lunes, 4 de febrero de 2019

¿Respeto?, !Respeto!


No hace mucho una persona – compañero de trabajo, pero tal vez con una relación de buenos días, buenos días - me preguntaba: ¿cómo una persona se puede ganar el respeto?, pregunta que me hacían por primera vez, que me sorprendió realmente y por ende no logré concretar una primera respuesta.
La reflexión me duró – no sé – ¿ese mismo día, al día siguiente? Me costaba no responder y me comunique con la persona unos días después. ¿Por qué la pregunta? Fulano (lo llamaré así de ahora en adelante, por ética) Su respuesta fue: “es que aprecio que hay personas que en nuestro trabajo son respetados y otros no, y a los que respetan les responden”

Mi respuesta: creo que hay diversos factores y/o valores que inciden en que una persona se gane el respeto, el cual debe ir “cosechando”, sin proponérselo. Para aprender para valorar una respuesta más sólida me remito a las acepciones acerca de la palabra respeto: 1. Consideración, acompañada de cierta sumisión, con que se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o establece o a no causarle ofensa o perjuicio.

Hagamos un alto, estimado(a) lector(a) ¿Sumisión?, no me convence para nada, es más discrepo que haya sumisión – Definición de sumiso: “Acción de someterse, sin cuestionarlos, a la autoridad o la voluntad de otra persona o a lo que las circunstancias imponen” – para una persona que se respete a sí mismo. ¿Otra definición? 2. Consideración y valoración especial que se le tiene a alguien o a algo, al que se le reconoce valor social o especial, la cual me parece más viable, no a mi persona aclaro.

Mmmm, ésta me agrada más, ya que esa posible valoración especial, entiéndase la opinión de los que te rodean (cercanos y lejanos) se logra, cuando eres el ejemplo en todo (o casi todo, porque somos humanos), entiéndase comunicación verbal creíble, sólida en conocimientos, “sabe de lo que habla”, convence; hoja de vida o curriculum vitae con vasta experiencia - aunque no necesariamente implica muchos años - en un mismo rubro o de amplio espectro en responsabilidades y logros; alto nivel de organización, saber equilibrar la exigencia con la tolerancia, se preocupa por la vida cotidiana de sus trabajadores sin distinción de ocupación, de edad y género.

Sociable, sonríe cuando hay que sonreír, frunce el ceño ante la preocupación de una tarea no cumplida y solicitada en su momento; cumple con sus responsabilidades y logra que el resto con los cuales tiene una relación laboral estrecha lo hagan, bien por sinergia porque irradia, “arrastra” que las personas le sigan (sin sumisión) y no por la responsabilidad asignada.

Ecuánime, es decir obra con rectitud, justicia e imparcialidad (esto último complejo de balancear, más cuando no eres el que decides finalmente); comparte el tiempo – escaso pero necesario, ante el resto de sus funciones – con sus compañeros de trabajo de las diferentes áreas, inclusive de felicitar a una persona por su cumpleaños o el extremo contrario de dar el pésame ante el fallecimiento de un familiar indirecto, lo cual mencionaría como detallista; ¿otras cualidades?  Una adecuada actitud y aptitud, abierto a escuchar y sugerir, llegar primero e irse último, lo que determina un horario de trabajo impreciso, pero necesario.

Posiblemente preocuparse más por todo lo que sucede en su centro de trabajo y pasar a un segundo plano a su núcleo familiar (craso error); todo esto y posiblemente lo que puede aprenderse u observarse de otros(as) lo que permitiría certificar que esa persona es digno de respeto, pero que a su vez respeta al resto; Algo importante fulano, espero que haya logrado satisfacer tu interrogante, para lo cual requieres de tiempo y esfuerzo para darte a respetar.

2 comentarios:

  1. Para mí el respeto se gana cuando uno es consecuente con lo que predica y trata con consideración a los demás. Además la empatía combinado con lo anterior hacen una buena sintonía.

    Guillermo Ruiz Anduray

    ResponderEliminar
  2. Se cultiva desde el hogar. Si no respetas, nunca lograrás que te respeten.

    ResponderEliminar