
Todo niño o niña normal nace con el potencial
necesario para alcanzar la salud mental, siendo indispensable para lograr este
objetivo el poseer una autoestima elevada, que se fundamenta en la creencia del
niño o niña de ser digno de amor y que importa por el hecho de existir,
sintiendo que se valora y respeta su individualidad.
El niño o la niña poseen cualidades y recursos
internos suficientes para gustarse a sí mismo. Desde que nace aprende a verse
como considera que le ven las personas que le rodean. Su imagen la construye en
función del lenguaje verbal y corporal, de las actitudes y los juicios que
sobre él emiten las personas que considera importantes.
¿Alta o baja autoestima? Evidentemente las
cualidades de una u otra deberán ser antagónicas: La autoestima alta surge de las experiencias positivas, produce en
los niños y niñas seguridad, propia aceptación y la confianza suficiente para
poder realizarse en todas las áreas de la vida, Las expectativas sobre sí
mismos serán apropiadas, alcanzando en el futuro la estabilidad emocional; por
el contrario la autoestima baja da
lugar a la inseguridad, una escasa resistencia a la frustración, un bajo
sentido de quien es y provoca ansiedad. El niño o la niña se sienten inepto y
carece de motivación para relacionarse de forma positiva o comenzar nuevos
aprendizajes. Suele ser una de las principales causas de las conductas
desadaptadas en la infancia ya que cuando el niño o la niña tienen un concepto
negativo de sí mismo, cree ser "malo" y adecua sus comportamientos a
este juicio.
¿Qué hacer nosotros los padres y madres en este
sentido? El y ella deberán considerarse aceptado y amado incondicionalmente. No
basta con que le demos todo nuestro amor, debemos asegurarnos que él lo siente
y experimenta.
Tendrá que percibir que se respeta y acepta su individualidad. Aceptar al niño o la niña significa sobre todo no confundiendo el valor de su existencia con el de su comportamiento, tendrá que sentirse valioso, útil y capaz, vinculado a los grupos que pertenece (familia, clase, etc.) y recibir de éstos seguridad y confianza; interiorizando formas de conducta positivas; debe desarrollar seguridad interior para afrontar con éxito las dificultades que se le presenten.
Tendrá que percibir que se respeta y acepta su individualidad. Aceptar al niño o la niña significa sobre todo no confundiendo el valor de su existencia con el de su comportamiento, tendrá que sentirse valioso, útil y capaz, vinculado a los grupos que pertenece (familia, clase, etc.) y recibir de éstos seguridad y confianza; interiorizando formas de conducta positivas; debe desarrollar seguridad interior para afrontar con éxito las dificultades que se le presenten.
Para
ello se le pedirá que concluya las tareas que comience, se le asignarán
responsabilidades en función de su edad y capacidad, no se hará nunca por el
niño o la niña aquello que sea capaz de hacer solo, se le ayudará a aceptar las
consecuencias de sus acciones y a medir sus posibilidades antes de comenzar una
actividad; otra forma de lograr elevar su autoestima, será a través de su
confirmación como individuo donde cada niño o niña es único e irrepetible y
necesita sentirse distinto a los demás. Finalmente, deberá adquirir pautas de
conducta y una escala de valores personales que le sirvan de referencia para
que su forma de pensar y actuar adquiera coherencia, para que aprenda a
distinguir el bien del mal. Padres, madres y posteriormente educadores, las
personas cuya estima y aprobación buscarán con más esfuerzo, ya que
posiblemente serán los modelos que intente imitar.
¿Ha valorado usted, si sus
hijos son de alta o baja estima?
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