Cuando
nos referimos a que alguien nos miente, esto nos conduce a un malestar
inmediato, inclusive,
llegarlo a catalogar como una burla de total irrespeto. Pero y en el caso que
ésta mentira, fuese piadosa, ¿Cuál seria su respuesta?
Siempre recurriendo a
nuestro amigo el diccionario, identificamos los conceptos siguientes: Mentir: Decir
o manifestar lo contrario de lo que se sabe cree o piensa; Mentira piadosa:
mentira que se dice con intención de no causar pena. Por ejemplo: Le dije que
volveríamos pronto, pero fue una mentira piadosa
¿Quiénes utilizan comúnmente la mentira “piadosa”?,
¿alguna profesión en particular? Pienso que no, sin embargo en ocasiones unas
profesiones se podrían prestar más que otras, por ejemplo, el médico: Ante una
posición grave de un paciente, al galeno posiblemente le costará decir
claramente dicha situación, y a la vez proporcionarle a los familiares un halo
de esperanza.
Se plantea que la “mentira piadosa” constituye una
excepción a la regla, sólo justificada por el respeto a la persona y ante la
situación concreta del daño posible que se produciría al decirle al paciente, la
verdad sería de tal envergadura que no nos queda otro camino que apelar a la
excepción de la regla. Es evidente que cuando se recurre a esta conducta de
excepción se privilegia una postura humanitaria, porque si el cumplimiento de
la norma le ocasiona daño al paciente la norma no es adecuada o correcta.
De todas maneras, se le diga al paciente, parte de
la verdad, se omita el pronóstico ominoso, se llegue a “la mentira piadosa”, es
imprescindible compartir la responsabilidad de esta decisión con la familia, y
conviene hacerlo con el que aparezca como miembro emergente del grupo familiar.
Y en el caso de nuestros hijos, ¿no mienten
piadosamente, que pudiera ser el sinónimo de cómo enmascarar las “malas noticias”? Posiblemente
al doctor, le resulte más sencillo, más fácil apelando en función de su
experiencia, a una fina psicología, entiéndase el “arte médico”, arte que sólo dominan aquellos que son “buenos médicos” y a la vez
“médicos buenos”.

Como se lee en el texto citado, puede
interpretarse que éste filosofo griego, “justifica” la necesidad de la “mentira
piadosa”, sin embargo, lo que debemos estar claro que llenar a nuestros y
nuestras padres, amigos, amigas, profesores, engañar deliberadamente ya no a un
amigo sino a un individuo cualquiera bajo cualquier circunstancia: se caería en
la injusticia. El apoyo para la doctrina que sostiene el fin justifica los medios
está en otro lado.
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