¿Cuáles? Twitter,
WhatsApp, Telegram, LinkedIn, servicios con elementos comunes y diferentes dada
la competencia entre unos y otros, por lo que incorporan nuevos recursos, de
modo tal que sea más atractivo para el usuario.
Diría que una bondad es el poder establecer una comunicación
visual (aunque reducido a un número de personas) donde se “suman” las personas para
lo cual creaste un grupo.
Otra ventaja es que las llamadas y videollamadas resultan
gratis, incluso de estar en otro país, para ello utilizan la conexión a
Internet de tu teléfono, en lugar de los minutos de voz de tu plan de telefonía
móvil. Por lo visto y más allá de un comercial, lo considero una “panacea” para
comunicarse. De igual modo a Twitter, un mensaje que llega, una llamada, una
videollamada no programada, posiblemente te sorprenda y te surgirá la
preocupación ¿habrá pasado algo?
¿Tu reacción si estas en medio de una clase o reunión de
trabajo? Dejar de prestar atención, pedir permiso para ver que es o quien es y
en el peor de los casos que suene el celular e interrumpa no solo lo que estás
haciendo, sino al resto del colectivo que, si son estudiantes, se desconectan
sencillamente de la atención a la clase (es como una pausa mental que los
beneficia, para ellos poder conectarse en ese propio intervalo y observar que
está pasando en las redes); de ser una reunión, no queda dudas que generará
molestias. Nota: Hay reuniones presenciales donde se pide, siendo una norma o condición
el no uso de celulares.
A lo que llamo como una especie de violación de la privacidad – por supuesto muy importante – es que cuando pulsas sobre el nombre de una persona con la que hablas en Telegram puedes entrar a su perfil, ver sus datos (gustos, preferencias, personas que son contactos comunes para ambos), aunque tienes la opción de configurar excepciones para que haya personas que sí puedan ver tu estado cuando el resto lo tengan bloqueado, y también al revés. Por lo visto, algo así como permites quien puede saber de ti y quien no.
No queda duda
que está expuesta la persona a las redes y no solo los hackers, sino a
cualquier curioso que pierda tiempo, asumiéndolo como ocio sano en el mejor de
los casos en navegar virtualmente.
Continuaremos.
[1] Conocido
también como nano blogueo. Permite a sus usuarios enviar y publicar mensajes
breves (limitados a 280 caracteres), generalmente solo de texto. Las opciones
para el envío de los mensajes varían desde sitios web, a través de SMS,
mensajería instantánea o aplicaciones ad hoc.
[2]
Capacidad hasta 100 MB como máximo.
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