Siempre que surge la interrogante (nombre del artículo) el dilema que proviene a continuación es la expresión «¿Qué fue primero?», ya que del huevo nacen las gallinas y así respectivamente. Esta expresión llena de antigüedad condujo a los filósofos antiguos a cuestionar cómo se originó la vida y el Universo.
Lo usual, como respuesta «una falacia del tipo
círculo vicioso»; obviamente para fundamentarlo, hay cientos de anécdotas, hoy
les cuento la mía.
Visitaba una librería -prestigiosa- y conversaba
con unos de los directivos, después de realizar una revisión exhaustiva de lo
que promueven a través de las redes (también visitada físicamente y en
particular deteniéndome en los estantes en la parte que correspondía a Pedagogía)
donde consideraba que había un cierto vacío en lo que competía a materiales específicos
para docentes, así como la posibilidad de promover charlas/talleres al gremio de educadores,
aspecto que se realizaban en otros temas de cultura general: la ficción, cómo escribir
historias, conversatorios, etc., y con algún que otro vínculo con libros
específicos.
En la medida que la conversación fluía
unidireccionalmente –señal anticipada de fracaso-, al terminar mi tiempo de exposición
programado, sin interrupciones que mostrasen si estaba equivocado o no que hubiese
un espacio para el profesorado, la respuesta era casi concebida: «le agradezco
su preocupación, pero de todo lo que usted ha sugerido, atendemos el 90% de sus
sugerencias»
Continuó, «la problemática es que los docentes, no
compran libros»; mi respuesta no se hizo esperar, «estoy claro, ya que el costo
es significativo, dado los bajos salarios de los mismos, pero podríamos
utilizar otras variantes, como los libros electrónicos (e-book), audiolibros,
que son menos caros»; «en el caso de los talleres, hagámoslo, cuyo precio sea
simbólico…»
«Realmente es una lástima, pero no hay cultura de dicha
modalidad de libros», respondió aquel joven que se resistía al menos
reflexionar por un segundo, como con sus palabras, marginaba de una forma u
otra, -cualquiera fuese la variante- de involucrar a los docentes a asistir a
una librería, catalogado así mismo como un lugar generador de procesos
culturales.
Tras retirarme y llegar a casa, la cabeza me
ebullía de si realmente, la investigación realizada, la presentación, la buena
intención de hacer (creo) un bien, había sido una pérdida de tiempo; por supuesto
que no, primero, insumo para este artículo, diría que lo más básico; segundo
considerar que la educación no sigue siendo una prioridad necesaria al menos en
el campo de la lectura, de tener acceso a la información cualquiera fuese la
vía.
¿Tercero? Continuar a través de la elaboración de contenidos, siendo compartidos gratuitamente a mis colegas, para evitar que ello se convierta en un círculo vicioso: «¿Qué fue primero?», ¿el docente (el huevo) o el libro (la gallina) ?; ¿mi respuesta? Para ello retomo lo dicho por Don Quijote a Sancho Panza (su escudero) en la aventura contra los molinos de viento.
«La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra»
Si tenemos esa actitud de crecimiento personal y social . Sistematizando y compartiendo experiencias generaremos muchas gallinas
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