Dando respuesta a
solicitudes de varias personas, en que nos recomiendan que ayudemos con algunos
temas, de modo tal que tengan un carácter reflexivo y que cuando esa o esas
personas se vean “pintadas” traten de cambiar, al menos ceder un "poquito" porque
realmente en muchas ocasiones, sus cualidades, sus caracteres, cuestan que sean
asimilados por el resto del colectivo. Por lo anterior hoy me referiré a la
persona, cuyo lenguaje resulta agresivo.
Primero puede ser un
personaje, que por supuesto puede encontrarse en cualquier centro de estudio o
trabajo. No resulta excluyente de ningún medio o profesión. Nada, que hay gente
que es simplemente así. La idea entonces es tratar, de que esa persona se de
cuenta, de su forma de ser y trate de cambiar. Segundo describamos un poco sus
características cuando se refiere a algo o alguien: habla de forma impositiva,
directa, firme. Es la persona que tiene toda la razón, lea bien, toda, donde nada
ni nadie podrán cambiar, esa forma de pensar.
Con su cuerpo, que es lo
que se denomina como comunicación no verbal, suele mantener la mirada fija,
usar gestos amenazantes, mantener la cabeza y los hombros hacia atrás y tronco
derecho (estilo “gallo” de pelea); y moverse de forma que invade el lugar del
otro. Si está en una reunión y no le ceden la palabra, cuando la solicita, se
haya en peligro de “estallar” y así lo delata su cara enrojecida, cuando la
presión anda por la “joroba grande”
Resulta elemental que una
persona que tenga esta forma de actuar, de comunicarse, podría ser más bien una
persona que de alguna manera u otra
podrá ser aceptada, pero posiblemente sin una comunicación adecuada o más bien
que no la quieran recepcionar, porque justamente los receptores se sienten
golpeados, avasallados. Puede darse el caso que la conducta agresiva puede
ayudarle a conseguir sus objetivos, pero sólo a corto plazo, y a menudo sus
consecuencias serán tan negativas, que pongan en duda la validez, dado el daño
que provoca, al humillar a las personas de su entorno laboral o estudiantil,
dañando seriamente las relaciones. Este estilo de comunicación, considerado
agresivo, conlleva a una violación de los derechos que todas las personas
tienen. ¿Qué tal si fuese de este otro modo? Por ejemplo. Al iniciar el tema de
conversación habla de de forma directa y firme, pero no impositiva, usando
frases tales como: “deseo que…”, “opino que…”, “quisiera que…”
¿Y en el caso del
movimiento corporal, para comunicarse? Respecto a los mensajes que envía con el
cuerpo, puede mantener el contacto ocular, entiéndase mirar a la persona a la
que se dirige, pero no de forma continua, ni intensamente; sin emplear gestos
amenazantes; conservando la cabeza alta, pero no echándola hacia atrás (gesto
que añade hostilidad a su comportamiento); moviendo su cuerpo, pero sin invadir
el espacio personal del otro u otros.
Debe quedar claro para
todos y todas que como seres humanos, esta cualidad u otras sobretodo las
negativas, difícilmente puedan modificarse de un solo, pero sí al menos
disminuir o reducir la manifestación de la conducta de la persona, es por ello
que es necesario ensayar conductas eficaces en situaciones concretas.
¿Es usted en su
comunicación agresiva? ¡Cambie!
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