Uno u otro, no queda duda que son sabores diametralmente opuestos, ambos determinados principalmente por sensaciones químicas detectadas por el gusto (lengua) así como por el olfato (olor) y en particular por los sensores específicos existentes en diferentes partes de la lengua, llamados papilas gustativas, donde el humano posee unas 10,000.
Papilas que se distribuyen en zonas o áreas de la
lengua, por ejemplo, los sabores dulces se perciben con mayor intensidad en la
punta, mientras que los salados en sus zonas laterales.
El mecanismo de sabor es muy sencillo, cuando
ingerimos alimentos, al masticar, estos se desmenuzan, desprendiéndose aromas
que ascienden mediante la faringe a la nariz (causando la sensación de
sabor-olorosa) y sustancias químicas que afectan a los sensores específicos de
la lengua.
Hasta aquí, parece ser una clase de Anatomía - ciencia
que estudia la estructura de los seres vivos, incluyendo su forma, la
disposición y relación de sus partes y órganos-; sin embargo, por analogía, daré
un “giro” analizando a las personas catalogadas como “dulces o saladas”
Comencemos por las “dulces”, ¿cualidades?, afable,
amable, cariñosa y considerada con los demás, caracterizada por su gran
capacidad para comprender y compartir los sentimientos de otros, su presencia
suele calmar y transmitir tranquilidad, con disposición constante de ayudar de
forma voluntaria y sin esperar nada a cambio; por otra parte, suelen ser
personas con una perspectiva más positiva y con una actitud optimista ante la
vida.
¿Y en el caso del “salao[1]”? De
forma coloquial, persona, con mala suerte[2]; le
caen todas las desgracias, no sale de un problema para entrar en otro, sus pensamientos
serán muy negativos, padecerá de baja autoestima, estresado hasta llegar a la
ansiedad o depresión.
"¡Atiza!" (diría una persona de nacionalidad
española) - interjección coloquial que expresa sorpresa, admiración o
contrariedad, similar a decir "¡Vaya!" o "¡Caramba!", ante
la situación de ambas personas: una dulce y otra salada.
No diría contradictorias, ni antagónicas, son sencillamente
conductas que en el caso de la primera (dulce), se llevan las palmas ante la posibilidad
de interactuar para bien con las personas que necesitan que le den “una mano”,
como es el de ayudar a una persona “salada”.
Tanto uno como otro sabor, perdón persona, no son
excluyentes una de la otra, una persona puede ser amable, atenta…, pero también
ésta puede verse afectada por malas rachas que pueden afectar
diversas áreas de la vida como la salud, el trabajo o las relaciones personales.
¿Solución? Brindarle la mano, al que la necesita, en el momento adecuado, sin necesariamente llegar al don máximo de la “dulzura”; recuerde que saber conjugar lo dulce con lo salado es tan común como ingerir una pizza hawaiana con jamón y piña, el clásico melón con jamón, el queso con uvas o guisos de carne con salsas de vino dulce.
[1]
Salao es una variante fonética coloquial e informal de "salado",
común en el habla popular de ciertas regiones, y no es una palabra aceptada en
la lengua formal.
[2]
Empleado este término en algunos países hispanoamericanos; en otros, se
considera una persona graciosa, ocurrente o con mucha chispa.
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