lunes, 3 de mayo de 2021

Calidad versus pandemia. Parte II y final.

En la edición anterior nos referimos a algunos consejos (tips) necesarios de lo que el docente – con políticas de apoyo bien definidas por la institución - podría modificar en su labor cotidiana y en particular a la estructura de la clase que debe cambiar, dejando atrás el formalismo de introducción – desarrollo – conclusiones.

Y concluimos haciendo alusión a que el rol del docente, debe cambiar. Comenzamos.

Hablar de rol ¿su definición? “Función que una persona desempeña en un lugar o en una situación”, que, en el caso del docente, es el aula, el laboratorio, donde el estudiante realiza su práctica, pero también desde su casa (en tiempos actuales, donde en el mejor de los casos desde la propia escuela la cual ha creado las condiciones para que el docente desde allí se comunique con sus estudiantes, pero desfavorablemente no es la mayoría)

En tiempos no de pandemia, ya lo conocemos todos como es el ACTUAR, y cuando menciono la palabra en mayúscula, no es clase donde solo el docente habla, expone y el chico anota y finalmente recibe las orientaciones de la tarea. NO.

No queda duda que las TIC (vinculadas a la Educación), llegaron mucho antes de la pandemia (1990) y que si bien los estudiantes “nos ganaron a los docentes” en el uso de las mismas (aunque no todos cuentan y contamos con los recursos idóneos), el “Talón de Aquiles” o reto era redireccionar los recursos tecnológicos para el uso de la escuela, porque su uso inicial era (jugar, jugar y comunicarse (o mal comunicarse)

Llegó el COVID y aceleró todo, reitero, ¡todo!; pandemia que se irá algún día, pero en el caso de las TIC, no. De aquí que cambie el rol del docente. No es posible obviar que si la Real Academia Española (RAE) se vio obligada a aceptar nombres tecnológicos como Webinar, chatear, etc.; los docentes tendrán que hablar “el mismo idioma”

Comunicarnos MÁS; compartir material de apoyo (videos, imágenes, gráficos, infografías, podcast, juegos, otros); aclaración de dudas; evaluar, etc.

Aunque diría que lo vital – aunque no le resto ninguna importancia a lo antes escrito – es el acompañamiento al estudiantado, entiéndase darle sistematicidad al desempeño del estudiante, su avance, su comprensión, el logro de los objetivos o competencias (amen del enfoque que haya asumido la institución) gradualmente; conducir al que se va quedando detrás, apoyándose en los que van mejor, para que ayuden o colaboren con el grupo en desventajas.

Haciendo énfasis en las competencias blandas o interpersonales, que, como herramientas, en correspondencias con las tecnológicas deberán ser atendidas de forma permanente. Este ha de ser el nuevo rol del docente – con o sin pandemia – lo cual será necesario, diría que una condición si usted como docente desea que sus estudiantes lo recuerden como MI EXCELENTE PROFESOR(A)

Antes de concluir, si bien definimos rol anteriormente, les comento que dicha palabra proviene del inglés role, que significa “papel de un actor”, y este a su vez viene del francés rôle. Luego estimado docente/profesor(a), ¡la función va a comenzar! Y sus estudiantes como público, los esperan con avidez de aprender (a aplicar) y en cada acto – clase, si su ACTUAR es de calidad, los aplausos se multiplicarán con mucho eco a través de las redes sociales.

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