persona por su cumpleaños o el extremo contrario de dar el pésame ante el fallecimiento de un familiar indirecto, lo cual mencionaría como detallista; ¿otras cualidades?  Una adecuada actitud y aptitud, abierto a escuchar y sugerir, llegar primero e irse último, lo que determina un horario de trabajo impreciso, pero necesario.

Posiblemente preocuparse más por todo lo que sucede en su centro de trabajo y pasar a un segundo plano a su núcleo familiar (craso error); todo esto y posiblemente lo que puede aprenderse u observarse de otros(as) lo que permitiría certificar que esa persona es digno de respeto, pero que a su vez respeta al resto; Algo importante fulano, espero que haya logrado satisfacer tu interrogante, para lo cual requieres de tiempo y esfuerzo para darte a respetar.