
Otra experiencia que no olvido es cuando nos visitaban
instancias de la Educación superior a nivel de ministerio, con tal de evaluar a
la facultad. Realizaban observaciones de clases – sin avisar obviamente – cuyos
visitantes eran de un nivel diría sofisticado (doctores en ciencias
pedagógicas), reconocidos nacional e internacionalmente. Salir deficiente o regular
en la ejecución de la misma, implicaba un efecto dominó no solo en el
departamento, sino también en la facultad, de aquí que había que jugársela todo
por el todo, ¿resultado?: 4 en la escala de 5, luego satisfecho. No recuerdo si
lo celebré, realmente.
Ver, observar, acompañar el desarrollo de una clase de principio
a fin, implica una previa preparación para el acompañante (sílabo de la
asignatura, contenidos apoyándose en los textos posibles), cuyo propósito es visualizar
de primera mano que sucede dentro del aula, laboratorio, práctica profesional u
otras formas de organización de la enseñanza. ¿Qué apreciar? El desempeño del
docente, apoyándose en la tecnología de la información y comunicación y lo más
importante los estudiantes, como se desenvuelven, aplican, exponen, vinculados
a valores: disciplina, puntualidad, entrega de trabajos, respeto, compañerismo
y otros muchos.
A los efectos de los directivos de la institución educativa
que se aprecien clases, es conocer cómo se desarrolla el proceso docente –
educativo, vinculado a logros y deficiencias, establecimiento de planes de
capacitación, etc.
En los diferentes niveles de educación suele ser más
complejo, el universitario dada la denominada libertad de cátedra, donde no
consideran viable que sean acompañados, porque lo que sucede en el aula, es
solo de “su responsabilidad”; sí estoy de acuerdo que se respeten los grados
académicos tanto para el que acompañante, que ha de ser superior al del acompañado.
Al finalizar la observación será necesario, analizar la clase los pros y los contras,
a la par de recomendaciones y verlo al final como un apoyo que permita al
evaluado, alcanzar una escala cualitativa y cuantitativa mayor en su labor como
docente.
¿Y tras los resultados de las clases observadas? En lo
personal, hacía llegar a los diferentes colectivos (vía correo) los logros, los
méritos alcanzados, indicando el nombre del docente visitado, hecho que
generaba una acción de felicitaciones a lo interno, además de un ambiente de
confianza, fraternidad, colectividad y entusiasmo que evidenciaba como detrás
de un excelente colectivo de docentes, hay una excelente enseñanza.
Lo anterior me conlleva a modificar la cita siguiente de Sam
Walton, que originalmente plantea “Vamos a cuidar a nuestros asociados(as) y
ellos cuidarán a nuestros clientes”, por “Cuidemos a nuestros docentes,
proporcionándoles las mejores enseñanzas y ellos educarán integralmente a
nuestros estudiantes”
¿Lo han visitado a usted profesor/a, cuáles han sido sus resultados?