lunes, 28 de octubre de 2024

Una imagen…vale…

Una imagen es una representación visual, que manifiesta la apariencia visual de un objeto real o imaginario. Aunque el término suele entenderse como sinónimo de representación visual, también se aplica como extensión para otros tipos de percepción, como imágenes auditivas, olfativas, táctiles, sinestesias, etc.

Vista la definición, selecciono lo siguiente: «… la apariencia visual de un objeto real o imaginario»; me detengo y hablemos de lo real o virtual, ¿diferencia entre una y otra?, regresemos al diccionario:

o   Real: En términos físicos, la realidad es la totalidad de un sistema, conocido y desconocido; desde el punto de vista ontológico[1], que incluyen varias ramas de la filosofía, incluyen varias preguntas sobre si solo los objetos físicos son reales (es decir, el fisicalismo) Nota del autor: A veces los filósofos se dan una enredada, por supuesto con perdón de los filósofos.

o   Virtual: Que tiene virtud para producir un efecto, aunque no lo produce de presente, frecuentemente en oposición a efectivo o real.

¿Imagen?, ¿real?, ¿virtual?, se preguntará usted, ¿y a dónde quiero llegar? ¡Voy!: Las fotos de las personas que acompañan las diferentes plataformas de comunicación, solemos compartirlas, hay quien pone rostros reales o virtuales, estas últimas con ciertos arreglos a partir de aplicaciones (app) que restan ¿años?, pudiera ser.

Por supuesto respeto a quien lo hace es una decisión muy personal y que a la corta le hace sentir bien, y punto; es igual cuando se sustituye por un fondo vinculado a su desempeño u otros gustos, reitero para gusto, sencillamente colores.

Mi preocupación surge en el caso de la imagen que al ser virtual (la cual se aleja un poquito de la real, tal vez) y se esté solicitando trabajo. En lo personal he tenido varias experiencias, en una ocasión envíe por supuesto – anexado al CV – la foto que mejor quedé: saco, corbata, de perfil…, cuando la misma era de varios años, variossss. Craso error #1, ¿por qué? Sencillamente no era yo, ya con barba, aproximadamente 5 años de diferencia con la imagen real - actual; en otra ocasión para un medio periodístico, busqué alejarme de la corbata y buscar para el saco un color que contrastase con el pullover o playera: por ejemplo, saco blanco, y la otra pieza negra y siempre de perfil y no me fue mal.

La interrogante, que surge es ¿y acaso la foto real o virtual importa? Aquí podré recibir 50 % y 50 % de opiniones para ser conservador, ¿pero te darán el trabajo que tanto ansías y necesitas, por la imagen?

La persona que contrata, ¿se detiene o tamiza instantáneamente por una foto?, da que desear tanto de la empresa o institución, ¿acaso no es más importante el contenido del Curriculum Vitae (CV), como base para preparar la entrevista presencial o virtual?

La diversidad de hechos que suceden hoy en día donde prima «ser joven y con experiencia», que en ocasiones resulta hasta contradictorio, ¿acaso no se necesitan años de trabajo, para ganar experiencia? En un estudio realizado por un familiar – para alcanzar su maestría - referente a qué edad aproximada los profesionales, generaban laboralmente un desempeño favorable y su investigación arrojó de unos 43 años.

Si sacamos una cuenta sencilla: graduado a los 22 o 23 años – 43 = 20 años de experiencia; ya 20 años, es significativo lo cual no implica estancarse, más al ritmo de los avances tecnológicos y científicos.

La intención no es restarles espacio a los jóvenes, ¡no!, recuerden que comencé por la foto real, que a la larga no contradice (más allá que pueda ser una carta de presentación), lo que va a visualizar el día de la entrevista (si es un buen) (el o la) contratador(a), y muy profesional, es tu experiencia, eso si prepararse bien, sin titubeos… «… en ese caso ante esa situación, yo…»



[1] Ontológico: se refiere a la rama de la filosofía que estudia lo que hay, así como las relaciones entre los entes o la relación entre un acto y sus participantes

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