Donde mucho acerca de ello surge de tradiciones populares
que se transmiten de generación en generación – que, en mi caso particular, mi
madre hacía alusión a que su mamá (es decir mi abuela, persona de campo), la “educaba”
a través de relatos, en que no era adecuado hacer lo cual favorecía la buena
suerte (o alejaba la mala), como es el caso que a la hora de soplar una torta
el día del cumpleaños[1],
debe lograrse de un solo apagar todas las velas[2].
A lo anterior, como “antídoto”, - también de origen
ancestral - era recomendable contar con un amuleto[3],
correspondiente a un objeto portátil al que se le atribuye un poder mágico
capaz de dar salud o suerte o de beneficiar a la persona que lo tiene en su
poder y lo lleva encima.
Objetos que suelen estar muy presentes en la sociedad actual
y que inclusive suele vincularse a la combinación en cuanto a colores, con el
vestuario – mucho más las féminas – donde la diversidad de formas es muy
amplia: animales (suelen colgarse como dijes, aretes o medallas: trébol de 4
hojas, búhos, yin yang; minerales (como
es el caso de las gemas: ámbar, granate, perlas, topacio, turquesa, turmalina),
vegetales (Rosa de Jericó) y otros símbolos (en forma de martillos, manos),donde
cada uno de ellos tiene un propósito especializado, aunque todos tengan la
finalidad de protegerte de problemas, malas intenciones o enfermedades.
Pero, ¿acaso el uso de los mismos, contradice a lo planteado
por otras religiones? Por ejemplo: El crucifijo ha sido considerado a lo largo
de la historia como una potente arma contra los demonios y los malos espíritus;
a ello le sumamos el uso de escapularios o medallas (Virgen de Guadalupe, la
Caridad del Cobre, etc.); otra modalidad, resulta colocar en los retrovisores
de sus vehículos rosarios o imágenes de Santos, como una manera de propiciar la
protección de los viajeros durante el trayecto.
Luego, ante un mundo tan diverso en cuanto a culturas,
creencias y de hechos o fenómenos naturales y sociales, vinculados a la
violencia, pobreza, desigualdades queda a criterio de lector, su uso o no, ¿qué
realmente nos proteja? Es posible. ¿Qué nos falle? Es posible.
¿Qué saldrás bien en la evaluación que te realicen o que te
otorguen la plaza vacante, que necesitas? Dependerá además de tu creencia y del
amuleto o amuletos que utilices, de estudiar mucho, superarte, prepararte más
que bien.
Tus ancestros, con sus creencias, sus relatos, sus cuentos,
lo que recoge la historia al respecto, ligado a vivir – como propósito - con
una buena vibra, entiéndase “sensación o sentimiento instintivo que percibe
una persona como emanados de otra, de un lugar, o de un objeto”, que, aunque
algunas veces te caigas, pero seguro que te volverás a levantar.
En una ocasión un directivo me preguntó, que ¿por qué utilizaba
a pesar de mi edad, además con responsabilidades como educador, teniendo que
lidiar con estudiantes y docentes, un lazo rojo, en mi mano izquierda?, ¿Qué si
era una moda?
Por cierto, ¿cuál es su amuleto?
Interesante estimado Ernesto.
ResponderEliminarCreo en la seguridad en sí mismos, la preparación permanente, el empeño en superarnos, aunado a la fe, las creencias, las tradiciones, las relaciones sociales, o lo que cada individuo considere que le hace bien, son un amuleto de la buena suerte.