lunes, 23 de octubre de 2023

¡Insistir, bien vale la pena!

“Nooo, ya les escribí y me da pena preguntar, si no me han contestado, es porque no me aceptaron!; “¡Aplicar a esa plaza!, no me parece, a mi edad, solo aceptan personas jóvenes” 
En ambas expresiones, – que suelen tener algo de frecuencia - planteadas  por personas posiblemente diferentes (al menos en la edad), nos denotan varios factores, como son: temor, auto excluyentes, baja estima, negativista, carencia de riesgo y falta de decisiones.

Estoy claro que no todas las cosas – sobre todo en la búsqueda de trabajo, becas, etc. – están al “doblar de la esquina”, pero ante el cúmulo de las (anti) cualidades antes señaladas, hay un sinnúmero de elementos que, de ser puestos en práctica, podría generar una apertura en el modo de ver la vida y en particular de ser ¿emprendedor, “agresivo”, propositivo? Tal vez sumando a estos últimos priorizaría, ser perseverante.

¿Una definición? El termino o palabra perseverancia proviene del latín “perseverantia” y se refiere a la constancia, persistencia, firmeza, duración permanente y/o continua de una cosa o acción.

¿Y basta ello, para triunfar, tener éxito?, lamentablemente la respuesta puede ser NO; la perseverancia no siempre va relacionada con lo positivo, de hecho, puede una persona perseverar, esforzarse y dedicar mucho tiempo a algo que no va a producir ningún resultado efectivo.

Recientemente me llegó una hoja de vida de una persona, la cual se había graduado de la universidad, trabajaba, quería aspirar a una plaza mejor remunerada, sin embargo, habían pasado 7 años de haber alcanzado su licenciatura y no había continuado superándose. Hecho que realmente la ponía “contra las cuerdas”.

Hay quienes recurren a la frase: “Yo algo cualquier cosa”, respuesta tal vez un tanto simplona, si realmente no hay seguridad, estar consciente de poseer las competencias -laborales y blandas- necesarias, para ser exitoso y no “abandonar el barco, cuando esté entrando agua”.

¿Y en el caso del estudiante, cómo lograr formarlo en ser perseverante? El secreto a toda voz, es con el estudio, única herramienta capaz de garantizar logros - ¿equivocarse?, ¿bajón en las notas?, ¿llegar al extremo de perder sus estudios? En la solución – cerrando filas, con el apoyo de padres de familia, docentes – entran un conjunto de factores que ameritan ser analizados con el afán de enmendar los problemas presentados y muy importante estimular a partir de un cambio de conducta positiva.

Cuenta la historia, ejemplos de personas reales, que siendo perseverantes y no rindiéndose, dejaron huellas significativas, por ejemplo:

Thomas Alva Edison[1]. Lo echaron de la escuela a los ocho años argumentando que era un niño “estéril e improductivo”, viéndose obligado a vender periódicos en la calle. Empezó a leer libros y más libros y con la ayuda de lo aprendido y de las enseñanzas de su madre (profesora), se convirtió en uno de los inventores más famosos de la historia de la humanidad.

Jordi Muñoz (1987- ), mexicano de 34 años, que se sobrepuso a muchos obstáculos: ser rechazado por el sistema de educación superior (a los 19 años), huir de un hogar roto (padres divorciados), conseguir trabajos poco cualificados, entre otros no tan pormenores. Nota: nunca dejó de estudiar (e investigar); con solo 22 años co fundó 3D Robotics, una compañía[2] dedicada a la fabricación de drones – no militares - que lanzó al mercado junto al emprendedor estadounidense Chris Anderson.

No queda dudas que la perseverancia requiere de un esfuerzo continuo., valor fundamental en la vida para obtener un resultado concreto.

Es más, te propongo algo – si eres estudiante en coordinación con tu profesor(a) – invita a personas (presencial o virtual), inclusive estudiantes graduados, que han sido exitosos, al tener como cualidad entre otras, la perseverancia; de ser trabajador(a) que tu empresa realice la misma actividad, ya con expertos, que producto de su esfuerzo continuo alcanzaron lo que se propusieron.


[1] Científico norteamericano (1847-1931) Al cumplir los 10 años, instaló su primer laboratorio en los sótanos de la casa de sus padres y aprendió él solo los rudimentos de la química y la electricidad. Pero a los doce años, Edison se percató además de que podía explotar no sólo su capacidad creadora, sino también su agudo sentido práctico.La actividad de este genial inventor se prolongó más allá de cumplidos los ochenta años, completando la lista de sus realizaciones tecnológicas hasta totalizar las 1.093 patentes que llegó a registrar en vida.

[2] La empresa se dedica a desarrollar un sistema de control para aviones, que es el cerebro que se utiliza en cualquier tipo de aeronave, ya sea helicóptero, multicopter o avión, y que le permite volar de una manera completamente autónoma.

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