Hoy en día
valoraría que es un término reciente en la educación y en particular en la
enseñanza en línea (on line) mediante el uso de celulares, computadoras,
tabletas y otros medios tecnológicos.
¿Su
significado en esta ocasión? El aprendizaje sincrónico solo viable para
estudios en línea, a través de un chat entre profesores y estudiantes en un
horario pre establecido por la institución, que si trato de simplificarlo lo
resumiría en: el docente y sus estudiantes están en clase en este instante “en
vivo” intercambiando información (vídeo clase, trabajos grupales, foros etc.)
en tiempo real o inmediata mediante el chat.
¿Y en el
caso del asincrónico? La letra a
delante implica negación, por ende nos referimos a lo que no es sincrónico, de
lo que podemos deducir que no se ejecuta en tiempo real y además la actividad
académica se realiza offline (desconectado) y que posteriormente conectado o en
línea se comparte a sus estudiantes o que el docente recibe, por ejemplo:
resultados de las evaluaciones, presentación de trabajos en equipo previamente
orientados para ser realizados en casa, también denominado trabajo no
presencial.
Un beneficio
que tiene el aprendizaje asincrónico es que el estudiante puede ir a su ritmo.
Aprendido lo
anterior, ello me conlleva a varias reflexiones, las cuales les comparto: ¿Deberá
tener la clase “compartida” virtualmente el mismo tiempo de duración que la que
planifica la escuela o institución formalmente?, ¿tendrá que cambiar su sílabo
o plan de clases, priorizando aspectos puntuales y básicos de los contenidos, de
modo tal que el estudiante no esté “castigado frente a una cámara”?; ¿no
debiera tener el estudiante más tiempo para la realización de sus ejercicios de
forma individual y colectiva, considerando este momento como parte del tiempo
de su clase en casa?
Resulta obvio que la administración deberá controlar los “tiempos sincrónicos y asincrónicos”, lo cual rompe con el esquema tradicional, que la clase de… es de tal hora a tal hora, tiempo que el docente y en particular el asincrónico al cual le doy mucho más relevancia siendo éste establecido en el mejor horario consensuado con sus estudiantes, donde el docente pueda “dialogar-chatear”, evaluar los trabajos, aclaración de dudas individuales y grupales, cuyos resultados pueden ser llevados y analizados, así como discutidos sincrónicamente.
Lo anterior
evitaría más horas extras no remuneradas para el docente, y permitirle a su vez
concentrarse en la búsqueda de información adecuada, selección o elaboración de vídeos, estrategias motivadoras que permitan una participación amplia y no en
modo estático por parte de los estudiantes que comparten solo sus rostros para
escuchar “al profe” y a la vez a sus compañeros de clases.
Para
impartir una buena clase sincrónica y asincrónica, su planificación y
desarrollo para cambiar actitudes en los estudiantes requiere mucho tiempo.
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