o El uso de una clave erótica.
o Un ambiente adecuado.
o Pensamientos y fantasías.
Analizados en el artículo anterior; conversemos en esta
ocasión sobre:
o
Las zonas erógenas.
o
El beso.
¡Iniciamos!
En el erotismo juega un papel importante la estimulación de
ciertas zonas corporales preparadas para responder con facilidad a la
estimulación sexual. Estas zonas se denominan zonas erógenas.
Donde encontramos dos tipos de zonas erógenas, respecto a
los estímulos que provienen de la piel y las mucosas:
·
Las primarias (genitales y perineo)
·
Las generales (resto
del cuerpo)
Hablar de estimulación sensorial y reducirla a la piel y a
los genitales supone una visión limitada de nuestra capacidad de disfrutar del
placer sexual.
Descubrir nuestras zonas erógenas y las de nuestra pareja y
aprender la mejor manera de estimularlas nos reportará mucha satisfacción.
Será necesario observar la respuesta del cuerpo; nos lo dirá
todo: con los gestos, los sonidos, la relajación, la excitación, la
satisfacción...
Cada persona sabe lo que más le gusta, las zonas que para
ella son más erógenas, la secuencia de las caricias y el ritmo en la
estimulación que le hacen sentir más a gusto, más relajada y más receptiva a la
estimulación, de aquí la importancia de una excelente comunicación (asertiva y
efectiva), como parte de las habilidades blandas.
Para disfrutar de cualquier tipo de estimulación necesitamos
darnos permiso para sentir placer y disfrutar del juego sexual.
Recuerda, ¡No somos máquinas y nuestras zonas erógenas
tampoco son interruptores!
Finalmente llegamos al
beso y en particular en el rol del juego erótico.
Las sensaciones eróticas y el deseo se activan cuando
besamos y nos besan. Es una interacción de sensaciones – esencialmente de
comunicación y compenetración - que, crecen en potencia a medida que se hace
más profundo y lleno de intensidad, generando que se exciten y la pareja con
ello se estimule, y ambos cuerpos quedarán conectados.
Un beso romántico aumenta la
sensación de bienestar, incrementa el deseo y mejora la flexibilidad muscular,
energía, sube la frecuencia cardíaca mejorando la oxigenación de los tejidos y
también se eleva la oxitocina, que es la hormona del apego, reduce el estrés y
el sueño.
¿Luego?
Siendo necesario tratar de contrarrestar la gran avalancha de información gráfica “subida de tono” que circulan esencialmente en las redes sociales y otros medios audiovisuales, las cuales son prácticamente imposible de regular y que nos denota o desvirtúa la realidad de un adecuado disfrute del placer, del deseo en los seres humanos.
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