Con el paso del tiempo, al conversar con una amistad, familiar que por algún motivo u otro – hacía rato que nos veíamos- como todo ser humano que al ver algo o a alguien los “evaluamos” físicamente, que ha cambiado, o no, con esa frase del alguien (diría, que te quiere mucho) «¡pero si sigues igualito!», cuando en realidad no lo es, porque los años pasan…y vamos acumulando experiencia.
La lógica es que nos ven, pero no nos vemos así
mismo en el momento que estamos entablando la conversación presencialmente, a
diferencia de cuando lo hacemos virtualmente mediante algún recurso electrónico
en un cuadrito pequeñito en una esquinita del mismo.
Lo habitual es que nos veamos todos los días al
menos en un espejo, por ejemplo, al cepillarnos los dientes, al peinarnos,
donde dada la sistematicidad cotidiana, TAL VEZ, no nos damos cuenta que efectivamente
hay cambios en nuestro rostro.
Realmente, ¿me están pasando los años por encima? Muchos
son los vestigios que lo pueden evidenciar, desde joven, por ejemplo, el caso
de los varones que quisieran tener barba y son más lampiños que el glúteo de un
bebe, y cuando sale el primer vello, sonríen en señal de la premisa que pronto seré
barbudo “estando al doblar de la esquina”
Con el pasar de los años salen canas (producto de
la pérdida de la melanina[1]), ligados
a factores étnicos[2]
y hereditarios) que pueden evidenciarse a partir de los 30 años inclusive, en la
barba, en la sien, en las cejas, parte posterior de la cabeza.
Además de los factores antes mencionado, se
plantea que el estrés constituye otro elemento a tener en cuenta que acelera el
proceso de encanecimiento y cito varias anécdotas: Cuando la segunda guerra
mundial[3], un
soldado soviético de unos 20 años, junto a otro compañero de mayor edad, hubieron
de refugiarse ante un bombardeo nazi, transcurrido esto último, al salir del agujero
el bisoño soldado estaba completamente canoso; que decir del presidente Barack
Obama[4],
que con 48 años entró a la presidencia y al concluir 10 años después su pelo es
totalmente canoso[5].
¿Y en el caso de mis colegas y ex colegas docentes?, que viven en un estrés constante: preparación de clases; manejo de las herramientas TIC, grupos de clases sobresaturados de estudiantes, horarios disimiles, la impartición de varias asignaturas, a lo que se suma la disciplina que habrá de mantener en sus aulas; pero además que como todo ser humano, son muchas las ocasiones que presentando problemas personales como todo excelente actor/actriz, tendrá que “brillar sobre las tablas” reflejando en su rostro dulzura, pasión por su labor y soslayando lo pendiente que tiene en su hogar.
Es cierto, que hay personas que deciden sostener el color de su pelo, otras no (sin distinción de sexo), siendo una decisión muy personal, pero en definitiva para gustos… tintes o no.
[1] Aminoácido,
presente en los seres vivos, siendo un pigmento -y en particular la eumelanina que
se encuentra en la piel, en el iris y en el cabello, y su concentración da la
coloración al cabello gris, negro, rubio y castaño.
[2] Los
caucásicos son los más tempranos, en torno a los 30 años, seguidos de las
personas asiáticas que comienzan a tener canas a los 40, y por último gran
parte de los negros conservan su color hasta pasada la cuarentena.
[3] 1
sept 1939 – 2 sept 1945.
[4] 44.º
presidente de los Estados Unidos de América desde el 20 de enero de 2009 hasta
el 20 de enero de 2017
[5] En
una entrevista realizada por la cadena NBC, expresó "Son gajes del
oficio". Y añadió que "pueden influir los problemas", aunque
achaca a la genética su plateado de sienes.
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