
Suele darse el
caso de directivos que están frente a una institución por años, consolidando
prestigio por su liderazgo, experiencia misma a lo largo de su vida – ideal si
tiene una formación pedagógica, reitero ideal – haber ejercido la profesión
como docente de base a través de diferentes niveles de educación (primaria,
secundaria y universitaria), así como una de las cualidades o virtudes que en
lo personal es vital para un educador y lo es: la comunicación con su entorno (profesores,
estudiantes, administrativos, personal de apoyo, padres de familias), cuyas
palabras deberá demostrar dominio de los procesos educativos, cumplimiento de lo establecido en los
reglamentos, normas, tolerante, flexible y exigente.
A lo anterior se
suma la sencillez, accesibilidad, saber escuchar, discernir y tomar las mejores
decisiones preferentemente avaladas por un equipo de trabajo (consejo), si
fuese así diría ¡EUREKA!, famosa interjección atribuida al matemático griego
Arquímedes de Siracusa (287-212 a. C.), hoy en día empleada como celebración de
un descubrimiento, hallazgo o consecución que se busca con afán. Hecho que me
induce a la revisión del perfil por parte de las instancias superiores que
correspondan y sobre todo cuando el saliente era de “armas tomar”, entiéndase sacar
las cosas adelante.
No todos nacen o
nacemos para una ocupación específica, lo cual crea un camino no tan lineal y
en ocasiones escabroso, hecho que nos permite caer en errores, rectificaciones
y que poco a poco se va labrando hacia situaciones mucho más aceptables. Sin
embargo, lo de poco a poco, cuando la institución es educativa, no puede ser tan
lenta, ya que “la arcilla” que se forma son niños, jóvenes, tanto en valores,
como en aprendizajes y aplicación de los
conocimientos, no nos permite “botar” el tiempo.
¿Quién ha de ser
el primer bastión en quién apoyarse? Los docentes, profesores/as, los
verdaderos “combatientes de primera línea”, responsabilizados con la educación
integral de alumnos, estudiantes, de poner en práctica los lineamientos que la
institución establece a través de sus políticas, misión, visión, metodologías,
enfoques y manteniendo siempre una comunicación diáfana, transparente y de
retroalimentación bilateral, lo cual permita identificar como marcha el proceso
y enrumbar de ser necesario al cumplimiento de los objetivos propuestos a corto,
mediano y largo plazo .
Hay quienes
consideran – respeto criterios – que el estudiante debería ser primero, en
cuanto a atención, lo cual discrepo pero que no resta que dejen de serlo. Un
auto (institución), no se mueve sino tiene combustible (docentes), por tanto
sus clientes (estudiantes) no podrán ser trasladados por el mejor camino (formación
para la vida). Luego, si los hechos fuesen así, donde hay preocupación en el
profesorado mismo, ¿llamarías al 911?
Excelente. Es importante la formación en administración de instituciones educativas que tienen su dinámica particular. La educación como negocio es un asunto muy sensible, porque se trata de la formación y el traspaso del conocimiento generacional, cualquier desmotivacion por parte de sus actores, repercute de forma muy negativa en los procesos claves , resultando en la pérdida de calidad.
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