lunes, 5 de abril de 2021

¡Cuando abandonan el nido!

No hace mucho viendo un documental sobre la naturaleza y los animales, “su modus vivendi” o manera de vivir, en particular visualizaba una serie de aves – de la misma especie – que volaban formando una V en el aire.

Por lo visto un líder al frente, que en ocasiones era suplantado por otro en función del cansancio del primero y así se remplazaban unos y otros en la propia manada.

¡Interesante y bella vista, además de cuanta inteligencia se desbordaba en el porqué de la formación, los cambios de puestos, las épocas del año que solían ser las mismas cada año, donde todo ello debía tener una respuesta!

Acaso, ¿migraban o emigraban? Analizando un tanto, ambas definiciones, encontraba lo siguiente: Migrar es trasladarse desde el lugar en que se habita a otro diferente; emigrar, abandonar el propio país para establecerse en otro extranjero, o abandonar la residencia habitual en busca de mejores medios de vida dentro del propio país… y, ¿por qué lo hacían? Cambio en las condiciones climáticas, lo cual incidía en la búsqueda de la alimentación; ¿Por qué volaban con esa formación? La respuesta: para protegerse de otros depredadores.

Todo esto lo relacionaba con el comportamiento sobre todo de los jóvenes que migran o emigran e inclusive inmigrar para trasladarse a un país extranjero para radicarse en él o instalarse en un lugar distinto de donde vivía dentro del propio país, en busca de mejores medios de vida.

Si estableciese un paralelismo entre las aves y los y las jóvenes cuando alcanzan en la generalidad de los casos la mayoría de edad (bien sea para migrar, emigrar o inmigrar) son hechos ¡casi idénticos!

Si bien ha de resultar muy difícil para los padres aceptar el que los hijos “vuelen”, soy del criterio que hay que entenderlo, claro, analizándolo tal vez como una especie de aliciente del porque lo hacen. ¿Conocer el mundo?, ¿la búsqueda de un trabajo que permita independizarse económicamente, aunque no necesariamente sea una carga para la familia?, ¿relaciones en el seno de la familia, que no son las mejores?, ¿la posibilidad de crear una nueva familia o no?

Evidentemente para las personas jóvenes que toman esta decisión, es un paso serio, que implica un proceso de madurez, de mucha reflexión, resultando imperioso la necesidad de ser escuchado y también escuchar la opinión de los padres.

¿Y el día que suceda, cuando el o ella migre? Estar al tanto (padres – hijos), de hacia dónde “vuela”, comunicarse y desearles lo mejor, porque tal vez, en alguna ocasión nosotros los padres tuvimos necesidad de migrar.

 

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