Hará algunos años atrás hubiese dicho – cuando escribo –, en este momento menciono tecleo, lo cual conlleva a la perdida de tratar de descubrir y conocer mi carácter y personalidad a través del estudio y el análisis de la escritura manuscrita[1], como parte de un método investigativo.
Sin embargo, conocerme a mí mismo
o auto conocerse resulta complejo – como parte de un proceso que dura años –
para lo cual no estamos preparado conscientemente menos cuando somos niños al
no tener conocimiento propio esencialmente de nuestros errores, donde
posiblemente la única retroalimentación provenga del regaño o llamado de
atención de nuestros padres, así como de los profesores.
Ya un poco más crecidito, puede
reiterarse lo mismo al no poseer la madurez necesaria, donde nos seguimos
equivocando, de aquí el refrán (algo así) como “El ser humano es el único
ser vivo capaz de tropezar con la misma piedra varias veces”, por ejemplo:
portarse mal en clase al no entregar las tareas, llegadas tardes y en el peor
de los casos realizar un fraude mediante la copia u otras modalidades.
De aquí la ardua labor de los
padres y la necesaria comunicación con los docentes para que estos hechos y
otros no sucedan, al menos para reducir la posibilidad de cometer un error y en
el peor de los casos, ser reiterativo, por parte de los hijos.
Al abordar el tema de la
Educación sexual en una charla para estudiantes de primer año de diversas
carreras, lo que se aprendía en “boca” de los amigos años atrás, donde los más
adultos nos explicaban las bondades del sexo, algo así como un reto de no haber
tenido relaciones sexuales todavía (casi un pecado) o bien ser auto instruido
con alguna revista porno, hoy para los jóvenes resulta mucho más sencillo al “sumergirse”
en las redes sociales.
De aquí que exista por una parte
el aprendizaje ERRÓNEO de “aprender mucho más rápido” bajo la modalidad virtual
y con ello la ausencia del padre o la madre en orientar debidamente una
adecuada conducta sexual, vinculado a aspectos emocionales y vinculados con la
pareja, como son el respeto, la comprensión, etc.
Luego no quedan dudas – a pesar de abordar este
artículo, hablando de un tema tan controversial que en muchas ocasiones raya
entre el mito y el tabú – que todos necesitamos consejos, todos, previo a la
toma de decisiones, donde las opciones pueden reducirse a un Sí o un NO.
Hace poco una joven de otro país,
la cual nos contactamos a partir de mis publicaciones siempre en temas de
educación por diversos medios, me solicitaba consejos acerca de estudiar una
maestría en el extranjero, dado que se encontraba desempleada (siendo docente)
y que veía esa opción de alcanzar un grado superior lo que le permitirá un
punto a su favor para laborar en lo que le gustaba: la docencia.
Ello conllevo a abordar temas
medulares de su entorno familiar, los pros y los contras, donde uno de los
problemas era el tener un hijo (4 años) siendo madre soltera.
Hablamos de planes A, B… y creo
que no llegamos al Z, porque a larga de lo conversado se infería analizar los
diferentes necesarios a corto y largo plazo, para llegar a la toma de decisión,
obviamente una decisión muy personal.
Conversamos tal vez…20 – 25 minutos y le desee, que todo le saliese bien, que era muy complejo, pero que la decisión era suya; a la mañana siguiente recibí un mensaje ¡Gracias por sus consejos, los tendré mucho en cuenta! No le respondí, pero en mi cara sentí el reflejo de una sonrisa.
[1] A
través de Grafología podemos llegar a reconocer los rasgos dominantes que
determinan nuestro comportamiento; las aptitudes, actitudes y los deseos
inconscientes que subyacen a éste.
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