El o la autodidacta es una persona creativa, capaz de
salirse del aprendizaje clásico o tradicional y construir caminos propios sobre
un conocimiento que cautiva especialmente su interés; como hemos mencionado se
requiere de un gran esfuerzo, pero además práctica, constancia a través del
tiempo y ser autocritico para poder visualizar los propios errores (lo que
denomino ensayo-error), convirtiéndolos en experiencias y nuevos puntos de
inicio.
En mi caso personal, suelo, pedir apoyo para solucionar
problemas usualmente en el campo de la tecnología que por supuesto es muy
amplio y en particular en el uso de programas o aplicaciones que forman parte
de Microsoft Office[2],
sobre todo aquellas más ligadas a la educación, que creo que no se escapa
alguna.
Otro instrumento al cual le dedico mucho tiempo, un tanto
racional, es a lo que debe contener mi celular, tableta, computadora y que en
especial se vinculen una con otra, entiéndase para citar un caso la
programación de mis actividades diseñadas en el calendario y que me notifiquen.
Que al parecer es una comodidad, como un factor propositivo,
pero tratando al máximo evitar la dependencia casi ¿opiómana?, y por otra parte
ejercitar la memoria como medida anti- alzhéimer.
Hasta aquí parece que todo me sale bien y descubro
autodidactamente lo que necesito, sin embargo, no es real, a veces cuesta y
solicito ayuda a amigos, compañeros (Nota: preguntando se llega a Roma), que en
ocasiones por la premura –algo así de que hasta que
no lo solucione, no me detengo– retomo con un mayor detenimiento haciendo uso
de la lógica-investigativa.
Todo este análisis, para mis años de existencia acumulado, en
el uso de la tecnología, pudiera resultar contradictorio a las generaciones
actuales de jóvenes ¿X, Y, Z, Milenium?, que son ávidos en el uso de dichos
recursos, donde la diferencia ha de estar en la ausencia de obligaciones que
tenemos los adultos por una parte y en el peor de los casos cuando el uso es
para comunicarse o realmente mal comunicarse plegado por horrores ortográficos,
carencia de redacción, lenguajes propios que rayan en el misticismo, y no
acercarse como debiera ser mucho más al estudio, al aprendizaje.
Obviamente el resultado de los solicitado habrá de ser
evaluado: ¿cómo llegaron a ese resultado?, ¿dificultades presentadas?, ¿pudo
tenerse más de una solución?, ¿por qué la diferencia con otros proyectos
semejantes?
Y ya a punto de concluir mi cuartilla, ligado al autodidactismo, considero una pieza clave complementaria, la perseverancia. ¡Insista, si se cae, levántese, seguro que lo podrá lograr!
[1] El
origen etimológico remite al francés autodidacte, sobre el griego autodídaktos,
el cual postula los elementos autos, que pauta uno mismo, y dídaktos, en
alusión a lo enseñado, siendo éste la forma en pasado participio de didaskein,
que en este caso apunta a enseñar.
[2] Suite
ofimática de aplicaciones para computadoras de escritorio, servidores y
servicios para los sistemas operativos Microsoft Windows, Mac OS X, iOS,
Android y Linux.
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