El título pareciera ser al de William Shakespeare, en la obra (de teatro) Hamlet, donde expresa: "To be, or not to be” / "Ser o no ser", que se parece, pero no es igual; el termino creer, entiéndase «Tener algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado», nos lleva a muchos planos por ejemplo, el religioso, pero de ampliar el espectro y en particular a las orientaciones y enseñanzas que nos transmiten nuestros padres y docentes, que por supuesto han de resultar esencialmente educativas, formativas, la credibilidad se acercará a la realidad, siendo confirmada en el tiempo.
También creemos en la
información que nos brindan los textos escolares, ya en las redes las cosas
cambian, donde en muchos casos hay desbalance entre lo verdadero en cuanto a
información y las falsas noticias (fake news), teniendo en cuenta el abrumador
número de personas que comentan, que opinan, y que distorsionan un tanto el
mundo en el que vivimos.
Pero, ¿y en el caso
de los horóscopos[1]?,
he dado clic en el buscador y me han aparecido n periódicos, n, lo que me
conduce a pensar que son muchas las personas que recurren al mismo para
¿confiar?, en como le irá en el día; si bien esta carta astrológica o natal,
constituyen un método de predicción, aunque no demostrado que se basa en la
posición arbitraria de los astros al momento de nacer, considerándose por algunos
una pseudociencia.
¿Y realmente es
efectivo lo que nos enuncian? ¿lo que me dicen en el trabajo, con que signos
eres afín o no, en la salud, en lo económico y en el amor? La creencia en la
efectividad del horóscopo se ve potenciada por un fenómeno psicológico normal,
la apofenia, que se caracteriza por la tendencia a encontrar patrones y
conexiones entre cosas que no están relacionadas, nos conllevan a un análisis
de la situación actual – el entorno – para valorar si atinó o no.
Los supuestos “vaticinios”
– con frecuencias anuales, mensuales y diarias -, a la que posiblemente mientras
más amplio el período, posiblemente se desvanezca la credibilidad… «… si claro
si el horóscopo me dijo que en el segundo semestre mejoraría mi…» o sea hago
que pasó, pero si recurrimos a una más estricta, que, es el hoy, como será "mi
día", si te sale que en el amor que «… la tensión se disipará y logrará
que la atracción facilite un encuentro sinigual», ¿se perfumará ese día más?
Que en trabajo y
negocio «el clima laboral será cooperativo y facilitará proyectos» y resultas
que eres jubilado, cuando difícilmente encuentres trabajo y pases a cuestionar
tal clima, ¿el laboral?, no será ¿el del hogar?, donde la cooperación es poca,
los nietos por encima de los muebles, juguetes desordenados…
En negocios, «… momento para ahorrar…» y resulta que con dificultad le alcanzará el dinero para comprar los útiles escolares, el pago de la mensualidad de la escuela; ¿y si está próximo a casarse y la persona seleccionada para "que hasta la muerte nos separe", resulta que no es compatible o afín con los signos zodiacales, ¿renunciará al matrimonio, ¿cuándo ya las invitaciones fueron enviadas, los anillos seleccionados, el alquiler de los trajes, …?
Por lo visto con
todas las interrogantes anteriores ante los enunciados "horoscopeños u horoscopenses",
podrán poner en duda o reafirmar el vaticinio del correcto ordenamiento de los
astros.
No obstante, cuando
he leído, «tenga cuidado al manejar, ya que podría sufrir un accidente…», ese
día me traslado más despacio… ni modo.
[1]
El horóscopo se originó en Babilonia hace aproximadamente 2.500 años. Los
babilonios desarrollaron una forma primitiva de astrología, observando los
movimientos de los planetas y las estrellas para predecir eventos terrestres;
Port su parte los griegos fueron los encargados de sistematizar la técnica del
horóscopo tal y como la conocemos hoy.
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