Posteriormente se desarrollarán encuentros para la entrega
de los resultados académicos – cortes evaluativos - muy vinculados a la
disciplina para todos los niveles (enseñanza media – bachillerato o
preuniversitario) aunque cambia algo y es en los padres esencialmente donde la
relación con la escuela se “debilita” donde ya por considerar que sus hijos(as)
han “crecido”, ya no necesitan de tanto acompañamiento. Van en la búsqueda específica
del boletín, se retiran asumiendo compromisos de trabajo y en la noche se
analiza la situación en el seno familiar, que no consume mucho tiempo si los resultados
son adecuados, que en caso contrario vendrán las reclamaciones, los porques y los por cuantos, cuyo resultado a
modo de reflexión no será muy productiva: caras largas, amenaza de sanciones, la
comunicación tenderá a cero y días después… habrán nuevos problemas de los
tantos cotidianos, por lo que la escuela pasará ¿a un segundo plano?
Esto que detallo - para el lector – puede ser un tanto
familiar, ¿sí?, pero de ser cierto, ¿quién pierde más? Diría que la escuela, la
cual pierde la gran oportunidad de acercar a los padres, “atraerlos” mediante
un sinnúmero de actividades que empodere a los mismos.
¿Cuáles? Presentar la misión[1]
y visión[2]
de la institución, los objetivos y valores que promueve la misma en la
formación de los educandos, que para algunos pudiera resultar un conocimiento
más de donde están sus hijos, pero a lo anterior añadiría, conocer la
institución físicamente (laboratorios de ciencias naturales y sociales, de
informática, de idiomas, dotación de la biblioteca física y digital), deportes
que se practican, círculos de estudios, actividades extracurriculares en el
campo de la cultura, (pintura, música, bailes, etc.)
Pero además de todo lo anterior, añadiría el conocer el
sistema de evaluación que se aplica, mostrar la plataforma digital que se
utiliza, donde los padres puedan tener acceso a la misma; la metodología a
desarrollar, estrategias grupales con énfasis en un aprendizaje colaborativo.
·
Impartirle cursos básicos en el uso de la
tecnología (computadoras u ordenadores)
·
Proporcionarle materiales complementarios de
apoyo al trabajo no presencial que permitan atender a sus hijos.
·
Desarrollo de charlas, foros, relacionados con
temas asociados a la problemática de los niños y jóvenes (género, drogas, sexo,
etc.)
Actividades todas ellas, que pueden ser desarrolladas por
los propios padres en coordinación con las autoridades escolares; acciones que “suman”
voluntades, donde “el rostro de la escuela”, resulta mucho más amigable. ¿Complejo
promoverlo?, ¡Sí! Todo basta en lo que se quiera alcanzar.
Aunque cierro con la siguiente reflexión: Para la enseñanza
media y bachillerato, ¡viable!, pero ¿y en la enseñanza universitaria, al menos
los primeros años, resultará igual de sencillo?
Continuaremos.
[1] Constituye
la razón de ser, el propósito y las aspiraciones que como institución se propone
realizar y lograr en un determinado contexto temporal e histórico.
[2] Es
la imagen futura de la institución educativa. Constituye una declaración de lo
que quieren los actores educativos para el establecimiento de una nueva
realidad institucional cualitativamente superior al actual.
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