lunes, 4 de marzo de 2019

¿Al azar o flechado?

Si te detienes un rato a pensar – te invito a que lo hagas en un momento de ocio – sentado en un parque bajo la sombra de un árbol o no dependiendo de la temperatura, y observar lo disímil de las parejas (sin distinción de sexo, edad, color de la piel, estrato social), donde se adicionan los términos antagónicos entre sí como: delgado, grueso, alto, bajo en cuanto a volumen del cuerpo; tatuados o no, trenzas, pelo liso, color y corte del cabello entiéndase forma de vestir acorde a la moda desde los más actualizados hasta los más convencionales dependiendo del conservadurismo o el entorno sea laboral o de estudio.

¿Cómo surge el amor o la relación entre dos? ¿En un fiesta, en un bus, en una cafetería, en una clase, en una reunión de trabajo o a través de una red social?

Ésta última como herramienta – criticado por muchos -, dado que no siempre predomina la sinceridad, y predominio de datos falsos, aunque hay quienes le han resultado fabuloso y simplemente son felices.

No es secreto para nadie que siempre se está en búsqueda del “príncipe azul” estereotipado a un joven de la realeza y por ende “sangre azul” o la “bella durmiente” a la espera de un beso, opción posible para aquellos y aquellas que comienzan a romancear desde temprano, pero también una opción para las personas – cualquiera fuese el motivo – que necesitan una compañía donde ambos se complementen y que en la marcha vayan ajustando mecanismos de comprensión y colaboración mutua.

Una pareja – solicitarla a través de una carta al niño Dios – no necesariamente suele ser un solución aunque sí una esperanza, de tener a alguien a su lado.

Hay quienes atribuyen que es mejor sentirse solo o sola y que es suficiente con su hijo (a), hermana (o) o con sus mascotas, ante posibles relaciones que no rindieron su fruto esperado, siendo frustrante y se adaptan o basta que se sientan bien y punto.

Realmente, es poco probable encontrar un catálogo, normas, manuales que te definan o establezcan que hacer para encontrar la pareja “ideal”, aspecto que a criterio personal no existe. Y que de encontrarla, la relación deberá resguardarse en un accionar de conversar, compartir, ceder, incentivar, escuchar, dedicarle tiempo y paciencia. ¡Pasen un buen día!
La mujer que yo quiero, no necesita bañarse cada noche en agua bendita… 

Pero ella es más verdad que el pan y la tierra…; 

La mujer que yo quiero, no necesita deshojar cada noche una margarita…

La mujer que yo quiero, es fruta jugosa, madurando feliz, dulce y vanidosa…

La mujer que yo quiero, me ató a su yunta para sembrar la tierra de punta a punta… 

De un amor que nos habla con voz de sabio…; Y tiene de mujer la piel y los labios.

La mujer que yo quiero, me ató a su yunta...; 

Pero, por favor, no se lo digas nunca

Pero, por favor, no se lo digas nunca

Letra tomada (parte) de la canción "La mujer que yo quiero"; compositor: Juan Manuel Serrat





1 comentario:

  1. A mi parecer los celos son indicadores de que algo no está bien. Un interruptor que se enciende cuando hay peligro a la vista.

    ResponderEliminar