lunes, 29 de septiembre de 2025

¡De donde soy, pero también de donde estoy!

 La vida, el destino que pueda asumir una persona, cualquiera fuese, cuando menciono asumir, no queda dudas que para ello se requiere tomar decisiones.

Decisiones que pueden ser erróneas, por supuesto, bien por no tener un conocimiento previo de lo que debe afrontarse, digamos los pros y los contras, no escuchar otras voces que pudieran haber pasado por hechos similares y por supuesto nunca serán iguales.

Las circunstancias de porque la necesidad de un cambio de una persona y las personas más allegadas (de su núcleo familiar) de la vida de las mismas pueden resultar muy disímiles inclusive riesgos para unos o todos.

Y abordo en particular el tema de tener que dejar el país donde naciste, ¿motivos?, económicos, familiares, guerras, u otros.

¿Nostalgia?, ¿Añoranzas?, considero que sí, ¿evidenciarla?, ¿dónde?, ¿cuándo?; es difícil despegarse de este “cordón umbilical” que se llama tierra. ¿Te preguntarás por qué?, el clima, la humedad, el mar, la comida, la expresión fija, privativa de la lengua a la hora de hablar (modismo), los mejores valores, la música.

A todo lo anterior debes incorporar la necesidad de conocer, incorporar, “digerir” nuevas culturas, siendo muy respetadas las mismas evitando lo que denomínanos etnocentrismo, entiéndase «La tendencia emocional que hace de la cultura propia el criterio exclusivo para interpretar los comportamientos de otros grupos, razas o sociedades», que visto de otra manera sería interpretar el mundo y las distintas culturas de acuerdo a los parámetros de la propia cultura, situación que suele dificultar la comprensión de otras sociedades, pues promueve la idea de que la propia cultura es superior o más desarrollada que las demás, y que las costumbres de la sociedad a la que uno pertenece son las únicas correctas.

¿Y por que no entrar en un proceso ¿lógico? Aculturación, el cual sucede cuando un individuo o grupo de personas entran en contacto directo y continuo con otra cultura y, como resultado, adoptan y asimilan elementos de esta nueva cultura, modificando sus patrones culturales originales.

Aprendido o reflexionado sobre lo antes mencionado aculturación – música, disfrutaba de un mega espectáculo a teatro lleno diría refiriéndonos a términos utilizados en la Educación y sobre todo en lo correspondiente a los currículos nacionales básicos (al menos los de habla hispana-latinoamericana) donde el eje transversal - concepto interdisciplinario que atraviesa todas las asignaturas del currículo para integrar temas y valores fundamentales para el desarrollo integral del estudiante y la sociedad -, era la marimba[1].

En el escenario al subir el telón se presentaron 5 bandas musicales, 5, todas con sus propios instrumentos diseñados en madera labrada, que denotaba majestuosidad; hombres y mujeres entre 6 y 8 por cada grupo, todos con ropa de color negra: respeto, disciplina.

Lo deslumbrante resultó que, tras cada número musical, se fueron añadiendo diferentes géneros musicales: boleros, jazz, salsa, country, clásicos de varias décadas, cantadas y bailadas por artistas nacionales; detrás en una pantalla gigante y otras laterales, pasaban imágenes asociados a la música en cuestión, hecho que tuvo la magia de trasladarme durante el tiempo, lo que me ratificaba que sigo siendo ¡De donde soy, pero también - con el tiempo-, de donde estoy!



[1]  Instrumento musical de percusión con un teclado de láminas de madera de diferentes tamaños que se golpean con mazos para producir notas.

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