
Me llamó mucho la atención además de la exigencia del “viejo”
en que si comenzaba, había que terminarlo con buena nota (interesante, la
educación comienza por casa); el documento o texto en cuestión procedía de los
Estados Unidos, del cual previamente uno se suscribía, pagaba y por vía aérea
te enviaban un sobre a casa; hacías las evaluaciones en un tiempo prudencial
establecido y lo reenviabas (siempre vía correo), al concluir el curso (2 o 3
meses) te enviaban un certificado de culminación y con los resultados.
Al ser el curso sobre reparación de carros, que en ese
momento estábamos lejos de tener uno, la clase se convertía en empírica
(totalmente teórica), pero lo positivo era que soñabas arreglarlo algún día. Sencillamente,
aunque en ese momento al ser tan jovencito, desconocía términos técnicos educativos,
pero recibía clases por correo y por qué no ¿educación a distancia?
Ese colegio o institución de siglas H.C. cumple en este
2020, ¡100 años de fundada! Hoy en día la misión de la misma es la siguiente “…ofrecer una alternativa real y efectiva a
la enseñanza tradicional escolarizada, por medio de la Educación a Distancia
por Internet; una modalidad de educación libre de calendarios escolares, de
requisitos académicos o de edad, de horarios de clase, de salones completos o
lejanos, y de clases incompletas. Una alternativa para progresar en forma
individual, efectiva y al momento, por medio de un aprendizaje solidó,
practico, y económico”
¡Bingo!, dice en la misión de la cual extraigo “…por medio
de la Educación a Distancia por Internet”, luego se visualiza un proceso de
evolución, con el uso de la tecnología, pero la otra parte es que estudiar
desde la casa no es nuevo ni es una moda, aunque sí una solución ante el COVID
19. Diría – y no soy el primero – que la pandemia ha acelerado una herramienta o
vía de la educación a la que posiblemente tendremos que dirigirnos los
profesores para trabajar desde la casa.

Habrá que crear mínimas condiciones – computadora, Internet,
impresora, audífonos, celular, escritorio, posible local de trabajo, donde las
distracciones sean lo menos posible (siempre desde casa), una planificación
idónea, horarios de clase en línea, atención a las diferencias individuales – lo
cual implica una fuerte inversión económica y sobre todo de tiempo - no solo en
la preparación previa de las clases – sino ante “la pantalla” de su recurso
tecnológico.

Mediante una plataforma educativa que permite gestionar lo
que sucede en el aula de forma online, de manera colaborativa; reglamentos,
normativas, capacitaciones permanentes, organización, el establecimiento de un
canal de comunicación eficiente y permanente con docentes y estudiantes; apoyar
al profesorado y estudiantes en brindar los medios necesarios tecnológicos,
para garantizar con ello la buena marcha del proceso educativo.
Indiscutiblemente que es un gran
reto, que de no lograrlo, nos habrá vencido el COVID. Por ende, es necesario YA una visión no de futuro, sino inmediata.
¡Si no hay Educación, no hay Salud!
Muy bueno Don Ernesto. De hecho nos debíamos haber preparado desde mucho antes de esta contingencia.
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