lunes, 22 de septiembre de 2025

Habilidades blandas en dos sentidos.

Lo usual cuando adquirimos una mascota – canes, gatos, aves, etc. – los motivos pueden ser muy disímiles, gustos, la posible herencia como agradecimientos procedentes del seno familiar, la visualización de estos en medios audiovisuales propios de las redes, pero sobre todo al ser las mismas, “herramientas” que ayudan a las personas de todas las edades, pero con mayor énfasis en niños y adultos, ¿una muestra de ello?, los animales que suelen viajar en los aviones como apoyo de servicio o apoyo emocional.

¿Qué habilidades blandas o "soft skills", transmiten las mascotas a los humanos? La empatía, la comunicación, la responsabilidad, y la paciencia entre muchas otras, que son cruciales, imprescindibles, en la vida cotidiana para el éxito en la vida, tanto personal como profesional.

Hablamos de las mascotas a los humanos, y ¿de los humanos a las mascotas? y en particular a las personas que se encargan de diagnosticar, tratar y prevenir enfermedades en animales, además de asesorar sobre bienestar animal, higiene y manejo en explotaciones ganaderas y veterinarias, entiéndase los médicos veterinarios; seres humanos donde usted sencillamente confía en el cuido de la vida de un ser el cual usted aprecia, tanto (o más) que un miembro de la familia.

No es común que, en un curso de formación para profesionales de cualquier campo, se aborden las habilidades blandas que debe adquirir, transmitir, tanto en su vida personal como el mundo laboral, lo cual pudiéramos considerar un absurdo y por supuesto argumento el porqué.

Parto del amor, palabra de 4 letras que abarca como habilidad blanda, empatía, comunicación efectiva, confianza, comprensión, apoyo, respeto, relaciones sólidas, bienestar emocional manifiesta con la alegría, la felicidad, además soluciones constructivas ante los conflictos, autoconciencia, paciencia, tolerancia, ética, habilidades todas ellas que nos permiten mejorar nuestra calidad de vida, tanto personal como profesional, pero sobre todo a quienes atendemos, a quienes brindamos servicios.

Salvar vidas a quienes les corresponden – y que abarca a todas las especialidades vinculadas con ellas y esencialmente en el campo de la salud -, donde difícilmente podremos de hablar de una persona, por ejemplo, en una cirugía encontramos al cirujano principal, los asistentes quirúrgicos, el anestesiólogo, el enfermero circulante, el enfermero instrumentista y, en algunos casos, el técnico biomédico, es decir todo un equipo que lucha por preservar la vida de un paciente: una persona, una mascota.

Que, por supuesto en algo que no salga bien, este hecho afecta a todos, repito a todos; frustración, tristeza, desesperanza, llantos, retornar a la casa y visualizar los espacios vacíos, recurrir a las fotos, los videos y en caso extremos quitar las ganas de vivir.

No hace mucho tuve la experiencia personal, donde mis dos mascotas (Chanel y Nina), una de ella fue sometida a una operación, siendo internada un viernes y si todo salía bien la retirábamos el sábado al mediodía; nadie durmió, nadie, estando a la expectativa de los partes prometidos (vía whataasp) por la clínica veterinaria; me llamó la atención que Nina, la mascota menor es día viernes no ingirió alimentos, permaneció en su cama, sus ojos reflejaban tristeza, sonaba el celular y levantaba su cabeza, porque ella quería también ser parte del estado médico de su hermana.

Todas las noticias en cuanto al resultado de la operación, desde los exámenes médicos preoperatorios hasta posoperatorios fueron satisfactorias, el alma me volvió al cuerpo; quedaba ir a retirarla y por supuesto conversar con la doctora veterinaria; resultados, cuido, medicamentos; Mi respuesta fue ¡GRACIAS!, ¡A USTED!, ¡A SU EQUIPO!

Al llegar a casa, Nina, brincaba, movía la cola, por sus ojos corrían lágrimas de alegría, tomaba sus juguetes para compartirlos con su hermana, todos éramos ¡FELICES!. 

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