lunes, 23 de enero de 2023

Canas

Con el paso del tiempo, al conversar con una amistad, familiar que por algún motivo u otro – hacía rato que nos veíamos- como todo ser humano que al ver algo o a alguien los “evaluamos” físicamente, que ha cambiado, o no, con esa frase del alguien (diría, que te quiere mucho) «¡pero si sigues igualito!», cuando en realidad no lo es, porque los años pasan…y vamos acumulando experiencia.

La lógica es que nos ven, pero no nos vemos así mismo en el momento que estamos entablando la conversación presencialmente, a diferencia de cuando lo hacemos virtualmente mediante algún recurso electrónico en un cuadrito pequeñito en una esquinita del mismo.

Lo habitual es que nos veamos todos los días al menos en un espejo, por ejemplo, al cepillarnos los dientes, al peinarnos, donde dada la sistematicidad cotidiana, TAL VEZ, no nos damos cuenta que efectivamente hay cambios en nuestro rostro.

Realmente, ¿me están pasando los años por encima? Muchos son los vestigios que lo pueden evidenciar, desde joven, por ejemplo, el caso de los varones que quisieran tener barba y son más lampiños que el glúteo de un bebe, y cuando sale el primer vello, sonríen en señal de la premisa que pronto seré barbudo “estando al doblar de la esquina”

Con el pasar de los años salen canas (producto de la pérdida de la melanina[1]), ligados a factores étnicos[2] y hereditarios) que pueden evidenciarse a partir de los 30 años inclusive, en la barba, en la sien, en las cejas, parte posterior de la cabeza.

Además de los factores antes mencionado, se plantea que el estrés constituye otro elemento a tener en cuenta que acelera el proceso de encanecimiento y cito varias anécdotas: Cuando la segunda guerra mundial[3], un soldado soviético de unos 20 años, junto a otro compañero de mayor edad, hubieron de refugiarse ante un bombardeo nazi, transcurrido esto último, al salir del agujero el bisoño soldado estaba completamente canoso; que decir del presidente Barack Obama[4], que con 48 años entró a la presidencia y al concluir 10 años después su pelo es totalmente canoso[5].

¿Y en el caso de mis colegas y ex colegas docentes?, que viven en un estrés constante: preparación de clases; manejo de las herramientas TIC, grupos de clases sobresaturados de estudiantes, horarios disimiles, la impartición de varias asignaturas, a lo que se suma la disciplina que habrá de mantener en sus aulas; pero además que como todo ser humano, son muchas las ocasiones que presentando problemas personales como todo excelente actor/actriz, tendrá que “brillar sobre las tablas” reflejando en su rostro dulzura, pasión por su labor y soslayando lo pendiente que tiene en su hogar.

Es cierto, que hay personas que deciden sostener el color de su pelo, otras no (sin distinción de sexo), siendo una decisión muy personal, pero en definitiva para gustos… tintes o no. 



[1] Aminoácido, presente en los seres vivos, siendo un pigmento -y en particular la eumelanina que se encuentra en la piel, en el iris y en el cabello, y su concentración da la coloración al cabello gris, negro, rubio y castaño.

[2] Los caucásicos son los más tempranos, en torno a los 30 años, seguidos de las personas asiáticas que comienzan a tener canas a los 40, y por último gran parte de los negros conservan su color hasta pasada la cuarentena.

[3] 1 sept 1939 – 2 sept 1945.

[4] 44.º presidente de los Estados Unidos de América desde el 20 de enero de 2009 hasta el 20 de enero de 2017

[5] En una entrevista realizada por la cadena NBC, expresó "Son gajes del oficio". Y añadió que "pueden influir los problemas", aunque achaca a la genética su plateado de sienes.

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