lunes, 27 de septiembre de 2021

[Se escuchan aplausos de fondo…]

¿Qué sientes o has sentido cuando has concluido un año o grado de estudio, como estudiante?, ¿Qué sienten los padres o tutores y por que no el director, coordinador, compañeros de estudio, cuando visualizan que te hacen entrega del certificado o título?

Tal vez el sistema nervioso esté o estará generando un sinnúmero de respuestas como son: sonrisa, pena, timidez, satisfacción, alegría, ganas de llorar, lo cual implica que los sentimientos estén a “flor de piel”

Cuando todo esto ocurre se pone de manifiesto como valor: la gratitud, cualidad que se otorga a la persona o personas que participan en este caso, en el ejemplo seleccionado, el cual reciben casi siempre, como la mayor recompensa para el que da y el gran gesto del que recibe, también como señal de agradecimiento por el apoyo brindado por parte de los profesores que evacuaron tus dudas, que se tomaron más del tiempo debido a través de correos electrónicos o chats.

A tus padres que no necesariamente dominaban de la asignatura o asignaturas, sin embargo, se preocupaban y que de ser posible solicitaban colaboración a otros(as), que inclusive podían dudar o no de los resultados en función de tus avances, reflejados en el boletín de notas, generando tensiones y preocupaciones.

Se han realizado estudios científicos que revelan agradecer o ser agradecido te hacen ser feliz, mejoran tu salud física y mental, inclusive te ayuda a dormir mejor, los cuales utilizan como herramienta el documentar cosas, hechos, por lo que nos sentimos agradecidos.

No queda duda que todos buscamos ser felices. Aunque, no se necesita ser feliz para ser agradecido. Más bien, ser agradecido(a) te hará ser feliz con lo que tienes. Por cierto, ¿eres agradecido(a)?

En mi caso, sí, ya que puedo interactuar -mediante esta vía - con personas tan increíbles como tú estimado lector.

Para finalizar y a modo de ejemplo que sirva de reflexión y de la posibilidad de que puedas expresar tu opinión (inclusive en el seno de tu colectivo de estudio), te cito un supuesto caso - ¿imaginario o real? – que pudiera servirte de ejemplo para que saques tus propias conclusiones. 

Un día, Ramírez se aproximó a un sitio donde se estaba construyendo una escuela, donde observó la presencia de dos albañiles trabajando: uno de ellos tenía un semblante de apatía y desconcierto. El otro, tenía una sonrisa en el rostro y se le notaba entusiasmado.

Entonces, su curiosidad le animó a preguntarle al primero: ¿Qué le parece su trabajo? El albañil ni siquiera lo volteó a ver y siguió haciendo lo que estaba haciendo. Después de unos segundos respondió: “¡Qué le puedo decir! Llevo los últimos 30 años haciendo exactamente lo mismo: poniendo un ladrillo sobre otro, a plena luz del sol. No es algo por lo que sentirse feliz, ¿cierto?”

A continuación, Ramírez, preguntó al otro albañil, al que se le notaba más animado: Y a usted, ¿Qué le parece su trabajo? “En mi caso, yo llevo 20 años en esto de la construcción, pero tan sólo de pensar que este edificio servirá para que nuevos estudiantes aprendan y se hagan personas de bien, además de durar para muchas generaciones, donde tuve la gran la oportunidad de ayudar a construirlo y dejarle algo a este país, me siento muy agradecido.” 

¿Por cuál te inclinas, teniendo a la gratitud como valor?

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