Un mundo éste último – el cual te “filtra”, para pasar tu
condición de emigrante a inmigrante - , el cual comienzas a conocer a partir de
su entrada: documentos, motivos de la estadía, lugar de residencia, personas
que te amparan y se hacen responsable de tu cuido económico, constituyendo una
vía temporal que dependerá de muchos elementos, siendo uno de ellos, el vínculo
familiar ante una reclamación solicitada y aceptada por el país que te recibe
otorgándote la visa.
Diría que un primer escalón – donde excluyo el tiempo de
espera, que puede perfectamente ser años -; el siguiente ascenso, sería la
búsqueda de trabajo (donde no siempre la estancia de quienes te aceptaron será
permanente, sino provisional), sobre todo cuando eres una persona o en la mayoría
de los casos, cuando de uno depende la alimentación del núcleo familiar, que se
convirtieron en inmigrantes junto a ti, y no todos están aptos para trabajar,
pero si necesitan alimentarse y al menos tener un techo.
Y, ¿cuántos regresan? (entiéndase deportados), para muestra un
botón[1]:
¿Posibilidad de éxitos? Por supuesto, quienes partieron de cero y lograron cumplir – parte de sus anhelos -, siendo adultos, tal vez no logrado para sí, en su totalidad, pero con la esperanza que para aquellos que fueron niños o adolescentes y que los acompañaron en la osadía, algunos años después alcancen una vida que se acerque a lo soñado, que no necesariamente está al doblar de la esquina o bien al “cantío de un gallo”[2].
[1] Fuente:
Elaboración propia sobre la base de Secretaría de Gobernación (SEGOB), 2016;
Gobierno de Guatemala, Migración, “Guatemaltecos deportados desde México” [en
línea] http://igm.gob.gt/, 2018; Gobierno de El Salvador, Dirección General de
Migración y Extranjería (DGME), “Salvadoreños retornados”, San Salvador [en
línea] http://www.migracion.gob.sv/, 2017.
a) Las cifras se refieren a eventos debido a que una
misma persona pudo haber entrado al país en más de una ocasión. Los registros
corresponden a extranjeros que presentaron pasaporte aún vigente con la
nacionalidad de esta región geográfica.
b) Datos hasta junio 2018.
[2] Locución adverbial de tiempo, empleado por el campesinado, que al escuchar el canto del gallo, desde por allá, está muy lejos, lo que se busca.
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