Mencionar o escuchar el título nos conduce a dos significados, el primero un plato grande o bien al filósofo como tal, que es el que nos compete abordar en este caso.
Pero al no ser este
artículo para filósofos comienzo por sus acepciones acerca de la filosofía: “Conjunto de reflexiones
sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas
naturales, especialmente sobre el hombre y el universo” / “Sistema filosófico o
conjunto sistemático de los razonamientos expuestos por un pensador”, que en lo
personal me agrada más la segunda dado de que hablaremos de Platón.
Aunque antes de ello
recurriré a ciertas remembranzas[1] de
mi vinculación con esta disciplina: Filosofía; me encontraba en una reunión
(como invitado) encabezada por la máxima autoridad de la instancia educativa a
nivel de país, estando rodeado de varios asesores del “señor”, todos con amplia
experiencia en “… reflexionar sobre la esencia, las propiedades, las causas y
los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el
universo”
También la persona
que se encontraba en el extremo de la mesa (dirigiendo), tenía entendido que en
sus años mozos había estudiado latín - Antigua lengua indoeuropea que se hablaba
en la región del Lacio, extendida por todo el imperio romano y constituyó el
origen de las lenguas románicas; fue y es lengua utilizada por la iglesia
católica y fue lengua de cultura hasta la Edad Moderna[2] -
y lanzaba al “ruedo” de insertar su estudio en el curriculum nacional…; fue
como tirar una res descuartizada a un foro sediento…; no pretendo llegar al
final de la reunión (al no tener voz ni voto) pero no se llegó a nada… si
recuerdo y le doy la razón al que lo expresó; “cuando se reúnen varios
filósofos, es lo de nunca acabar”
Otra experiencia – ya
no tan amarga – años después donde me correspondía atender (dentro de muchas
cosas administrativamente), el área de estudios generales: Comunicación y
Lenguaje, Matemática básica, Sociología, Metodología de la investigación…, y
Filosofía, tanto a los colectivos de docentes, su contratación, observarle
clases, aprobar los sílabos o planes de estudio, etc.
Lo que me conllevó a
aprender la realidad de la importancia de la Filosofía, fue quienes la impartían
no solo por el dominio del contenido, sino el ver prácticamente allí (con algo
de imaginación y ficción) al docente - filósofo de turno con su traje formado
denominado “paños colgantes” llamado himatión o clámide, algo así como un
conjunto de piezas tejidas de tela (lino, seda), de forma rectangular no
cosida, sino envuelta alrededor del cuerpo y sin mangas.
Y lo principal de toda
su vigencia en los tiempos actuales y para muestra varios “botones”, planteados
por Platón:
·
Donde reina el amor sobran las leyes.
·
Nuestra lucha es la de encontrar el modo correcto de hacer las cosas.
·
La honestidad suele generar menos
ganancias que la mentira.
·
La ignorancia es la semilla de todo
mal.
Platón (427 a. C.-347 a. C.), observen bien la fecha de fallecimiento, ¿sabía de competencias/ habilidades blandas o socio emocionales? No lo creo, pero resaltar la honestidad, encontrar el modo correcto de hacer las cosas, que reine el amor sobre las leyes, la necesidad de educar no solo en conocimientos, sino en valores, herramienta única capaz de eliminar la ignorancia, hace tantos siglos, mmmmm, me da mucho que pensar.
Me queda claro que, al visualizar diferentes
currículos de diversos países, muchos se encuentran altamente recargados lo que
conlleva a “aprender de todo o no aprender de nada”, pero debe existir un
espacio para incorporar a modo de ejemplo una asignatura como Educación en
Valores Cívicos y Éticos[3],
de carácter obligatorio y Filosofía como asignatura optativa.
No vendría mal que los educadores, padres de familia,
reflexionásemos al respecto.
[1]
Imagen o conjunto de imágenes de hechos o situaciones pasados que quedan en la
mente.
[2]
Periodo histórico que empezó en 1492 con el descubrimiento de América y terminó
en 1789 con la Revolución Francesa, aunque se extendió hasta la Edad
contemporánea (siglo XIX). Hubo de ser la lengua oficial del Imperio romano.
[3]
Actualmente forma parte del currículo nacional de España.