lunes, 24 de junio de 2024

¿Es usted una persona aburrida?

¿Qué le parece este ejemplo? Enciende el televisor utilizando su control remoto (objeto para muchos/as de poder) y transcurrido 5 minutos donde ya agarró un programa comenzado, inicia “un paseo” oprimiendo de manera reiterada el botón (channel = canal) y en vez de detenerse por un instante en búsqueda de una mejor opción, una y otra vez pasa por el primer canal como tratando de llegar a una meta prácticamente en el infinito, donde nunca sabrá que sucede en ninguno de los canales. 

¿Otro ejemplo? Llega del trabajo cansado, después de una jornada agotadora, su compañera le invita a bailar en “un solo ladrillito” y usted simplemente responde arrugando la cara, se quita la camisa, y responde: “mujer, pero si estoy muerto…” Si por casualidad le ha sucedido uno u otro ejemplo, peor si le han sucedido los dos, usted acaba de diplomarse en ser una persona: ABURRIDA.

 

A las personas que poseen este don (o mejor dicho anti - don) las tardes se les hacen interminables, plantean que todos los días son iguales, que todo les cansa. Les cansa lo malo, y se cansan también de lo bueno. Y se aburren los que tienen poco, y se aburren -incluso más- los que tienen mucho.

 

El aburrimiento es una enfermedad difícil de curar. Hace poco leía que hay se plantean tres remedios contra esta enfermedad del aburrimiento: el trabajo, el amor y el interés por los detalles pequeños. Y que esos tres remedios, además, sólo se venden en forma de semilla: que hay que tener un poco de paciencia, porque al principio son algo pequeño, pero luego crecen y acaban floreciendo e iluminando la vida. 

Hay quién considera que la medicina perfecta es la diversión, sin embargo, sobran ejemplos que este recurso solo puede arrancar las hojas de la tristeza, pero no arrancan su raíz y que solo resuelven sólo pequeños instantes de aburrimiento. 

Luego, ¿cómo solucionar el problema? Simplemente enamorándose de la tarea que nos ocupa la mayor parte del tiempo que en esta vida pasamos levantados de la cama: trabajar. El que se entrega con generosidad al trabajo es difícil que conozca el aburrimiento. 

No obstante, podrán existir factores que resten ese “enamoramiento” tales como es el caso de que el trabajo asignado no concluye, no termina. Nadie le pide cuenta del producto, ni reconoce el esfuerzo en hacerlo con calidad y en menos tiempo. Y que decir cuando tiene dos jefes/as donde uno/a de ellos/as exige rapidez, mientras que el/la otro/a pide calidad. 

¿Y que otros resultados puede provocar ser aburrido/a? Posiblemente la pérdida de interés por las personas que le rodean (amigos/as, compañeros/as de trabajo, inclusive familiares) donde las desavenencias pueden llegar inclusive en el caso de una pareja, al rompimiento de relaciones.

¿Qué hacer? pues mire, le sugiero algo, no se quite la camisa cuando llegue a su casa y ante la invitación de la esposa, saque los reales o el pisto debajo del colchón y a bailar, no vaya a suceder que le ocupen el ladrillito.

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