
Para los que leemos solemos –
estando en una biblioteca, oficina - aprovechar la luz solar preferentemente
que esté ubicada a nuestra espalda, y colocando el material de lectura a una
distancia tal que podamos visualizar satisfactoriamente; sin embargo en el caso
del uso de un celular, por la dimensión de la pantalla, solemos acercar el
dispositivo a nuestro rostro, prácticamente descartando la luz solar o
artificial y limitándonos a la luz azul que emana el dispositivo. Y cito un
ejemplo: ¿En alguna ocasión ya estando acostado, y para no molestar a su pareja,
visualiza usted el celular sin encender una lámpara?
Investigaciones médicas realizadas,
plantean que la luz azul (también emanada por las tabletas y computadoras), no
puede ser bloqueada ni reflejada por la córnea, ni el cristalino y por ende
puede dañar la retina del ojo, además provoca resequedad en el ojo debido a la
reducción del parpadeo y dificulta el enfoque a distintas distancias con visión
borrosa y miopía temporal, que se desarrolla por tensión en los músculos
oculares. Otra parte del cuerpo afectada - por el uso prolongado de los
dispositivos - son los tendones de las muñecas, los cuales se inflaman.
Otra incomodidad – de la “pequeña
pantalla” – lo es que para leer, se requiere de ampliar la imagen, girando el
celular para tratar de ver ¿mejor? y a ello sumarle con el uso de los dedos
agrandar el párrafo, el cuadro, el gráfico en los diferentes sentidos (arriba,
abajo, izquierda, derecha) todos ellos que a la larga se convierten en
distractores y que el lector rechaza y que con cierta dificultad podrá
concentrarse lo suficiente, para alcanzar un resultado óptimo en su aprendizaje,
hecho que se dificulta aún más si el docente orienta la toma de notas o
resolución de ejercicios.
Otros elementos disociadores del
celular en clase, resulta la entrada de mensajes “en medio de la nada” (fotos,
correos, etc.) que interrumpe de un plumazo la atención del estudiante.
¿Paliativos? El uso de recursos
tecnológico de “diagonales mayores” que permitan un menor esfuerzo para la
lectura (te recuerdo que la hoja tamaño carta, su diagonal es de 13.9 pulgadas)
por ejemplo las computadoras que pueden llegar a 15.6 pulgadas a menos la más
común y que resulta obvio la mejora.

Contradecir los avances
tecnológicos, no es posible. Pero sí, cuando el docente (magno esfuerzo) logra
controlarlas y las usa en beneficio de la comprensión, y aplicación de forma
gradual por parte suya y del estudiante. ¿De acuerdo profesor/a?
No hay comentarios:
Publicar un comentario