Posiblemente en mi primer año de carrera universitaria logré confirmar mi pre – vocación al gustarme el mundo maravilloso de la investigación, tratando de buscar respuestas a los por qué, utilizando para ellos utensilios y reactivos de laboratorios; verme con una gabacha o bata blanca que formaba parte del atuendo utilizado por cientos, miles de científicos y que se remontan al siglo XIX, para protegerse la piel y la ropa de los reactivos y sustancias químicas.
La prenda de ropa supuestamente
me daba un aire de estudiante serio, formal, donde ya formaba parte de la ALMA
MATER, que me ‘distinguía’ en el barrio a pesar de solo llevar dos semanas de
estudio.
Muchas fueron experimentalmente
las combinaciones o mezclas de reactivos que realizábamos, que solían confirmar
lo recibido a través de conferencias (200 estudiantes en el primer año, en el
aula magna), ejercitado con las clases prácticas y a modo de resumen en el componente
resumen: los laboratorios.
Hablar de una mezcla,
la primera palabra que nos viene a la mente es combinación, ¿de qué?, de dos o
más sustancias en la que cada una de ellas conserva sus propiedades distintivas;
si “aterrizamos” un poco más allá de esta definición en la vida diría son
muchos los ejemplos donde mezclamos: una tasa de café, cuyos ingredientes
suelen ser café, azúcar y agua con n variedades a adicionar: leche, ron, chocolate,
cítricos, canela, etc.
En la industria
textil no pueden faltar las combinaciones de colores, pero tampoco del material
a emplear: fibras naturales (Algodón, Lana, Seda, Lino,
Esparto, Cocotero, Cáñamo, Sisal), artificiales o sintéticas (Poliéster,
Nailon, Spandex, Rayones).
En la industria del
petróleo, cuya mezcla la forman hidrocarburos, azufre, nitrógeno, oxígeno y, en
menor proporción, metales; en los tipos de combustibles como derivados
encontramos: Gasolina, Queroseno, Gasóleo, Fueloil, Aceites lubricantes,
Propano, Biocombustibles, Líquidos de gas natural.
En el caso de la luz
blanca que nos acompaña casi todas las mañanas al despertar, que se descompone
en violeta, índigo, azul, verde, naranja y rojo, apreciables con el uso de un
prisma.
En el vestir no puede
faltar las prendas que según el estilo (casual, clásico, romántico, vintage, rockero,
deportivo y minimalista), usted deberá en cuenta como forma de expresión
personal, de identidad y también su personalidad.
Si nos trasladamos a
la vida moderna - concepto que se relaciona con el progreso, el desarrollo
tecnológico y la urbanización – encontramos en las personas el uso de tatuajes,
cuyos componentes formados mayormente por tintas, estas contienen titanio, níquel,
así como cobre, manganeso y el plomo. Nota: casi, casi "una fábrica de
metales y de la tabla periódica encima”.
Si retomo el arte
culinario que decir de una buena sopa con ingredientes varios: agua, especies,
vegetales, crustáceos, ganado vacuno o bovino, aves, animales vertebrados
primariamente acuáticos Nota: sencillamente peces.
Qué decir de una pizza[1]
que combina masa, tomate, quesos variados, embutidos (italianos y picantes), aceitunas,
champiñones, pimientos, mariscos, albahaca fresca, etc.; su origen de consumo, en
los barrios más humildes de la ciudad de Nápoles, donde se consumía una especie
de pan recién sacado de un fogón de leña desde principios del siglo XVI.
¿Y en el caso de la
paella? La paella tiene su origen en la Comunidad Valenciana, España. Surgió en
las zonas rurales de Valencia como un plato preparado por los campesinos con
ingredientes frescos disponibles en el entorno como arroz, verduras, conejo y
pollo, que, en el caso particular de un amigo español, me decía «al arroz se le
hecha todo lo que sobre del día anterior».
¿Y en la creación u origen del ser humano? Producto de la combinación, mezclas (mix) de espermatozoides y óvulos, y que, como parte de sus componentes, encontramos a los cromosomas sexuales X e Y, que en combinación determinan el sexo de una persona.
Por lo visto y a modo de una primera conclusión: ¡La vida es una mezcla!
[1]
La mayoría de ellas atribuyen el mérito a los italianos, maestros pizzeros que
la popularizaron por todo el mundo. Una historia muy extendida asegura que la
pizza se inventó en el sur de Italia hace más de 2.000 años.
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