Lo cual no excluye que seas educados en estos valores, por
los directivos y autoridades de los centros de trabajo, empresas, sobre la base
de un proceso de evaluación, coevaluación y autoevaluación sistemática, que ayudarán
no solo a la estimulación sino además a corregir “los ensayos – errores”, de
los cuales aprendemos o nos enseñan para ser enmendados y superados.
Definamos tolerancia[2] y
analicemos como trasladar de forma concreta – a modo de propuestas -,
actividades de como trabajar la adquisición de este valor en la enseñanza.
¿Tolerancia? “Cualidad
personal que implica la capacidad de aceptar las opiniones, creencias,
normativas y sentimientos de los demás, comprendiendo que las diferencias de
puntos de vista son naturales, inherentes a la condición humana, y que deben
ser respetadas y aceptadas sin ninguna crítica por ello”
Pero, ¿cómo trasladar o fortalecer, formar o educar
este valor a nuestros educandos? Te cito varios ejemplos:
·
Presentarles imágenes evocadoras para poder hablar sobre ellas y sobre
lo que representan.
·
Jugar con las denominadas imágenes de percepción, para hacerles conscientes
de que siempre pueden existir diferentes puntos de vista, ninguno más válido
que el otro.
·
Hacerles reflexionar sobre el valor de la palabra: cómo la lengua, el lenguaje no verbal o el modo de expresarse
pueden suponer un foco de conflicto o de falta de respeto.
·
Plantear actividades a partir de historias,
relatos, noticias (a través de medios televisivos, digitales, escritos) con la tolerancia.
·
Proponer un proyecto
transversal sobre el tema de la tolerancia, abordándolo desde
diferentes asignaturas y con distintos enfoques.
·
Emplear materiales audiovisuales para fomentar la reflexión, desde películas o documentales hasta
vídeos cortos para ser debatidos.
·
Tener claro que nuestros hijos viven en un
entorno totalmente tecnológico en el que reciben todo tipo de
mensajes y por diversos canales (televisión, Internet e incluso
las redes sociales). Los padres tienen la obligación de enseñarles a usar estas
herramientas para que de forma conjunta sepan discriminar los mensajes
intolerantes.
·
Educarlos en hacerles entender que las opiniones son relativas y discutibles y que no
se tiene la verdad absoluta; ser capaces de expresar el punto de vista
propio sin herir los sentimientos de los
demás.
· Ser tolerantes con las personas que tienen un ritmo de aprendizaje más lento; con los que profesan diferentes religiones o ideologías políticas; hacia aquellos que tienen una diferente posición económica; diferente etnia, con los discapacitados.
En definitiva, la tolerancia es aceptar y abrazar la diferencia, apreciar la diversidad, no tener miedo, respetar a los que no son o no piensan como nosotros, considerándolos como iguales, saber escuchar, ayudar y empatizar. Si somos tolerantes, seremos más cultos, más inteligentes y más humanos, seremos esponjas dispuestas a absorber conocimientos, experiencias y sentimientos de otras personas, siempre abiertos a nuevos aprendizajes.El mundo sería un lugar mejor si todos fuésemos más tolerantes con el “diferente”, con el de otro país, con el de otra cultura, con el que habla otro idioma, con el que viste o piensa distinto, mediante la introspección y autocrítica constructiva, como docentes o padres, como personas. Eso sí, debemos empezar por ser tolerantes con nosotros mismos, de ese modo estaremos preparados para serlo con los demás.
[1] Motivo de análisis en un artículo posterior, como parte del libro que más adelante convertiremos en un e-book y que les haremos llegar gratuitamente.[2] Considerada una competencia blanda, entiéndase características y competencias personales que muestran cómo una persona se desenvuelve con los demás. Es una similitud de habilidades sociales o habilidades interpersonales.
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