En el caso
del celular móvil corresponde a un dispositivo electrónico que nos permite
comunicarnos comunicar telefónicamente desde cualquier lugar que se encuentre
(siempre y cuando, haya señal, entiéndase conexión a Internet)
¿Quién
surgió primero? El celular, que fue cambiando progresivamente con un
sinnúmero de aplicaciones, por ejemplo recoge la historia que el primer celular
se fabricó en 1973; el primer SMS (Short Message Service - Mensaje corto de
texto) se envía en 1992; cinco años después (1997) se le incorpora una cámara fotográfica
integrada; en el 2001 se incorpora el bluetooth lo cual nos permite unir la
comunicación de distintos dispositivos; en el 2010 se inicia la comercialización
de celulares 4G (cuarta generación) y desde el 2014 se anuncia el desarrollo de
la futura tecnología 5G, donde hoy ya inclusive esta última generación se
encuentra en venta fundamentalmente en algunos países de Europa y el continente
asiático.
Aprendido o
consolidado todo lo anterior, nos trasladamos al uso de ambos (recurso
tecnológico y aplicación) a la Educación.
No han
pasado muchos años (10 – 12) donde con la expansión del uso de celulares por
parte de los jóvenes y a la vez estudiantes, los cuales “interrumpían”
constantemente el desarrollo de las clases por su alto nivel de distracción,
recuerdo que las primeras acciones fueron llamados de atención, quitar los
celulares a la entrada del aula colocándolos en una canasta, e inclusive
prohibirlos colocando letreros.
La “guerra” fue campal (chicos/as que escondían sus celulares en los textos, bajo la mesa, en bolsos – docentes suspendiendo clases) que cuando pensábamos que la institución había ganado la “batalla”, el rebrote fue peor y simplemente perdimos, hecho que conllevó a: “Si la montaña no venía a mí yo voy a la montaña”
Una serie de
hechos sociales, políticos, de salud en el planeta Tierra, conllevaron al uso
de los dispositivos móviles “enemigos” casi una década atrás para ser empleados
hoy de hogar a hogar y convertirlos “en el mejor amigo del ser humano”, como
medio de comunicación y en función de la educación.
¿Cómo hacer
uso de un medio tan insignificante en el sentido de ver, compartir información
y visualizarla en una pantalla de 5.8 – 6.7 pulgadas de diámetro (1 pulgada =
2,54 centímetros)?
La realidad,
que no lo pueden evadir los docentes, imposible y la posible solución es ¡Lo
que debemos compartir! Me inclino a actividades que refuercen el trabajo no
presencial o asincrónico como son de carácter informativo: contenido
programático de la asignatura, sistema de evaluación (¡lo básico y lo
esencial!), en el caso de los complementos de las clases que refuercen lo
desarrollado en la clase real (sincrónico) como son los vínculos o link de
videos, contenidos, guías de estudio, tareas.
Un factor a
tener en cuenta – en modo también asincrónico - será la recepción de tareas o
trabajos realizados individuales o en equipo por parte del docente, recepción
que deberá tener un horario preestablecido.
Un elemento
además esencial será la creación de grupos, una vez que se cuente con los
listados de estudiantes solicitándole nombres y obviamente su número
telefónico, ello permitirá la identificación posterior para el trabajo de
atención personalizada y en equipos o subgrupos (creados por el profesor en
consenso con sus estudiantes)
Si prácticamente es un reto más que deben asumir docentes y estudiantes, deberemos prepararnos para dentro de pocos años, menos de 5, ver realidad aumentada y virtual brotando directamente de nuestros teléfonos generando una llamada
holográfica.
¡Se te ocurre pensar analizando con un equipo de estudiantes el resultado de su trabajo, y el docente holográficamente a la par de los mismos!
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