Donde, de lograr cambios de comportamiento a lo largo de la
duración de la disciplina o asignaturas (48, 64 horas) en un semestre u otro
período escolar, como la disciplina, la puntualidad, la honestidad, entre
otros, realmente me sentiré muy satisfecho, ya que ello me permitirá abrir un
camino de comunicación para el aprendizaje: un buen comportamiento en el aula,
permite o logra la atención a la misma de cada miembro del grupo; ser puntual
hace que el educando no pierda ni un segundo de la clase en sí, así como hacer
entrega de lo que se le solicite en tiempo; ser honesto, favorece un adecuado
canal de comunicación en la comprensión o no de lo aprendido y aplicado, en fin:
un aprendizaje efectivo.
Pero si todo lo anterior – realizado por décadas – “se
cierra” y pasas a un mundo de restricciones, donde “desaparecen las sillas, la
pizarra, las prácticas de laboratorio, tus estudiantes, tus compañeros de
trabajo”, peor aún cuando aplicas para un nuevo trabajo (virtual o en línea) y
como respuesta te llega el mensaje siguiente: “Muchas gracias, por haber
aplicado…, formará parte del proceso de selección y nos estaremos comunicando
con usted…” FIN DEL MENSAJE.
Pero, ¿ello conduce a un cierre total de tu trabajo
intelectual, donde tus conocimientos, para ser compartidos, se cercenan?;
¿acaso la oportunidad de enseñar, se convierte o traduce en ocupar una silla o
sillón, y delante un televisor en el que visualizas un mundo “patas arriba” o
el caso extremo de empotrarse en una plataforma Streaming para ver un episodio
tras otro?
De todo lo anterior se abren un amplio sinnúmero de
“caminos”, donde un tanto modificas el trabajo intelectual por el físico, por
ejemplo: los quehaceres domésticos – tarea no exclusiva, ni responsabilidad única
de las féminas. Nota: Aprovecho este momento para ratificar el reconocimiento TOTAL
Y ABSOLUTO, (puesto en mayúscula con las mejores intenciones, diría que adrede)
a profesoras, directoras, asistentes, madres de familias, tutoras, del doble
rol en la casa – escuela.
Otra vía resulta – ya que hablo de un tanto y por ende no
todo en cuanto al trabajo físico -, es aplicar como docente de ciencias
naturales, donde interviene la investigación, los procedimientos, etc., determinados
quehaceres que conllevan a un orden de planificación en cuanto a las tareas
encomendadas, por ejemplo: salir a realizar compras, donde establezco una ruta
que me permita ahorro de gasolina y sobre todo tiempo.
Sin embargo, a pesar de todo lo antes descrito, donde en un momento determinado cambias la tiza o el marcador por una escoba o lampazo, realmente no abandonas por completo tu profesión – cualquiera fuese, no solo docente -, jugando con el factor relatividad y por otra parte haciendo verdadera la frase “Cuando hay hambre, no hay pan duro”, pero ¿cómo? Continuaremos.
[1] Para
el año 2045, las proyecciones indican que cerca del 18 por ciento de la
población total latinoamericana estará conformada por personas de 65 años o
más. Fuente: https://www.dw.com/es/am%C3%A9rica-latina-envejece-y-las-jubilaciones-son-de-alto-voltaje-pol%C3%ADtico/a-59975086
Tribulación: Situación adversa o desfavorable que padece una persona.
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