lunes, 14 de octubre de 2024

¡Cuando no se espera nada a cambio!

Cuando tienes tiempo para caminar y si eres observador – un tanto para desconectar de la perdida de tiempo de ser esclavo de tu celular – una opción habrá de ser visitar un centro comercial (mall), aunque vayas “a abrir la boca”, en señal de quedar impresionado por algo extraordinario e inesperado (ante la gran oferta como parte de la sociedad de consumo) de lo que perciben tus sentidos priorizando el ver.

Sentarte a tomar un helado (al que se suma el gustar), permite identificar hasta cierto punto el parecido de las personas dados determinados rasgos comunes – aplicando las leyes de la genética[1] – en su físico; que decir del vestir, donde lo común es que ya no suele apreciarse la diferencia entre las edades como es el caso de los jeans deteriorados; cabellos con tintes que rompen la barrera de los tradicional: azul, verde, combinaciones que envidiarían a cualquier pintor(a) experto en colores pasteles.

Parejas que caminan de la mano, en señal de amor; otros que no lo hacen supongo, dada la posibilidad de separarse donde ella entra a una tienda y él espera pacientemente (¿o impaciente?) fuera (tal vez como señal silenciosa de protesta, ante los gastos posibles, que pueden afectar la cartera o las tarjetas, producto de las compras de ella)

Familias enteras, cuyo fin de semana, el propósito es salir a dar un recorrido por los pasillos del centro comercial, donde los niños (as), descargan su energía subiendo y bajando de un piso a otro, vía escaleras eléctricas.

No puede faltar el sector gastronómico donde más allá de las diferentes especialidades que distinguen unos de otros, de aquí el gusto, el olor, la visión, el tacto y el sonido, se mueven un sinnúmero de personas que laboran como hormigas, con el afán de brindar un excelente servicio.

Justamente – ya una vez deglutido mi cremoso helado – centré mi atención en el hervidero de personas moviéndose en un restaurante en particular al cual había asistido en dos ocasiones: 1. Para la celebración de un cumpleaños y 2. Para atender a unas amistades que por trabajo visitaban el país; más allá del ir y venir de meseros, servidores, corredores[2], hube de visualizar – casual y particularmente – a la persona cuyo rol era el de anfitriona[3], cuyas habilidades laborales y blandas, las manejaba de forma extraordinaria: «¿cuántas personas son…?»; «en breve serán atendidos, muchas gracias»; «por favor, me acompañan»; «que disfruten su estancia.. ».

A la par con su comunicador portátil (walkie-talkie) interactuaba (supongo con otros) con el propósito de agilizar la disponibilidad lo más dinámicamente posible.

Me acerqué a ella, me identifiqué como un cliente ocasional, pero que casualmente había sido atendido por su persona; le solicité hablar con su administrador o gerente – su rostro mostraba incertidumbre, «¿abre hecho algo mal?» -.

Al llegar “su superior”, le plantee al mismo de forma concisa, el excelente desempeño de la anfitriona, “el jefe fue receptivo”, su respuesta. «Gracias»; sin embargo, la de ella fue más amplia, «! gracias jefe!», al cual le respondí. «¿jefe?, no, sencillamente soy Ernesto»; me despedí con una sonrisa, la de ella era más amplia.

Por lo visto, hay personas cuya entrega es total en su labor cotidiana, sin esperar reconocimientos, pero creo que de vez en cuando es necesario realizar un alto y hacerlo.


[1] Conocidas como las leyes de Mendel. S Son el conjunto de reglas básicas sobre la transmisión por herencia genética de las características de los organismos progenitores a su descendencia. Gregor Johann Mendel (1822-1884) fraile agustino católico y naturalista.

[2] Este es un puesto de trabajo que suele estar presente únicamente en restaurantes grandes y de prestigio. El corredor ayuda a que el trabajo del mesero o servidor sea más eficiente, porque se encarga de sacar la comida de la cocina y servirla al cliente lo más rápido posible.

[3] Un anfitrión o anfitriona de un restaurante es una persona que se dedica a recibir a los clientes y ubicarlos en sus mesas correspondientes. Quienes ocupan esta posición tienen un diagrama de la distribución de las mesas, asientos y secciones del establecimiento para garantizar que los servidores o camareros trabajen de forma organizada y eficiente.

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