Lava emanada o colada – que sobre pasa una temperatura de más
de 1200 0 C – “engullendo” y calcinando todo lo que encuentra a su
avance: explotaciones agrícolas y ganaderas, más de 2000 construcciones, redes
de suministro hidráulico y eléctrico.
A lo anterior se suma el daño al medio ambiente, siendo este
el siguiente: La emisión a la atmósfera de dióxido de azufre (SO2)
donde se estima entre 6140 y 11 500 toneladas diarias; también la producción de
gases tóxicos, como el ácido sulfúrico (H2SO4), ácido clorhídrico (HCl) y ácido fluorhídrico (HF).
La temperatura del agua, al recibir la lava se elevó a más de 1000 0
C.
¿Qué decir de la población? Personas evacuadas con pérdidas
totales de sus casas[2],
negocios (pérdidas de 1.3 millones de kilogramos de frutas, cada semana), donde
prima la incertidumbre, el miedo, el desconocimiento total de lo que le depara
el futuro.
Todo este ejemplo de desastre natural - término que hace
referencia a las enormes pérdidas de materiales y vidas humanas ocasionadas por
eventos o fenómenos naturales, como terremotos, inundaciones, tsunamis,
deslizamientos de tierra, entre otros -, me hace pensar si la migración - problema actual donde se ven
involucrados millones de personas en el mundo, no puede ser considerado ¿un
desastre natural?
Para establecer un paralelismo, tratando de dar respuesta a la
interrogante anterior, veamos la definición de migración: “Desplazamiento de
una población que se produce desde un lugar de origen a otro destino y lleva
consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las personas o del
hábitat en el caso de las especies de animales migratorios”
Pasemos a su análisis comparativo: La lava del volcán fluye y
provoca daños materiales y ambientales; la migración
por su parte, se desplaza (como la lava) desde un lugar de origen a otro
destino, pero ¿genera pérdidas humanas?
Tal vez la respuesta pudiera resultar elocuente y no necesariamente traída por “los pelos”, inclusive usted estimado lector, está en pleno juicio de discrepar o no en cuanto al “traslado comparativo” entre desastre natural y la conversión de la migración, como una nueva modalidad de desastre natural.
Los entornos son diferentes: La naturaleza en sí, entiéndase “Conjunto de las cosas que existen en
el mundo o que se producen o modifican sin la intervención del ser humano”,
que de eliminar lo subrayado, me confirma que son términos o
definiciones diferentes, al no intervenir el ser humano, sí, en el caso de la
migración.
Aunque un fenómeno conduce a otro – del natural al social -, que, en el caso de la migración, otros muchos son los factores que actúan como catalizadores, los cuales estaremos analizando en próximas ediciones y que nos afecta a todos[3].
[1] En el momento que escribíamos este artículo se
confirma por especialistas que todavía queda erupción para largo tiempo,
pues los datos no indican lo contrario. "La lava sale de forma más
tranquila, ya no sale como una especie de fuente. La realidad es que la
deformación continúa estable, hay sismicidad abundante y no hay elementos
que indiquen hacia el fin de la actividad"
[2] La
localidad palmera de Todoque quedó sepultada por completo bajo la lava.
[3]
Este artículo fue publicado por el propio autor en el periódico El Regio.com de
Monterrey México, en Octubre 2021, con leves modificaciones para este blog.
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