Hablar de clave nos conduce a diferentes excepciones, una «símbolo que se utilizan al principio de un pentagrama para indicar la altura de las notas musicales. Las claves más comunes son la clave de sol, la clave de fa y la clave de do, cada una de las cuales sitúa las notas en diferentes líneas o espacios del pentagrama»; otra «instrumento de pequeña percusión formado por un par de bastones cilíndricos de madera maciza. Su diámetro es de aproximadamente 2 centímetros por una longitud de 25 cm, ésta última, constituye la base rítmica de toda la pieza musical y guía la improvisación de otros instrumentos.
Ambas definiciones se
unen, dependiendo del ritmo que deseemos seleccionar, por ejemplo: El guaguancó,
un estilo de rumba cubana, que se define principalmente por el patrón de la
clave, que es de 2-3 (patrón de percusión que consta de dos golpes en el primer
compás y tres en el segundo), es decir se escucharía “pa-pa”
el “lado 2” (porque se tocan dos) y “pa-pa-pa” el “lado 3” de la clave (porque
las maderas se tocan tres veces), en total, las maderas se tocan 5 veces.
Las claves como
instrumento interactúan rítmicamente con otros, tales como los tambores y otros
instrumentos de percusión. Los tambores, como las congas y el quinto,
establecen un diálogo rítmico con la clave, creando una base compleja y rica
para la música y el baile.
El guaguancó – subgénero
de la rumba, ambas oriundo de Cuba - se caracteriza por su ritmo enérgico y
rápido, que invita a la improvisación y la expresión corporal, danza que se
desarrolla a través de la interacción entre la pareja, con movimientos que
simbolizan un juego de seducción; se baila en diversos espacios como solares,
calles, centros culturales y escenarios; dicho género musical ha sido extendido
fundamentalmente a partir de la diáspora de la isla.
¿Y cuando estas ‘fuera’
y la escuchas que te sucede? Posiblemente surja un sentimiento de tristeza
melancólica por el recuerdo de algo o alguien del pasado, especialmente de un
lugar o época feliz, así como añoranzas de tiempos o experiencias pasadas, a
menudo con una sensación de pérdida o deseo de regresar a esos momentos y que
por ser una de ellas la música, te traslada a los mejores tiempos de ‘echar un
pie’, cuando salías del instituto, o ya siendo más ‘grandecito’ recurría a las
discotecas.
¿Y si es de regresar?,
recurriré a las plataformas correspondiente en la búsqueda de un buen grupo
musical, donde la introducción comience con “pa-pa” y “pa-pa-pa”, trasladarme a
un lugar de la casa donde tenga espacio y a continuación flexionar mis rodillas
ligeramente, la espalda inclinada hacia delante y alternando los brazos y
piernas de forma cruzada de manera natural, donde el brazo derecho acompaña al
pie izquierdo y viceversa, a lo anterior trato de mover la pelvis y caderas dibujando
un número 8, con el resto del cuerpo, entonando el estribillo que dicta la
música.
Igual podría suceder en los países donde el instrumento musical es otro: la marimba, siendo este en varios países de américa latina, parte de los símbolos patrios[1] bajo la cual se esconden diversos ritmos, como el andarele, torbellino, caderona, agua larga, agua corta y bambuco; todos música y baile.
No por gusto existe una frase[2], donde se menciona que "El son[3] es lo más sublime para el alma divertir"; me tomaré la atribución de modificarla por: “La música es lo más sublime para el alma divertir, donde quiera que estemos..."; de fondo se escucha un diálogo rítmico de las claves junto a los tambores y otros instrumentos de percusión.
[1]
El 12 de febrero de 2015, la Organización de Estados Americanos (OEA) declara a
la marimba "Patrimonio Cultural de las Américas".
[2]
Expresada por Ignacio Piñeiro Martínez fue un músico cubano, fundador de la
orquesta Septeto Nacional. Está considerado uno de los más importantes
exponentes del son cubano y sus variantes.
[3]
Sonido musical en general, o a un género musical específico.
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