En la mañana con el afán de
tomarme un buen café (oscuro, amargo, fuerte), preparo las condiciones como el
periódico del día, percibir los rayos solares aun un tanto débiles, muestra de
ello a modo de testigo que aun sobre las hojas y flores se aprecian las gotas
de rocío.
Me acompaña – ya casi somos
amigos al permitirnos y respetar nuestros espacios – donde una pequeña ave de apenas
2-4 gramos, de colores majestuosos en su plumaje (azules saturados, verdes
azulados y morados profundos), cuyas alas las baten entre 80 y 200 veces por
segundo, ¿si sospecha?, efectivamente estoy hablando del colibrí[1].
Y por lo visto muy trabajadora,
inteligente en la búsqueda - dada su aguda visión - de aquellas flores ya aptas
para ser libadas, las cuales parece revisar e introducir su largo pico y
delgado y con una extensa lengua que le permite chupar su néctar, a la par transportar
en su cuello y alas el polen.
En resumen: Por lo visto a pesar
de su pequeñez y ser independiente, garantiza su vida y la de sus críos y
paralelamente colabora en la polinización para que el planeta sea más verde.
Ya el astro rey se ha levantado un
poco más en búsqueda de su cénit - cuando realmente quien se gira alrededor del
mismo es nuestro planeta-, por lo que siento el calor en mis piernas, señal para
levantarme y realizar otras actividades domésticas programadas, antes de
sentarme a teclear: botar la basura.
Entre la grama y la entrada a la
casa observo una extensa fila la cual zigzaguea, pero de forma organizada se
trasladan un sinnúmero de pequeñas hormigas, donde las direcciones son dos,
unas con pequeños trozos de hojas, que en ocasiones son muy mayores en la
relación a su cuerpo – hasta 50 veces su propio peso corporal - y otras que
retornan en búsqueda de nuevos alimentos.
Siendo un tanto observador las
mismas en ocasiones se detienen en señal de establecer una breve comunicación
donde paralelamente segregan feromonas (sustancias químicas aromáticas) las que
le permite indicar a las que viene detrás donde se encuentra la fuente de
alimento.
Suelen andar en colonias y algo
importante que no comparto en cuanto a su comportamiento que son las hormigas
hembras las que trabajan de aquí el nombre de obreras – por cierto, en esta
especie se establecen clases sociales, con diferentes responsabilidades: reina,
que se encarga de poner miles de huevos para asegurar la supervivencia de la
colonia; y los zánganos, que le corresponden a los machos, que sólo desempeñan
una función: aparearse con la reina –.
Pero, más allá de mi afán
investigativo, el cual debo interrumpir, ¿recuerdan? Botar la basu…, para
iniciar el tecleo se me ocurre porque no, con ejemplos al comenzar una clase estableciendo
paralelismos de la vida cotidiana, donde aprendemos de nuestro propio entorno,
pero a la vez enseñamos a nuestros estudiantes a ser creativos y no comenzar
con: «El
asunto de la clase de hoy es…»
¡Rompamos, la inercia de lo
tradicional!
[1]
El colibrí es conocido como chuparrosa, Huitzil (espina preciosa en náhuatl) o
picaflor.
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