
¿Cuánto debe
dificultar el uso de la mascarilla, a un docente al impartir clases en modo
presencial?
No queda
duda que la nueva presencia de dicho “obstáculo”, dificultarán los sonidos
físicos del discurso humano, entiéndase la Fonética, rama de la lingüística que
estudia la producción y percepción de los sonidos de una lengua con respecto a
sus manifestaciones físicas.
Donde desde
el punto de vista fisiológico intervienen en la producción del sonido los
órganos orales siguientes: los labios, la mandíbula, la lengua y las cuerdas
vocales, con los que el hablante modifica la salida del aire que procede de los
pulmones, todo ello corresponde a la fonética articulatoria.
También
contamos con la fonética acústica la cual se encarga de la medición científica
de las ondas de sonido o sonoras que se crean en el aire cuando hablamos, donde
están presentes los llamados rasgos acústicos: vocálico/no vocálico y
consonántico/no consonántico, compacto/difuso sonoro/sordo, nasal/oral,
intercepto/continuo, estridente/mate, grave/agudo.
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Mediante la fonética auditiva escuchamos |
Sonido
propagado a través del aire, siendo su velocidad de unos 330 metros y cuya intensidad
o volumen del sonido podrá ser fuerte (bocina de un vehículo) o débil (un
susurro); la problemática estará ante la “nueva barrera” donde el choque de la
onda sonora emitida por el docente reducirá los decibeles (db) y dificultará la
llegada de la “información” al receptor (estudiante), en este caso hablamos de la
fonética auditiva.
Hecho que
puede ocasionar – como consecuencia – que el estudiante “cuelgue” ante la no
escucha.
¿Soluciones
posibles y consecuencias? Aumento de decibeles, que conlleva a mayor abuso de las
cuerdas vocales, resequedad de la cavidad bucal, a lo que se adiciona la
dificultad para llevar la mascarilla en ambientes cálidos y húmedos; la
posibilidad de contaminación de no cambiar la mascarilla que se ha humedecido, ensuciado
o deteriorado por el uso excesivo del tiempo que incluye la aparición de
lesiones cutáneas de la cara.
En fin un
nuevo ¿enigma?, o ¿reto?, sí. Habrá que pensar en que los docentes y
estudiantes hagan uso de mascarillas “con ventanas o transparencias” donde
ambos puedan leerse los labios, recurrir a presentaciones de refuerzo, uso de discursos
breves, apoyarse de manos para enfatizar los puntos importantes y las cosas que
se quieran destacar, posturas y movimientos del cuerpo y rostro (en este caso
limitado) para transmitir información sobre las emociones y pensamientos del
emisor.
En resumen la
respuesta adecuada estará una vez más en la creatividad del docente.
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